viernes, 30 de octubre de 2020

TARDE DE INSPIRACIÓN AL MÁXIMO.


En 3 días estrenábamos la pieza Alhaurin mágico. Realmente no era una obra de teatro como tal, sino una especie de visita teatralizada con tintes de cuento de hadas, donde la premisa era pasarlo bien, tanto nosotros como el público. Eso era lo principal. Yo sabía, por mi experiencia personal y por el arte y profesionalidad de mis compañeros, que eso iba a pasar y que yo sabría adaptarme a las circunstancias para dar lo mejor de mí al público, pero tampoco era cosa de dejarlo todo al azar o a la improvisación.

Estaba claro que el duende viejo, pesado, cotilla y gruñón de Dani iba a atraer a la gente y a hacerla reír, que la ninfa, egocéntrica y divina de Rebeca, iba a quedar un poco ridícula, por tanto, muy divertida, además iba a encantar a todos con su baile inicial, que el final iba a ser muy bonito y que la parte donde el público improvisaba iba a estar muy chula, por tanto, era mi duende el que menos chicha y atractivo tenía. 

Es más, tras el último ensayo, por cierto último y único, pues el ensayo a tiempo y horario real que teníamos previsto realizar, para ver las luces y eso, nos lo suspendieron sin causa aparente, asi que nos lo jugábamos todo al último día. No me preocupaban mis compis, ni la historia, pero sí el tema técnico y logistico que podía fallar. Sin un ensayo previo era muy arriesgado, algo podía fallar y eso no dependía de nosotros. 

Pues como os comenté, tras el último ensayo que también fue el primero, mi compañera Rebeca me dijo que le gustó la energía del personaje y nada más. Pensé que solo dijo solo porque de mi trabajo había poco donde rascar y no podía decir más, y eso lo traduje en que aún me quedaba mucho por trabajar.

Mi personaje era el del duende del jardín. Este era el que debía contar el problema de la historia. Esto en una pieza lúdica y de solo 45 minutos, había que dejarlo claro, pero sin dar mucho detalle y yo repetía mil veces lo mismo con distintas palabras. Además la parte didáctica de la pieza, corría a mi cargo y era insoportable, pues soltaba una retahíla de datos, en los cuales sabía que la gente iba a desconectar.

Por no decir que al duende le faltaba el cuerpo, la esencia, la diversion,y algo con lo que conectar con el público, sin todo eso el duende no molaba. 

La creatividad es como una bobina de lana liada, no hay forma de quitar el lio, pero cuando pillas el cabo adecuado es tirar y el nudo se deshace en un santiamén. 

Y eso me ocurrió la tarde del martes 25 de agosto del 2020, mientras limpiaba la casa. 

De pronto pensé que el texto didáctico era aburrido porque a mí me parecia aburrido y lo vendía como tal, entonces me pregunté: "¿Y si cada planta del jardín, de la que hablo la presento como si fuera una auténtica estrella, despertaría su interés?, ¿Y si para enfatizarlo más las presento como si fuera  un cabaret y yo el maestro de ceremonias?, ¿Y si para ello uso mi sombrero de copas de lentejuelas?, ¿Y si como Rebeca me iba a prestar un gorro muy chulo, el disfraz traía otro y yo tenía mi sombrero de copa, podría usar gorros distintos a lo largo de la pieza y cada uno conllevaría una personalidad  distinta y asi ganaría variedad mi duende?, ¿Y si hacía sonar  una campanilla en mis desplazamientos y así también le daría vida?, ¿Y si mi presentación era como la de un fuglar con pandereta, baile y confeti de hojas secas? "¿Y si...?, ¿Y si...?" Y así mil "Y si" más. 

Mi cabeza era un hervidero de ideas, estas iban fluyendo una tras otras. Estaba deseando acabar de limpiar para poner en práctica todo lo que estaba pensando y así lo hice, primero en mi dormitorio y luego en el dormitorio de mis padres frente al gran espejo del armario. En todas esas repeticiones comprobé que lo que estaba haciendo podía quedar bien, saqué mil ideas más, como la de pasar algunas veces del público y olvidarme de ellos puesto que lo que más me interesa es mi trabajo, también saqué mil entonaciones más, lo llené todo de sentido y me fijé unos movimientos.

