domingo, 26 de abril de 2020

"LUCES Y SOMBRAS" IN SITU Y MUY COFRADE.


Como tras la suspensión de Luces y sombras se programó rápidamente una nueva fecha de actuación y todo fue sorpresa, ninguno estábamos preparados y no teníamos las agendas muy libres para ocupar las nuevas citas de ensayos que la pieza nos exigía.

Supuestamente, el 29 de febrero ya estábamos libre de este proyecto, pero no fue así y la función se pasó al domingo 15 de marzo del 2020, ese día lo tenía libre, por tanto para hacer la función no tenía problema, pero para el tema de los ensayos lo tenía más complicado.

Se habían puesto dos ensayos. Uno el domingo 23 de febrero al que ya asistí, en Nueva Málaga, o sea en el local de ensayo y otro el domingo 1 de marzo del 2020 por la mañana. Este sería el último y el único que se haría en el lugar de actuación, pero yo tenía una cita cofrade a las 12:00. Esa fecha la tenía reservada desde hacía mucho y deseaba con todas mis ganas ir, así que avisé que no podía asistir al ensayo y Edu lo entendió, pues el ensayo coincidía en hora con mi culto cofrade.

Días antes del mismo, nos citaron para las 11:00 de la mañana, mi culto cofrade empezaba a las 12:00 y la distancia entre el ensayo y mi cita, la podía recorrer en 10 minutos. Me parecía poco responsable no ir, sobre todo porque era el último ensayo, además mi presencia podría dar seguridad a mis compis, pues todo era nuevo y así nos quedaría a todos, todo mucho más claro, entonces le propuse a Edu que llegaría puntual, pero a las 11:40 me tendría que marchar, así que le pedí que se ensayara mi parte lo primero y así podría marcharme con las cosas claras y casi dos pases realizados, este aceptó.

Y así la mañana del domingo 1 de marzo del 2020, madrugué, desayuné y emprendí mi camino al oratorio de la Cofradía de las Penas de Málaga, lugar de nuestra actuación y último ensayo.

Entré por la plaza de la Virgen de las Penas, pensando en que me tenía que ir a mi cita cofrade. Yo como dice mi amigo José cuando llega Cuaresma me pongo en el modo capillita y no conozco a nadie y si encima se trabaja para Eventos con Historia, que casi siempre está relacionado con cofradías y en su equipo la mayoría son más capillita que yo, pues todo esto no me ayuda mucho a desconectar del tema y yo encantado y para que veáis que no miento os dejo como muestra un botón, bueno tres:

Al primero que me encontré nada más llegar, aún en la calle, fue a Riki, el cari de Caro, que me estuvo hablando del Viacrucis oficial de la Agrupación de Cofradías, luego entré y una Caro super ilusionada me hizo revivir como realiza cada Jueves Santo, la colocación de sus nazarenos de la Cofradía de la Cena en el patio del patronato de Turismo, me encantó como lo vivía, lo hacía con tanta intensidad y realismo que yo estaba viendo de verdad, aquella plaza, ese pasillo y ese patio lleno de nazarenos tanto rojos como azules, ordenándose, arreglándose el cíngulo y con el nervio y la ilusión previa a una salida procesional, fue un momento emocionante pero también muy surrealista pues un señor que desconocíamos totalmente, se metió en la conversación  y se dedicó a desmentir a Caro en todo momento y yo no paraba de reír al ver la cara de esta.

Nos dijeron de entrar al oratorio de la Cofradía para saludar a los compis y empezar el ensayo, la primera que me saludó fue Ana Luz, me senté con ella y de nuevo enganché con otra conversación cofrade, esta vez sobre la venta de unas sillas y sobre las hebillas de los zapatos de los nazarenos.

Como dije antes, llegué muy puntual al ensayo, pero no conté con que la puntualidad no es el protagonista de dichos ensayos, por tanto, mi excesiva puntualidad no iba servir para mucho si los demás llegaban tarde… De hecho estábamos todos sentados en los bancos, para empezar pero no lo hacíamos pues faltaba gente. 

Poco a poco fueron llegando los compis y nos fuimos saludando, Ana con su excesivo cariño, mi Luisa con sus cosas, ellas que hablan poco y a mí que no me gusta hablar... Vamos que nos unimos el hambre con las ganas de comer y estuvimos dándole a la hebra, pero en ese momento fui consciente de que el tiempo iba pasando y si yo no metía prisa mi plan no iba a salir muy bien. Así que corté las conversaciones y fui en busca de Edu para decirle que si no empezábamos ya el ensayo, no me iba a dar tiempo a ensayar.

Así que dejé mi momento favorito de socializar y “cofradializar” y le metí un poco de presión a Edu para empezar y así lo hicimos.

Pero empezamos y este comenzó a explicar las características de la localización, las entradas salidas de los actores y actrices, los lugares de espera, etc. y yo que veía que el tiempo iba pasando y por tanto, volví a meter presión a Edu y este decidió empezar el ensayo.

