Ya lo tenía todo preparado: el mp3, mi móvil para esperar
sentado en el bus, relajado y absorbiendo el sol de esta tarde. Aletargado
hasta mí llegada al Botánico.
Me espera una macro jornada como mínimo de 6 horas y quería
llegar tranquilo, puesto que está mañana he recibido una información un tanto
contradictoria sobre lo que se tiene planteado hacer para el día de los
enamorados.
Por eso quería llegar relajado, con energía, ganas y la mente abierta, para
negociar posibles cambios.
Pero ha sido imposible, el autobús venía hasta arriba y no
me he podido sentar hasta el final.

y es cierto.
Acaba de llegar el bus y ahora si voy a saborear el paseo,
el sol, el relax y la música hasta el Botánico.
El camino fue genial, por fin el sol en mi cara, por fin no
hacía un frio horrible y como iba solo,
iba cantando y bailando las canciones de la Oreja de Van Gogh.
Qué alegría es
poder ir por la calle sin andar arrugado por el frio.
Puntual como un reloj, llegué al Botánico donde ya me esperaban, Soraya, Dani y Úrsula.
Es verdad que no valoramos lo que tenemos, pero algunos si que lo hacemos, asi que ponerse a ello.
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