Por último, me fui a la azotea de casa, donde lo afiancé todo, lo dejé asegurado y lo repetí mil veces. Al final grabé un video de todas mis apariciones en la pieza, que envié vía WhatsApp, a mis compis de escena, Dani y Rebeca. Me gustaba mucho todo lo que había incorporado al personaje, pero necesitaba confirmación de alguien externo, o sea, mis compañeros.

Por la noche estos me respondieron y me daban el visto bueno a todo lo que había realizado y Rebeca que es muy profesional, me mandó un audio donde con mucha euforia me decía que le encantaba mi personaje.

Por fin estaba el duende, ya lo tenía, ahora si estaba deseando que llegara el jueves para poder mostrar, lucir y divertirme con mi duende. Ganas, ganas y ganas de estrenar era lo que ahora ocupaba mi mente y todo gracias a que esa tarde me visitó al inspiración.

 


 


jueves, 22 de octubre de 2020

Y AHORA ¿QUÉ HAGO? PRUEBA DE VESTUARIO.


Cuando por fín tuve tiempo para relajarme y acabé con la resaca del chocolate, empecé a pensar en el duende de la Finca El Portón que en 5 días tenía que estrenar. En lo primero en que  pensé fue en el vestuario. 

Realmente tenía poco de pensar, más bien ponerme en marcha, pues tenía muy claro como iba a ser físicamente mi duende. Quería hacer una especie de mezcla entre Peter Pan y Agatha Ruiz de la Prada. 

Para ello necesitaba. Primero, comprarme unos pantis de mil colores y segundo, tunear la camiseta del disfraz que me habían comprado. 

Cuando recogí los vestuarios, comprobé con sorpresa, que tanto el disfraz de mi compi, Dani, como el mío eran idénticos, íbamos a ir uniformado, además, eran un disfraz de David el Gnomo. Eso de ir del mismo tono me molaba poco, pero lo peor de todo era que no me lo permitían tunear. 

Yo había pensado cortar los bajos de la camiseta y las mangas en zig zag, al estilo de Peter Pan. Tenía permiso y autoridad para ello y para mucho más pues me dieron carta blanca en todo, pero de pronto todo empezó a complicarse, pues desde los altos cargos nos empezaron a prohibir muchas cosas. La primera fue la de modificar el vestuario. Ya no podía tunerarlo. 

Entonces, ¿Qué hacía ahora? , ya la opción que tenía no me servía para nada. 

¿Qué hago yo ahora?. 

De pronto, el lunes 24 de agosto del 2020, sin querer, me encontré en el garaje de casa una bolsa con algo rojo y se me hizo la luz. 

Saqué eso rojo de la bolsa y era un pantalón peto de una amiga. 

Esta lo usaba en un espectáculo infantil, tuvo sus más y sus menos con el jefe y dejó el grupo. Como el jefe vivía cerca mía, mi amiga me dio el peto y dos o tres cosas más para que yo se lo devolviera, pero como las formas del ex jefe no me gustaron, la bolsa con el pantalón se quedaron en mi casa, arrinconados y olvidados. 

Lo saqué, me lo probé y pese a los kilos de más que he cogido debido a la falta de actividad de estos meses, el peto me entraba, al ser rojo destacaba respecto al azul de la camiseta, asi Dani y yo ya no íbamos uniformados. 

Mi madre me dio el visto bueno y empezamos a confabular. Como mi personaje es un amante de la jardinería, ambos pensamos en decorar el vestuario con hojas de plantas naturales. En casa había varios ramos de flores y pensamos en guardar algunas para decorar mi vestuario. 

Tras decidirlo todo, me hice fotos, las mandé a mis compis y a mi jefe y todos me dieron el visto bueno. Ya tenía mi duende físicamente hablando,  ahora había que darle psicología. 







EL DULCE CAMINO AL DULCE.

 

El camino más dulce que he realizado jamás hacia un trabajo ha sido el que hice al  cementerio de San Miguel la tarde del sábado 22 de agosto del 2020 para representar al chocolatero Antonio Morales Romero en la visita teatralizada llamada La Málaga dulce.

Debería haber ido muy inseguro porque no había ensayado el personaje casi nada, puesto que el visto bueno para hacerlo no lo tuve hasta 3 días antes de la función y por supuesto porque era un esteno, pero la posible inseguridad me la eché en la bolsa con la ropa y me fui cargado de dulzura.

