Llevo unos días desconectado del teatro, del blog y de estos
temas. Bueno, solamente han sido dos días, pero han sido dos días de tanta
desconexión que me parece mentira, es
como si hubieran pasado dos meses.
De hecho ayer, jueves 7 de diciembre del 2017, estuve en
Benalmádena, trabajando. Trabajando con las canciones que subrayamos y con las
que Salva había creado una historia, un poema o algo así. ¿Os acordáis, verdad?
Pues no pasó nada de eso, las can-
ciones murieron por el camino. No entendimos
bien lo que Salva quería de ese trabajo y como debíamos hacerlo. Él nos dijo
que tampoco se había explicado muy bien, así que entre unos y otras aquello no
llegó a buen puerto y las canciones subrayadas murieron en algún cajón de la
casa de Salva.
La entrada parece que tiene un tono triste, gris o falto de
ilusión, pero para nada, con Salva todo es positivo: “Han muerto las canciones
vivan los ejercicios."
¿Y que son los ejercicios? Os diréis.
Veréis los ejercicios son; distintas formas de trabajar.
Partimos de algo, bien un teatro breve con texto, bien un teatro mínimo de
apenas cinco frases y acotación, bien una pieza que es solamente una acotación
breve (tiene un nombre pero no lo recuerdo) o bien un poema, una vez leído, dejamos volar nuestra imaginación, vemos que nos inspira y a donde nos lleva,
buscas un tema personal que te preocupa o te interesa, al cual has llegado
desde ese texto y sobre el que quieres hablar, lo expones ante los compañeros y
lo desarrollamos.
Es intentar llegar a nuestra verdad, contando cosas que nos interesan, de verdad, como
personas y hacerlas llegar a la gente, pero como actores, no camuflado tras un
personaje.
Me pareció algo super interesante, me dejé llevar, fluir y
hablar. Sé que dije cosas extremadamente interesantes e imaginativas y otras
que eran auténticas chorradas, pero me lo pasé muy bien. Ya digo, me dejé
llevar, solté muchos lastres personales, hasta hablé del ataque de hipocondría
que había sufrido esa misma mañana.
Como siempre pasa con ellos, fui a trabajar pero no lo hice,
lo que hice fue disfrutar como un...
Llegué al ensayo a las 12:04, Salva vino media hora después.
Durante ese tiempo esperamos, plácidamente, al sol: Anai, su amiga Juani, la
hija de esta y yo. Al solecito y casi sin abrigo en diciembre ¡Qué bien!
Llegó Salva y me esperaron porque yo estaba hablando por
teléfono alrededor de la piscina, corté la conversación y empezamos.
De nuevo se nos fue la olla y sin darnos cuenta, acabamos a
las 14:30. ¡Dos horas impresionantes de trabajo!
Leímos, ya digo, un texto que solo era una acotación y
empezamos a filosofar, escalera, escobas, actores, médicos, salud, opresión de
la sociedad, de uno mismo, etc.
Después un teatro breve de Jardier Poncela, con diálogos
magistrales, hablamos de amor y acabamos hablando de sexo, tras leer un poema.
Todos esos ejercicios, eran simplemente eso, ejercicios,
pero que dieron pie a posibles montajes o futuras piezas, pero que dejábamos
ahí para desarrollarlas más o no.A mí la primera me apasionó.
Ese trabajo fue para adaptarnos bien a la nueva forma de
hacer montajes que nos propone Salva y que me encantó.
Paramos porque Anai nos dijo que era la hora de comer y nos
esperaba un típico cocido madrileño, por cierto, el primero de mi vida. Para evitar
un empacho me retuve pero me hubiera comido el triple.
Estas citas ya se han
convertido en jornadas teatrales y gastronómicas.
Para acabar diré que, durante toda la jornada, nos acompañó
Sergio. Él es el causante de estas preciosas fotografías y nos aportó mucho,
porque es un tío muy abierto, divertido y culto. ¡Lástima que viva tan lejos,
sería un gran ayudante de dirección!
Acabamos a las 17:00 horas pero yo llegué a casa sobre las
23:20 ya que luego me fui de visita cultural, nostálgica, familiar y
sentimental por Benalmádena pueblo con Anie y puedo decir que fue uno de mis
mejores regalos de esta Navidad y eso que acaba de empezar.
Asi da gusto trabajar y me ademas me alegro.
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