Ayer, viernes 22 de agosto de 2014, a las 21 horas, tenía lugar, en Casariche, Sevilla, la inauguración del III Romanorum Festum Ventippo. Y una hora después, aquellas calles plagadas de gentío y rodeadas de ruinas romanas, puesticillos de bisuterías, comida típica y artesanía, se llenaban de personajillos, ataviados con la indumentaria de la época, con sus mascaras y por primera vez, con pelucas. Entre ellos estaban , Centuriorum, siempre rodeado de chavaleria, su ayudante Puccinelum haciendo trastadas, Atia y Grigela siempre juntos, Arlequinorum haciendo juegos a los niños y Nosueltoundurum, un servidor.Todos estos personajes inspirados en los tipos de la Comedía del Arte.
Este año, me he sentido mucho más libre que el año pasado, mi personaje inspirado en Pantalonne, no estaba tan encorchetado, el año pasado, improvisaba respecto a la obra que representaríamos el ultimo día y era un poco gruñón y protestón, con lo cual, no le era agradable al publico, mi composición corporal estaba muy relacionada con la de Pantalonne y llevaba un bastón, en la mano, que pensé que me ayudaba pero este año me he dado cuenta que no.Este año iba por libre, sin un personaje definido, y me metí en el personaje inmediatamente, de hecho era un viejo gruñón pero a la vez, entrañable, cariñoso que hizo amistad con muchos niños y sobre todo con mujeres mayores a la que Nosueltoundurum, pedía matrimonio y algunas hasta aceptaban. Recuerdo a la pequeña Inmaculada, o a la señora que se anduvo media aldea cogida de mi mano, mientras improvisábamos, nuestro amor u otra que me citó para hoy en un banco.
Mi compañero y "jefe", Juanma no pudo ir ayer, debido a obligaciones laborales, y yo era el responsable del equipo, todo fue coser y cantar.
Fueron tres horas que pasaron en nada, especialmente el primer pase, de hora y media, se me fue volado, hacía una noche muy buena, tranquila y con mucho fresquito y así acaeció todo, como la noche, de una manera agradable y sencilla. Me metí mucho en el personaje y me sentía, un abuelito que andaba por aquellas tierras, saludando y charlando con todos, me sentí muy bien y todo fluía sin complicaciones.
Cuando en el camino de vuelta, volvía en el coche medio dormido, iba satisfecho y contento por el trabajo realizado y sobre todo feliz de mi vuelta a la carga, de mis viajes en coche, reventado pero contento, tras un buen trabajo.
Pasó rápido, feliz y casi sin darme cuenta, a ver como va hoy.
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