Pues si dulce era el título de la pieza, más dulce era la temática de la visita y más aún la profesión de mi personaje y también mi camino al cementerio lo fue, pues:

Era dulce el sonido que acompañaba mi caminar. Normalmente, me gusta relacionar a los personajes del cementerio con algún tipo de música o canción. Este como era muy dulce, no sabía qué música usar. 

Esta vez no tenía ninguna canción en mente, incluso pensé en Willy Wonka de la película  Charlie y la fábrica de chocolate, pero esa no me llegaba y al final me decidí por la canción Vestido Azul de La Oreja de Vangohg. 

Siempre me ha gustado mucho ese grupo, no he sido fans, pero me han gustado una gran cantidad de canciones y algunas mucho. De pronto me acordé de Vestido azul, y esa fue la que me acompañó durante todo el camino. 

Esa canción no trata sobre el chocolate, ni sobre los dulces, pero es una canción muy empalagosa. Así que empalagado me fui al cementerio. 

La  carga también lo era, puesto que llevaba en mis manos algo muy dulce. En mi bolsa además del vestuario llevaba un táper con una especie de ungüento hecho entre agua y Nocilla caliente, que habíamos hecho mi madre y yo. 

Mi madre siempre está ahí ayudando, dándome consejos y siendo mi asesora en todos mis temas teatrales. 

Mi personaje hacia como que batía chocolate y tenía que conseguir ese chocolate, así que con Nocilla que había en casa, hice una mezcolanza uniéndola a agua caliente para diluirla bien.

Y esta la hicimos entre los dos antes de salir. Otra aventura teatral más de ambos y con la que conseguí mi chocolate líquido. 

Lo último dulce que me acompañaba a ese trabajo fue un recuerdo, puesto que en vez de tirar por el camino más corto, recorrí toda mi calle porque al final está la casa abandonada donde Antonio tenía su fábrica de chocolates. Chocolate Santa María, lugar por dónde cuando yo venía del cole, al mediodía, con mi abuela y mi hermano, pasábamos y oliamos maravillosamente bien a chocolate hasta que llegábamos a casa, pues en aquellos años la fábrica aún estaba abierta y en marcha. 

Antes de emprender mi camino al cementerio quería hacerle mi pequeño homenaje a Antonio y con ese dulce recuerdo, esa dulce carga y ese dulce sonido me fui a la cita para el previo de La Málaga Dulce, a donde llegué muy puntual. 




miércoles, 21 de octubre de 2020

PREVIO EN MÁLAGA CON DULCE Y CON ASISTENTE.


Bueno asistente, asistente, como tal solo tuve una vez, y fue durante el rodaje de la serie La Peste  y me resultó un poco agobiante pues tenía a una chica pegada todo el tiempo a mí. Una persona totalmente desconocida que me seguía hasta cuando iba al baño.

 
Esto último es literal pues, la chica, cuando fui al servicio me esperó en la puerta del mismo. Llegó un momento en el que me dijo, que no podía moverme sin que ella lo supiera. 

Por tanto creo que el título de la entrada no es real, pues debería haber usado, "...con dulce y con compañía" o "...con dulce y con representante" o "...con dulce y con amigo" no sé. Como soy un actor pobre, aún no estoy familiarizado con toda esta terminología, pero lo que quiero contaros aquí y dejar muy claro es que el previo al estreno de la visita teatralizada La Málaga dulce fue de todo, menos agobiante, pues estuve asesorado, acompañado, apoyado y mimado en todo momento por un compañero al que adoro y que pasó todo el previo junto a mí. 

Este compi me hizo reír, me ayudó a decorar la escenografía, a vestirme, a relajarme, a darme seguridad, a hacerme fotos y sobre todo me hizo reír y me dio conversación, con todo ello generó muy buen rollo en mí y me quitó los posibles nervios previos a un estreno.  

Y este no es ni más ni menos que mi querido amigo y compañero Javi Zumaquero. 

Tengo que confesar que la sensación fue muy chula, me sentía muy arropado y como en casa.

Hace poco oí decir a la humorista Paz Padilla que la primera vez que viajó sola a Madrid procedente de Cádiz casi se muere, pues sentía, que tan sola, la ciudad se la iba a comer, no entendía nada y estaba muy asustada, pero que ahora todo es distinto pues su representante va con ella y es como ir con su hermano, se siente acompañada y apoyada en todo momento. 

