Ayer estuve hasta las tantas de la madrugada escribiendo una
entrada para despedir el 2017. Todos los años hago un análisis de cómo han ido
los últimos 365 días, pero este año no sé qué me pasa no me sale nada,
no me inspiro. La entrada de ayer la he eliminado totalmente y hoy, 30 de
diciembre del 2017, vuelvo a decirle adiós a este año y a ver cómo sale.
Ahora creo que tengo claro el por qué no me animo a escribir
o por qué no me sale nada y es porque este año si soy sincero y escribo como ha
ido todo, no me va a salir una entrada bonita.
Todos los años cuento los éxitos y las maravillas vividas,
pero este ha sido un año de mucho pensar, han pasado cosas muy buenas y otras no
tanto y por ello no quiero escribir, porque va a ser una especie de confesión. Voy a sentirme un poco desnudo ante todos vosotros y me da un poco de corte.
Este año han pasado cosas muy importantes.
No va a sonar nada humilde lo que voy a contar, pero para un actor el
hecho de tener dos obras pequeñas pero que son dos
grandes obras. Dos obras con textos impresionantes, uno escrito por Paco Bernal y Nacho
Albert y el otro por Nora Aguirre, ambas dirigidas por dos grandes; Nacho
Albert y Nora Aguirre y con grandes actores/compañeros como Pepa Acosta,
Adriana Cura, Fernando Jiménez o el gran Steven Lance, pero con poco
presupuesto, poca producción y poca promoción y que lleven ya Lluvia Fina, dos
años en cartel y A saco con la psico, tres años en cartelera. Eso es un triunfo y
algo que no todo el mundo puede decir.
Este año A saco con la psico, me ha hecho volver a La
Cochera Cabaret e ir a Granada. La noche en La Cochera fue mágica y si en 2015 hubo A saco, en el 2016 y en el 2017 también, espero que en el 2018 también haya. Estar con Steven Lance, en el escenario no es trabajar es vivir y disfrutar y este año lo volví a repetir y la salida de La Cochera rodeado de fans/amigos,
pidiendo autógrafos, fue una sensación inolvidable.
Y Lluvia Fina, también me hizo moverme, me llevó dos veces
al colegio de los Olivos, una al colegio el Limonar, casi seis veces a la Caja
Blanca, otra a Granada y la última a Alhaurin de la Torre, pero ahí no fue
igual, nos faltaba alguien. Alguien muy importante, vamos el principal. Pero
este año, ha sido cuando por fin, me hice amigo de Simón, mi personaje, por fin
consiguí su objetivo. Eso de salir a La Caja Blanca y que todos los chavales
te aplaudan y te griten piropos es muy emocionante. Por fin, he conseguido que
los niños conecten con mi personaje y se lo pasen bomba con él. Ese era el propósito
para el que crearon mi personaje, así que, este año por fin me hice con Simón.
Y lo más importante del 2017, ha sido ponerme delante del objetivo de una cámara a actuar, mientras al otro lado, viendo mi trabajo, desde
una pequeña pantalla de televisión, estaba el grandísimo Alberto Rodríguez.
Este año he trabajado en una gran superproducción, la serie
de Movistar+ La Peste. Aunque los días previos a cada cita eran horribles,
porque sentía mucho miedo y me ponía muy nervioso, pero cuando estaba en el set de
rodaje sentía que volaba.
Nunca olvidaré esa prueba de vestuario en Sevilla, aquel 17
de enero, donde conocí a la chica de vestuario que siempre me trató como un
Rey y que me hizo que convenciéra al mismísimo Fernando García, ganador de un
Goya y responsable de vestuario de la serie, para que yo llevara el vestuario
que más nos gustaba a los dos o como confundieron la profesión de mi
personaje y no sabían que ropa ponerle y llamaron a Alberto para
aclarar el tema.
