Me queda una hora de clase con mis niñas y hora y media con
mis adultos. En resumen, me quedan cuatro horas para ser libre y lo que yo necesito ahora es
descansar. No quiero volver al mundanal
ruido.
Estoy sentado en un bar cerca del cole, me acabo de comer
una sopa de picadillo que me ha quemado el alma. Ahora estoy frente a un
flamenquín que podría calificarlo como una autentica mierda y no me quedo
corto. Estoy por poner, aquí, el nombre del bar para que nadie venga. Todo esto
se puede resumir en un menú carísimo y comida horrible.
Gracias a este menú he vuelto al mundanal ruido que no
quería... al mundo real, lleno de gente perra. Estoy siendo víctima de un menú
timo. Ya se acabó ese mundo de fantasía de dónde vengo.
Esta mañana de martes 13 de febrero del 2018, he ido a Mijas
a grabar algo, pero no puedo decir más, bueno sí diré que era un spot.
No sabéis en qué sitio más guay he estado y como no me dejan
contar mucho más, os lo describo:
Una habitación sin ventanas, suelo enmoquetado en negro, las
paredes negras pero más de la mitad
forradas de verde, lo que se define como croma. Tres focos de pie, uno
solo en el techo y una cámara que
parecía de cine.
En la última toma, cuando me he visto frente a frente a esa
cámara y todo el equipo alrededor de ella, mirándome, me ha subido un
escalofrió por los pies para arriba, una emoción, un orgullo, pero ni lo he
pensado mucho, ni me he puesto nervioso al contrario me he crecido.
Yo ya he hecho audiovisual, he trabajado en grandes
producciones (tampoco tantas, fantasma), pero nunca he estado tan cara a cara
con una cámara como esa, actuando yo solo y todo el equipo detrás. Me ha
encantado. Parecía la típica secuencia de una peli donde están rodando una
peli.
Después de esta aclaración sigo con la descripción: la
habitación tenía un gran ventanal tipo pecera donde estaba el chico del sonido
con su equipo. ¡Qué trabajo más duro y más ingrato el del equipo de sonido,
siempre cortan el trabajo de los demás o te hacen repetir las cosas porque se
ha metido ruido, no se oye bien, etc.!¡Pobres!.
Había también cuatro sillas. Dos las han sacado los cámaras
para sentarse y las otras dos, metálicas de color negro, estaban en el estudio.
Yo me he agenciado de una y la otra fue para la
maquilladora. Por cierto, un encanto de niña.
Y poco más.
Ahora las personas, cuatro chicas y un chico de la agencia de
publicidad que nos han contratado,ellos daban el visto bueno de todo y opinaban
sobre todo, Robert, el director. Chapó por él, jamás he visto un tío tan
obsesionado con cumplir el horario y el storyboard, ya digo perfecto. Todo se
ha cumplido a rajatabla. En el mundo audiovisual eso es un record.
También había un cámara, un iluminador y una chica de
vestuario y producción, llamada Dita.
A Dita la conozco desde el MOD teatro, primer grupo de
teatro en el que participé hace ahora 14 años. Hemos estado recordando viejos
tiempos, me ha tratado genial y he dejado mi vestuario en sus manos. Por cierto, que me ha pedido el teléfono para trabajar juntos en
nuevos proyectos. En mi primera
secuencia yo debía dar penita y me ha dicho al acabar:" Tío pensé que ibas
a llorar. Vaya pedazo de actor."
No me he olvidado de la maquilladora. Los dos, como dije
antes, nos hemos hecho con las dos sillas negras de hierro y nos hemos pasado
todo el rodaje en el último rincón, discretamente escondidos, pero pendientes a
todo y comentando todo, vamos como la madre del artista. Además como yo iba
vestido de verano, pantalón corto incluido, me he congelado y me he echado el
pañuelo en forma de manto y la chaqueta como manta sobre las piernas. Vamos
parecíamos dos viejas de pueblo.
Y el resto eran los compañeros, Ana, Steffi y Antonio
Navarro.
De las chicas puedo contar poco, la relación ha sido poca,
la justa y profesionalmente necesaria. Quizá cuando una de ellas me ha pedido
que le haga fotos del rodaje, me ha hablado un poco más y la otra igual, pero
por lo demás, cero contacto. Una de ellas parecía muy simpática, pero es que no
nos hemos abierto, ni el ritmo de
trabajo que llevábamos ha dado tiempo a más.
Y Antonio Navarro. Él es un grande de los nombres del teatro
en Málaga y con él si he conectado bien, desde el primer momento, fue bajarnos
del coche, empezar a hablar de este mundillo, de amigos comunes y empezar a
contarnos historias de los tiempos de la ESAD. Mientras esperábamos retrepados
en dos sillas de plástico a que nos llamaran aprovechamos para tomar el sol
tras unos grandes ventanales y charlar. Durante el momento de maquillarnos
hemos contrastados nuestras seguridades e inseguridades ante el medio
audiovisual y teatro y ante el relamido castellano neutro, se ha abierto
conmigo y me ha conquistado.
Luego en el viaje de vuelta no he podido reírme más.
