Esta vez el viento helado, y eso que todavía Filomena no había ni anunciado su aparición en nuestras vidas, fue el que condicionó todo el previo y los tiempos de espera de la segunda y última jornada de Los personajes del vino de Málaga, el sábado 2 de enero del 2021.
Mientras que la vez anterior parecía que estábamos echando un día de campo, pues estuvimos todo el rato en la terraza del bar donde esperábamos y nos cambiábamos, charlando y al solecito, esta vez lo pasamos en el interior para evitar el frio y el viento reinante, y pese a estar dentro, estábamos casi todos encogidos.Llegué al lugar de la cita más tarde que el sábado del estreno. No mucho más tarde, pero sí más justo, puesto que ya sabía que controlaba todo el proceso.
Sabía perfectamente qué tenía que hacer y que disponía de tiempo para hacerlo, pero al llegar y ver a los compañeros que tenían que actuar antes que yo, que ya estaban vestidos, algunos esperando su siguiente turno y que otros venían de actuar, me entró un poco de estrés, puesto que veía que la maquina ya estaba en marcha y yo estaba fuera. Fue una sensación como de que no llegaba, pero no era cierto , fue algo psicológico, vamos, nada real. Pero ese falso estrés me hizo entrar como un rayo, decir un "hola" rápido y subir al almacén del bar que hacía a la vez de vestuario.
Allí me encontré con Librada que me explicó un poco como estaba yendo su mañana.
Esta se fue y a reglón seguido subió Melisa a visitarme, menos mal que lo hizo, pues el vestirme no era ningún problema, es más los leotardos, camisa del personaje y la palidez de su cara, ejecutada con maquillaje blanco, ya los traía puesto, como la vez anterior, de casa, pero el proceso de la peluca no era nada fácil. Eso solo dependía de ella y no sabía que tiempo iba a tardar, ni tampoco quería que por mi culpa lo hiciera atropellada porque debía estar en otra parte, por tanto, nada más verla le pregunté si prefería ponerme la peluca y luego me vestía o al revés. Ella eligió la segunda opción.
Así que me vestí, mientras ella hacía un minucioso, detallado, artesanal y voluntarioso trabajo de mejora de la peluca, puesto que había comprado un postizo, para hacerle un nuevo flequillo, que cosió a la peluca y que le dio mucha, pero mucha más estabilidad, prestancia y forma a esta. Gracias por su labor altruista, pues quedó muy bien y fue algo suyo porque yo para esos dtalles soy muy dejado.No se lo puse fácil pues tras restaurar la peluca, llegó el momento de ponérmela. Yo tengo poco pelo, pero encima esa semana me había rapado, por tanto, el poco que tenía en el cogote lo había perdido. ¡¡A ver ahora donde ponía las horquillas para darle seguridad a esta!!. Pues lo consiguió y en poco tiempo y quedó más segura que nunca.
Una vez listo, bajé con mi mascarilla, mi móvil y mis gafas. Salí donde estaban mis compañeros y apareció Edu reclamando mi presencia, o sea, empezaba mi primer pase, por tanto, subí, me cambié de mascarilla, me quité las gafas, cogí mi copa de vino, bajé y a actuar. El previo en un plis plas se había acabado.Y en cuanto al tiempo de espera entre pase y pase, os puedo decir que el más largo era el que separaba el primero del segundo, pero como Edu iba un poco acelerado y el lugar de actuación estaba bastante lejos, no me dio tiempo ni a respirar, terminé el primero y este ya me estaba invitando a irnos al siguiente pase. Así que la espera fue un peregrinar entre el viento y el frio.
Los minutos que separaban las siguientes esperas tuvieron un nombre propio y fue el de mi amigo Javi Zumaquero.
Esa mañana había resurgido como el Ave Fénix, era él. El de siempre, con sus bromas, su sonrisa, sus comentarios ingeniosos, sus payasadas y demás que me hicieron reír toda la mañana.Y mientras él actuaba, ¿ Qué hacía yo?, pues me iba con él.
No me gusta nada, pero nada de nada, ir vestido de personaje a ver a los compañeros, pero nada, es más, siempre lo he criticado, pero tampoco me gusta pasar mucho tiempo en sitios cerrados y más cuando hay personas cerca de esas que piensa que las mascarillas son una nueva forma de collares, por tanto, prefería irme, y eso hice, irme detrás de Javi para verlo actuar y ¡¡¡ Qué bien estuvo!!!.
Dos veces lo vi, y las dos me encantó, la primera más que la segunda, pero ambas estaban llenas de verdad, serenidad, cambios de entonaciones, solemnidad, vamos que no estaba hablando, ni soltando texto, estaba interpretando y bien.
Al final más que ocupar mi tiempo libre, el ver a Javi de actuar, fue un placer.
Bueno pues entre cambios de mascarillas, de gafas, soltar y coger el móvil, hablar con Juanjo, con Javi y verlo actuar, fueron pasando los pases, los minutos y llegó el final de la mañana, tras ver a Miguel actuar y una charla sobre el fin de la Navidad con Javi, me fui a casa a comer paella y estar calentito, mis días de Washington habían acabado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario