Cuando por fín tuve tiempo para relajarme y acabé con la resaca del chocolate, empecé a pensar en el duende de la Finca El Portón que en 5 días tenía que estrenar. En lo primero en que pensé fue en el vestuario.
Realmente tenía poco de pensar, más bien ponerme en marcha, pues tenía muy claro como iba a ser físicamente mi duende. Quería hacer una especie de mezcla entre Peter Pan y Agatha Ruiz de la Prada.Para ello necesitaba. Primero, comprarme unos pantis de mil colores y segundo, tunear la camiseta del disfraz que me habían comprado.
Cuando recogí los vestuarios, comprobé con sorpresa, que tanto el disfraz de mi compi, Dani, como el mío eran idénticos, íbamos a ir uniformado, además, eran un disfraz de David el Gnomo. Eso de ir del mismo tono me molaba poco, pero lo peor de todo era que no me lo permitían tunear.
Yo había pensado cortar los bajos de la camiseta y las mangas en zig zag, al estilo de Peter Pan. Tenía permiso y autoridad para ello y para mucho más pues me dieron carta blanca en todo, pero de pronto todo empezó a complicarse, pues desde los altos cargos nos empezaron a prohibir muchas cosas. La primera fue la de modificar el vestuario. Ya no podía tunerarlo.
Entonces, ¿Qué hacía ahora? , ya la opción que tenía no me servía para nada.¿Qué hago yo ahora?.
De pronto, el lunes 24 de agosto del 2020, sin querer, me encontré en el garaje de casa una bolsa con algo rojo y se me hizo la luz.
Saqué eso rojo de la bolsa y era un pantalón peto de una amiga.
Esta lo usaba en un espectáculo infantil, tuvo sus más y sus menos con el jefe y dejó el grupo. Como el jefe vivía cerca mía, mi amiga me dio el peto y dos o tres cosas más para que yo se lo devolviera, pero como las formas del ex jefe no me gustaron, la bolsa con el pantalón se quedaron en mi casa, arrinconados y olvidados.
Lo saqué, me lo probé y pese a los kilos de más que he cogido debido a la falta de actividad de estos meses, el peto me entraba, al ser rojo destacaba respecto al azul de la camiseta, asi Dani y yo ya no íbamos uniformados.
Mi madre me dio el visto bueno y empezamos a confabular. Como mi personaje es un amante de la jardinería, ambos pensamos en decorar el vestuario con hojas de plantas naturales. En casa había varios ramos de flores y pensamos en guardar algunas para decorar mi vestuario.
Tras decidirlo todo, me hice fotos, las mandé a mis compis y a mi jefe y todos me dieron el visto bueno. Ya tenía mi duende físicamente hablando, ahora había que darle psicología.
Muy mono.
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