A Alberto Rodríguez, lo vi en televisión recogiendo Goyas el
sábado 4 de febrero, y el martes 7, tres días después, estaba frente a él dándole
la enhorabuena y él diciéndome que hiciera mi personaje igual a la prueba
puesto que le encantó. Ese día conocí a Paco Tous, al cual me enfrenté, como
actor y con el que tuve, el segundo día de rodaje, mucha conexión, a la actriz
Patricia López, mi gran confesora, ambos nos confesábamos nuestros miedos, al
actor Manolo Caro, que me dio un abrazo grafíticamente, para quitarme mis
miedos e inseguridades, a todo el equipo de vestuario, maquillaje y peluquería, que eran los mejores del mundo y sobre todo a mi primer asistente personal que
me ponía de los nervios.
Volví a ese micro mundo especial de los sueños, llamado el
rodaje de La Peste el 5 de abril y me despedí, después de 13 horas de trabajo
de todos ellos. Ese día me acompañó Fran Rodríguez, al que desde aquí agradezco
de todo corazón, porque me vino de perla, su ayuda y su compañía. Ese día todo
fue muy rápido, muy intenso y me hizo ver que había dos clases de actores, los que están a ese nivel y nosotros.
Y por ello, por intentar entrar en ese nivel comencé a
trabajar en mi " nuevo proyecto" el cual, por falta de tiempo y de valor, aún no he acabado. Para ese "nuevo-proyecto", este año, he renovado mi book, gracias a la
gran María Vargas y mi videobook gracias al gran Sergio Sánchez.
Y lo mejor de todo fue, preparar el personaje al lado de la
GRAN MAESTRA, María del Mar Peláez, que dedicó parte de su tiempo a ayudar a un
actor pequeño como yo. Las grandes son
pequeñas, digo una vez más.
En el 2017 también, repetí con personas que hacía tiempo con
las que no trabajaba y esos son: Eduardo Nieto con el que hice, en octubre, Las
noches de verano en San Miguel, haciendo de un invidente y donde descubrí a la
gran Rakel, y en Mundamortis, donde hice
de Marco. Aunque hubo un previo un poco chungo, el día de la actuación en Monturque, con esos
pedazos de compañeros y el trabajar con José Luis lo compensó todo. José Luis
es mi actor revelación del 2017. Volví a ponerme a las órdenes de Sergio Sánchez,
en esa agradable mañana que rodamos La Bolsa, junto a Juan Fleta y de nuevo
volví con Marc Montijano y su equipo para Celebratio Vacuum y como siempre un
placer.
He repetido proyectos, que ya digo no es nada normal en los
actores de mi nivel, he trabajado en una gran serie de televisión, pero no ha
habido nuevos proyectos y que significa eso: ¿Mi carrera está estancada? Y me pregunto ¿Qué puedo hacer para desestancarla?
y pienso ¿Con quién quiero trabajar? Me
planteo que grupos o directores malagueños hay ¿Con cuales quiero trabajar y
qué hago para trabajar con ellos? Realmente me motiva alguno... Quizá debo dar
el gran salto a mi carrera pero... ¿Como?
¿ Será el momento de ir a Madrid? o ¿Será el momento de cambiar el
rumbo? o ¿ Será el momento de dejarlo y pensar en otra cosa?.
Si a todo esto se le sumas que en junio, estuve metido en un gran follón, debido a que compañeros, que trabajan en toda clases de condiciones, de pronto exigen unos requisitos extremos o que ves como el empresario de una sala, por su propio ego, es capaz de destrozar la relación de los actores de un grupo que está actuando en su sala e incluso estropear el espectáculo. Me hizo plantearme aún más que si era necesario tanto esfuerzo para eso...
Si a todo esto se le sumas que en junio, estuve metido en un gran follón, debido a que compañeros, que trabajan en toda clases de condiciones, de pronto exigen unos requisitos extremos o que ves como el empresario de una sala, por su propio ego, es capaz de destrozar la relación de los actores de un grupo que está actuando en su sala e incluso estropear el espectáculo. Me hizo plantearme aún más que si era necesario tanto esfuerzo para eso...
