Pues sí hubo overbooking, o sea, que la sala estuvo llena a
rebosar y en cada uno de los cuatro pases. Para ser más exactos, a medida que
avanzaba la noche la sala se llenaba más y más. Llegó un momento
en el que no cabíamos ni Lorena ni yo, pero no fueron personas los que
llenaron la sala 2 de Microteatro, anoche 2 de diciembre de 2015, sino virus.

Y yo que no andaba muy allá,
a medida que pasaban las horas iba empeorándome, sentía frio, escalofríos,
dolores de garganta, mal cuerpo y eso unido a mi recién adquirida y bienvenida
conjuntivitis, hacía que ambos estuviéramos cada vez peor.
Es más yo podría haber hecho mejor de yonqui o de fantasma con mi
precioso ojo ensangrentado.
No hubo suerte. Parece que me lo tomo a broma, pero realmente creo,
que a medida que pasaban las horas, el ambiente se iba cargando y nos sentíamos cada
vez peor.
Pero es verdad, que anoche, no hubo suerte, no hubo mucho público, prácticamente solo
realizamos un pase, el resto no pudimos hacerlo.

Prometo dos cosas, la primera es:
Hacer una fuerte promoción e intentar llenar la sala la semana que viene.
La otra cosa que prometo la diré más adelante. Como siempre
digo hay que ser positivo y de esto he sacado algo muy bueno.
Durante el día estuve muy ilusionado con el estreno, después
de los ensayos sabía que iba a ir bien y mucho mejor que en los ensayos, porque
nos divertiríamos mucho.
De hecho estuve todo el día muy feliz y muy seguro,
demasiado.
Aunque mientras volvía del trabajo, mi ilusión se transformó
en preocupación por mi conjuntivitis, intenté estar el máximo de tiempo con los
ojos cerrados.
Tan seguro, tan confiado y tan ilusionado iba, que no repasé el texto, ni movimientos, ni nada de camino al micro iba ilusionado y seguro de que iba a triunfar y pensando en otras cosas.
Nada más llegar hicimos un repaso de texto, pero me perdí varias veces, por tanto, cuando hicimos el primer pase… No
las tenía todas conmigo y eso unido a que notaba que mi compañera estaba un pelín insegura como
yo y que hubo problemas de textos, o sea, partes saltadas y demás, la pieza se
fue haciendo lenta.
De hecho, Carlos, al acabar, muy sonriente y diplomático,
nos dijo que era el peor pase que había visto hasta ahora, incluso peor que le
primer ensayo y no puedo decir nada, nada más que es verdad.
Por tanto, lo siguiente que prometo es: No confiarme en nada,
concentrarme y prepararme siempre para todo trabajo, aunque crea que las tengo
toda a mi favor.

Así que la próxima semana, estaré sano y con respeto a lo
que voy a hacer.
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