Ya voy en el bus, me han pedido puntualidad, la cita es a las 13:00 horas.
No he ido a correr, ni a nada para poder irme andando hasta la cita y llegar a tiempo. Pero, me he levantado, me he puesto a charlar con mi madre y se me ha ido el Santo al cielo. Mientras sea por esa razón... Yo justifico la impuntualidad.
Me he vestido de esquimal, hoy viernes 19 de enero del 2017,
hace frío en Málaga, no tanto como
ayer lo sé, pero yo soy mu friolero. Ya digo, me he vestido de esquimal y he
emprendido mi camino al Botánico.
Ya voy en el bus.
El bus más vacío del mundo, hoy parece una feria, qué de
gente y aquí voy sentado, el último, junto a una amable señora y en unos
asientos repugnantes.
Voy con mi libretita, al igual que hacen mis compis, pero la
mía va vacía, porque lo llevo todo en la mente.
Sé que voy tardecillo, aunque acabo de mirar la hora y son la
12,56 h. o sea, que voy realmente tarde o
más bien, es materialmente imposible llegar a tiempo.
Pero pese a ello, voy feliz, porque voy realizando un
simulacro del verano, en el bus, al Botánico, de viaje, escribiendo en el blog. Que guai
Aunque nada tiene que ver, lo guai del verano con este frío.
¡Es horrible!.
Dos minutos para la cita y aun me quedan tres paradas y el
caminito, a pie, por el campo.
Por cierto, aunque iré aligerando, iré oyendo mi música y
haciendo mis fotos para el blog. Je, je, je.
Mas fio que lavando rabanos.
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