Cuando acabó el verano las dudas volvieron, puesto que me
encanta dar clase de teatro a mis niños, por muchas razones: Su dedicación, su
entrega, su cariño, su trabajo, su esfuerzo y sus resultados, puesto que esos
niños hicieron que en junio me subiera cinco veces al escenario del teatro
Alameda a recoger 5 premios, en el festival infantil de dicho teatro con mis
niños del colegio Salvador Allende y con nuestra pieza La Magia de los libros. (Mejor montaje, mejor
director, mejor guion, mención especial del jurado por el mensaje y mejor actor
para Saúl) pero me planteé... ¿Lolo estudiaste para actuar y ser actor o para
ser profesor?... Más dudas y más conflictos internos.
Y si a todo esto le sumamos que...mis grandes puntales
malagueños, Nora Aguirre y Steven Lance, se han ido a vivir a Madrid y mi otro
gran apoyo, el otro gran profesional con el que trabajaba se fue también pero
este se fue para convertirse en una estrella, en un genio, el gran Nacho
Albert... Pues me quedé algo solo y desamparado.
Todo eso me ha hecho tener más dudas que satisfacciones...
Pero bueno sigo.
El verano no puedo olvidarlo porque de nuevo volví a pasar
los meses de julio y agosto y parte de mayo y septiembre en el Jardín Botánico
de Málaga. Este año por partida doble: los miércoles haciendo, de nuevo, a ese
entrañable vasco Don Rafael Echevarría, que volvió a conquistar a los
visitantes veraniegos de Un paseo por el tiempo y losvjueves, a un desesperado Jorge Loring,
que desató los aplausos, los oles, el consuelo y la risas del público que vino
al jardín a ver La historia jamás contada.
Si el 2016 lo acababa yendo casi todos los meses al jardín, el 2017 fue igual, puesto que, entre reuniones, cumpleaños (que al final de año no me dieron más...) y actuaciones fui casi mensualmente al jardín.
Este año tuve el placer y el honor de ser el duende del
jardín, gran responsabilidad, puesto que Juanpe lo borda a la perfección y lo
hice para el Día de los enamorados y también volví en Halloween esta vez como
brujo/guía de los visitantes.
También he repetido Los Viajes del Quijote, este año he ido
a Alhaurin de la Torre, Alhaurin el Grande, Teba, Nerja y Málaga entre otros. Volví a servir a mi adorado Juan Luna, por fin se estrenó Fran Rodríguez, con
gran éxito por cierto y me salvó la vida, desde aquí GRACIAS, Fran Chica.
Perdonarme todos, pero la mejor vuelta fue la que tuvo lugar
en mayo y fue el reencuentro entre Anai, Salva y yo. Desde mayo a diciembre,
todo ha sido un camino de rosas, teatro, cariño por el teatro, aprendizaje,
proyectos, fiestas, piscina, comilonas, confesiones y mucho y muy gratificante
trabajo.
Este año para concluir ya, fui "director" a mí no
me gusta llamarlo así porque el trabajo de director son palabras mayores y yo
solo colaboré, guié o ayudé a José y Fabiola en la pieza Las confesiones de la
gran puta. Fue un placer currar con ellos, aprender juntos, fallar juntos, reírnos
juntos, pero como digo cierto empresario creó una mancha negra que... ensució
mucho el recuerdo...
Por cierto, la promoción del festival de cine de Fuengirola, grabada dos años antes, se convirtió en un cortometraje, Un tipo apresurado, que
me llevó a un concurso de RTVE y a muchos festivales.
Fui coordinador de un proyecto para Vialia, donde me dieron muchos dolores de cabeza, pero trabajé con tres grandes... que si no.. Allí conocí a Inma, mi actriz revelación del 2017.
Qué he sacado en limpio de este año: "No currar más en cosas donde no me sienta valorado y aprender a decir que no a ciertas cosas". ( Enseñanza de Nora Aguirre).
Y poco más que decir, me ha salido largo ¿no? Bueno espero
que os haya gustado, que el nuevo año nos traiga mucho más que contar y solo
quiero cerrar diciendo a Nacho Albert, que este año por desgracia ha sido tu año
y solo puedo decirte una vez más GRACIAS POR TODO, MAESTRO.