Hemos llegado al estudio sobre las 9:00 y antes de las 14:00
salía de él. Robert se ofreció a
llevarnos de vuelta a las 14:00, pero aún quedaban cositas por rodar y como yo había acabado y la maquilladora se
iba para Málaga me vine con ella. Nos hizo el favor a Antonio y a mí.
GRACIAS!!.
Lo dicho, no miré mucho la hora pero llegamos sobre las
9:00, investigamos el local, me sentí un poco perdido, los técnicos empezaron a
montar y Antonio y yo siempre en medio, así que nos sentamos a tomar el sol.
Empezaron con el vestuario y a las 9:30 me tocó a mí, por
cierto, estaba todo lleno de gente y entre Robert y yo decidimos que me
cambiara en un sitio que solo había escobas. Mientras lo hacía un chico que
había allí, que era del estudio, me regañó. Luego me vio, de nuevo, entrando en
esa habitación, tenía que hacerlo mi ropa estaba allí y volvió a regañarme, ese
chico luego fue sustituido por una mujer, mucho menos quisquillosa y amable con
la que estuve un rato de charla.
Me tocó maquillarme el último y justo cuando empezaron a
rodar. Mientras me maquillaban me pasé todo el rato de casquera con la chica,
investigando sobre su mundo que me encanta.
Una vez maquillado comprobé que todos estaban en el set de
rodaje menos yo. Este no era muy grande y como no sabía si me necesitaban no
quise entrar para no molestar. Además estaba esperando que llegara Dita que
había ido al chino por unos bóxer de color blanco. Los que yo llevaba eran
negros y se transparentaba con el pantalón y fueron a por unos blancos. Por
cierto, me lo han regalado, ahora entiendo a Maribel Verdú, creo que era ella
la que decía que tenía muchas bragas de los rodajes.
En el primer descanso abrieron la puerta del set de rodaje y
me metí dentro. Eran las 11:00. Me senté en la silla negra y metálica.
No había mucha luz, estábamos en silencio, me cubrí del frio
y entre que estaba quieto en la silla, el madrugón y lo poco que dormí, me
estaba quedando dormido. Me dio un bajón inmenso y eso es lo peor que te puede
pasar antes de rodar. Cuando acabó la primera chica, comenzó la segunda, me
entretuve un poco haciendo fotos pero luego de nuevo me dio el bajón y en ese
bajón dicen:"
Ahora el personaje X" o sea, yo.
Eran las 11:47
Me pusieron el micro. Yo no había preparado nada, ni
ensayado nada. Solo eran dos frases eso también es verdad, pero bueno. Me
acerco a Robert me pide tristeza, se lo hago una vez y le gusta.
Me fui a mi posición, me metí, lo prepararon todo y a rodar.
Tres veces se repitió mi toma. La
primera la dieron como buena, la segunda se hizo por seguridad pero ralentice
una palabra y se notó y la tercera de nuevo buena y fin.
Recuerdo cosas como que: Antes de empezar estaba metiéndome
en la pena del personaje y me notaba en mi propia pompa. Todos estaban a mí
alrededor hablando de mí: la luz, el encuadre, la ropa, hasta Dita me cambió un
complemento de sitio y yo a lo mío, quieto, Antonio Navarro estuvo haciéndome fotos que yo le pedí y yo quieto.
Gracias, Antonio, pedazo de reportaje me hizo ya os lo mostraré, ahora no me
dejan.
Cuando mis compañeros acababan una secuencia los chicos, jóvenes,
de la agencia lo celebraban con palmas y piropos, cuando yo acabé no pasó nada.
Todo era silencio. Al principio cuando me metí en el personaje, se reían, pero
cuando empecé a actuar nada. Lo noté raro pero luego oí expresiones como:
" pobre"," vaya", " qué lástima" y me di cuenta
que los había dejado pillados y apenados. ¡Mola!. Yo creo que se fueron
contentos.
Luego hubo cambio de decorados y nos dieron descanso,
desayunamos y otra vez para dentro, el primero
en rodar fue Antonio.
Los compis que habían acabado se iban fuera del set, pero yo
no, yo me quedaba dentro para empaparme de todo. Ese mundo me apasiona.
Ver a Antonio de rodar era una escuela. ¡Qué manera de
entonar y qué voz! ¡Guau!
Cuando acabó él, rodé yo un acting que me encantó hacer, por
lo visto gustó. A mí me hubiera gustado rodar con más lentitud pero bien. Me
sentí muy contento haciéndolo.
Tras eso, mini sesión de fotos, cambio de ropa, firma de
contrato y a casa. Eran antes de las 14:00.
Creo que han quedado contentos. Me pusieron pocas pegas y las
pocas que tuve fueron técnicas. Los chicos de la agencia no me pusieron
ninguna. Rodé rápido y sin apenas repetir, así que creo que todo ok. Yo lo
disfruté como un enano y lo pasé genial.
No tuve mucho tiempo y tiré de algo fácil, así que quizá mi
personaje recuerde un poco a Pablo de A saco con la psico.
Podría contar más, pero ya está bien.