Hicimos un solo pase, donde nos paramos mil y una vez y casi todas las paradas fueron debidas a la localización y colocación de los compañeros, especialmente,  yo y mis compañeras que no atinábamos en colocarnos, o nos íbamos muy adelante, o muy atrás, o nos tapábamos, o tapábamos al público, la verdad que no estaba yo muy acertado y como yo suelo ser el que controlo, aquello fue un poco caos y creo que se debió especialmente a mí. De hecho, hubo momentos donde me tocaba hablar y yo andaba con la colocación de las compis. A la pobre Caro la teníamos loca, pues cada vez la escondíamos más.

El tiempo seguía pasando y debía irme. Yo predije un ensayo rápido y fácil donde lo tendría todo controlado, pero no fue así, yo me descoloqué un montón. Me quedó claro lo qué había que hacer y cómo, no preocupaba que el estreno fuera mal, pero es verdad que ese ensayo no lo aproveché mucho.

En cuanto se acabó el pase, dejé a los compis trabajando y casi sin despedirme me fui. Es más, debía salir de escena corriendo y aproveché mi salida para corriendo tirar de mi chaqueta que estaba apoyada en un banco y marcharme. En la plaza de fuera estaba mi gran amigo Javi Zumaquero y no solo no lo saludé como merece, sino que le hablaba mientras me iba marchando.

Acabé del ensayo más tarde de lo previsto inicialmente, pero llegué a tiempo más que suficiente para mi cita cofrade y pude disfrutar de ella, pero eso sí, de pie, pues ya no quedaba asientos libres.


martes, 14 de abril de 2020

LOS DOS MALOTES DEL "LABERINTO".


Mi Luisa me venía diciendo desde hacía mucho tiempo que Javi Domínguez  era muy buena persona. Pude comprobarlo cuando lo conocí en el cementerio de San Miguel durante un ensayo y luego confirmarlo, y con creces, gracias a los encuentros que hemos tenido en el interior de nuestro Laberinto.  Él es lo que se llama un buen tío, una personal legal de las que  no abundan, y yo, aunque suene mal que lo diga, tampoco soy muy malo del todo y ¿Qué ocurre cuando dos personas que son buenas hacen algo mal y asumen que los van a pillar? Pues que no saben disimular, que se asustan y se encojen esperando la merecida regañina.

Pues dicho esto, tanto Javi como yo llegamos a Torremolinos para el ensayo de Laberinto, el sábado 29 de febrero del 2020, con esa cara de felicidad sobreactuada que intentaba reflejar un “aquí no pasa nada”, o sea, esa expresión que todos hemos puesto alguna vez delante de nuestras madres cuando hacíamos algo mal. Queríamos disimularlo, pero era entrar, vernos nuestras madres y preguntarnos:” ¿Qué has hecho ya?”  y nosotros agachábamos la cabeza y nos decíamos : “Vamos a aguantar el chaparrón”, pues así llegamos Javi y un servidor esa mañana soleada, sonrientes, saludando a todo el mundo, oyendo el recibimiento de Paco, todo muy normal, por fuera claro,  pues para todos era un ensayo más, pero por dentro ambos sabíamos que iba a ser el ensayo definitivo y eso nos provocaba ilusión, debido al gran cambio que íbamos a proponer, pero también nervios por si no era aceptado y un poco de miedo por si nos caía la regañina esperada. 

Y ahora hablando más en serio y desde un punto más profesional, el último ensayo de Laberinto fue para los dos como ponernos frente a un espejo y ver la realidad.

Si sois seguidores del blog sabréis que vino a vernos alguien ajeno a la pieza y nos dio su parecer, que, por cierto, era muy similar a lo que yo solía pensar y reflejar en este blog, o sea, eso de que el arranque de la pieza me resultaba frío o lo que es lo mismo, que me costaba enganchar con el personaje, con la situación, con mi compañero etc. Esa era mi sensación, la cual habéis leído aquí como mil veces, pero el hecho de que esto fuera confirmado por alguien externo, fue un pequeño “palo” y no podíamos lamentarnos había que hacer algo.

Y lo hicimos, porque sin informar al director, el miércoles 26 de febrero del 2020, Javi y yo nos reunimos en Café con Libros para afianzar el texto y hacer varios pases del mismo, pero también yo, autor de esta cita o reunión, quería hablar de la pieza, conocer la opinión de Javi sobre esa visión externa y sobre todo quería ahondar más en nuestros personajes, en la obra, en nuestra interrelación y sobre todo en el punto de partida de la misma.

Ambos llegamos a la misma conclusión, al inicio de la pieza debíamos cambiar nuestras actitudes, así nuestro comportamiento variaría, lo malo era que nos haría adquirir un punto de partida que estaba muy distantes del que se estaba trabajando semanalmente, pero era el que nos gustaba, nos ilusionaba y nos hacía empezar cómodos.

Aunque no venga a cuento quiero detener este relato para decir una cosa, el repaso de texto en el salón del fondo de la tetería fue maravilloso. Siempre he pensado que Laberinto es una pieza muy intimista y en la intimidad de ese lugar, ambos tan cerca y mirándonos a los ojos, la pieza cogió intensiones, matices y una intensidad hasta ahora inédita.

Y ahora viene la maldad, para mostrar ese cambio de actitudes, decidimos por nuestra cuenta y riesgo modificar al principio nuestro comportamiento, nuestros movimientos y nuestra relación, para ello, tras la merienda, nos fuimos al Pasaje de Campos y allí, en ese callejón estrecho y solitario, repetimos varias veces el inicio de la pieza, pero no como lo hacíamos en los ensayos, sino dejándonos llevar por nuestras nuevas actitudes. Salieron cosas chulísimas y entonaciones naturales que luego no me han vuelto a salir.

Pese a ser de día, a que de vez en cuando pasaba gente y a que no estábamos dándolo todo, el resultado fue genial. No fuimos tan malos destrozando todo lo montado por Paco, sino que sobre lo suyo modificamos y lo hicimos dejando su base de movimientos, pero cambiando cosas, según nos lo pedían los personajes y los antecedentes de la escena, esto nos hizo llenar todo de vida, pero también hizo que la primera imagen que el público se iba a llevar de la pieza cambiara radicalmente con respecto a lo marcado por Paco.

Y ahora volvemos al sábado 29 de febrero del 2020. Laberinto es una idea de él, guionizada por él, montada por él y dirigida por él, por tanto, lo tiene todo muy claro y por eso tanto Javi como yo pensábamos que nos habíamos metido en su terreno, eso no le iba a gustar y mucho menos nuestra variación, pero había que mostrarla.

Cuando estábamos en el escenario a punto de empezar, con el mobiliario colocado, el utillaje en su sitio, vestidos con las prendas de ensayar, Paco en el patio de butacas con el libreto en la mano y Javi y yo listos para empezar, tras haber realizado el calentamiento, Javi me miró con cara de "Vamos ahora es el momento, hagámoslo." Y yo sin pensarlo dos veces me lancé, abrí la boca y dejé fluir mi argumento. Le dije que habíamos cambiado un poco el inicio para sentirnos más cómodos y como resultado obtuvimos un inicio más vivo.

Paco es un hombre alto, fuerte, grande, con una voz grave, sabe lo que quiere y como, así que impone y por ello, respiré hondo esperando su respuesta, pero esta fue, decirnos que no quería explicaciones que quería verlo, que se lo mostráramos y eso hicimos.

Al terminar de nuevo volví a retener la respiración. "¿Qué pasará?", pensé. Pues nos dijo que le había encantado, que a veces ha trabajado con actores que se dejaban hacer, que no buscaban, que no pensaban en los personajes, ensayos donde no había debates pues todo lo que él decía se aceptaba sin más, así que el hecho de que nosotros hubiésemos ido más allá, hubiésemos oído a nuestros personajes, hubiésemos ahondando en ellos, hubiésemos buscado lo qué y cómo sentían, le parecía estupendo. Le gustaba el cambio, le gustaba lo que hacíamos y concluyó diciéndonos que no podía decir nada más, que estaba muy contento de nuestro trabajo y desvelo por la pieza. Resumió diciendo que había un aspecto que quería mostrar más tarde y nosotros lo habíamos hecho antes pero que le parecía perfecto. A continuación, nos pidió que lo hiciéramos otra vez y ya engancháramos con el resto de la pieza.

No sabéis con qué ilusión volvimos Javi y yo a bambalinas para volver a empezar, porque ahora haríamos lo nuevo mucho más contentos y más tranquilos. Trabajar con un director así es un placer y un honor, son pocos los directores que aprueban un cambio así. Que tienen las cosas clarísimas en su cabeza, pero aceptan, escuchan y tienen en cuenta la opinión de los actores. Ese día me sentí orgulloso una vez más por trabajar con un director así.

Y ya el resto de la jornada transcurrió con normalidad, buen no con tanta normalidad, pues el nuevo punto de partida, nos hizo empezar con un nivel de energía que se notó a lo largo de toda la representación, pues Paco siempre nos decía que la primera parte de la pieza estaba llena de buen rollo y jocosidad y en ese ensayo fue donde por primera vez, fui consciente de que se llegó a dicho nivel, esa parte pasó  de forma rápida, divertida, fluida y me lo pasé bomba y  luego se pudo comprobar el cambio de la pieza  y se reflejó  claramente el arco de emoción de ambos personajes y su forma de ser. 

Ese inicio llenó a Javi de una energía y una personalidad arrolladora, era todo vitalidad, ganas, ilusión, es verdad que habló demasiado rápido y a veces no se le entendía bien, pero esa velocidad me encantó. Creó un personaje muy atractivo. 

Llegamos a muchas emociones nuevas y llegué al clímax de la pieza sin esfuerzo solo dejándome llevar por la situación. De hecho, salieron muchos movimientos nuevos, no planteados, que de nuevo llenaron la pieza de vida.

Debido a la cercanía del estreno, Paco nos propuso que los ensayos se hicieran desde ahora de 10:00 a 14:00 y así se hacían dos pases completos de la pieza, ese día fue la primera vez que hicimos dos, pero teníamos tantas ganas y estábamos tan contentos por las novedades que para nada nos costó hacer los dos pases y los dos se hicieron con el mismo nivel de energía, con los mismos cambios de los personajes y la misma emoción.