Igualmente Kiko Rivera decía el otro día algo similar, pues su representante lo acompañaba en las tristes noche de hotel, donde estaba solo, hasta que se dormía. 

Sinceramente las pocas veces que he viajado sin compañía, para trabajar, os puedo confesar que es algo muy feo, pues te sientes muy solo o al menos yo. Eso pasa también, cuando estas en grupos donde no conoces mucho a los compis. Esto de viajar y estar solo, sé que hay a muchas personas que les encanta, pero para mí es una de las cosas que menos me gustan de mi profesión, por tanto, tener a tu lado en todo momento, a alguien de confianza donde agarrarte y donde apoyarte, debe ser muy chulo y yo el sábado 22 de agosto del 2020, viví un simulacro de como debe ser eso y la verdad que mola. 

Con las nuevas normas que rigen nuestras vidas y especialmente las actuaciones en el Cementerio de San Miguel , las citaciaones  suelen ser muy cercanas al inicio de la actuación. Antes se quedaba como 2 o 2 horas y media previas a la actuación, por tanto, te daba tiempo a hacer de todo. 

Además allí estábamos el ciento y la madre, que si los actores, las anfitriona, las maquilladoras, las peluqueras, los de producción, el músico, los jefes, el personal del cementerio y muchos familiares, amigos y allegados que también se unian, por tanto, eso era un jubileo y casi un acto social, pero ahora como se restringe la entrada al recinto sólo estamos, los jefes, los actores y algún que otro de producción, o sea, unos 8 o 9 y claro es todo más soso. 

Llegué puntual al cementerio, pero no me quedaba otra pues no citan con tan poca antelación que si llegas muy tarde, llegas con la pieza a punto de empezar. 

Esta vez ni me maquillé en casa, porque al llevar mascarilla de qué me iba a servir. 

Bueno a lo que iba, entré en el cementerio, y me fui directo a la puerta de la capilla, donde estaban mis compañeros. El día anterior Edu pidió a los actores que llegáramos pronto para que cada uno montara su escenografía y yo le pedí que como en el día del ensayo  general lo hicieran las personas de producción, entre los que estaban Javi.  Y así lo hicieron. 

Por todo ello en cuanto llegué, Javi me invitó a ver mi escenografía, juntos nos fuimos para mi lugar de actuación y ya pasamos el resto del previo allí, por cierto, al principio también nos acompañó la rebelde, mi María José, puesto que una bombonera preciosa que decoraba mi escenografía era de su proiedad. Gracias. 

Y listo, una vez allí, Javi ya no se separó de mí y me ayudó a todo.

A ver sinceramente, ni estaba nervioso, ni me sentía solo, ni necesitaba compañía, pero el que estuviera ahí conmigo me hizo ver como debe sentirse un actor cuando viaja o trabaja con un representante o manager o como se llame, que le acompañe y debe ser chulisimo. 

Si alguna vez necesitara uno, Dios quiera, se lo ofrecería a él, pues hacemos un buen tanden, es resolutivo, alegre, formal y mola. 

Ya cuando me dejó solo, recuerdo que intercambié audios con mis compis del botánico, pues esa noche actuaban pero yo ya no estaba con ellos y quería darles mi apoyo. Que buenos compañeros son. 








lunes, 19 de octubre de 2020

CRÓNICAS DEL ESTRENO DE "LA MÁLAGA DULCE".


Esto que vais a leer hoy, trata sobre el estreno de la visita teatralizada llamada La Málaga dulce, que tuvo lugar el sábado 22 de Agosto de 2020 en el Cementerio de San Miguel, está escrito el viernes 28 de agosto del 2020, o sea, el día anterior  a la segunda y última función de esta pieza.

Empecé a escribir esto, justo después de haber hecho un repaso del monólogo, así recordaba todo para la actuación del día siguiente y llegué a  esta conclusión : El texto me había salido muy fluido, mucho más real que antes ,estaba lleno de muchos matices y de entonaciones, este parecía una conversación real, llena de bloques sentidos, de manera que cambiaba mi forma de hablar de acuerdo a lo que iba contando y esto me hizo ver que el día del estreno fui más monótono, marqué un solo ritmo que usé a lo largo de toda la noche. 

Como estaba muy preocupado por  hacer el acento de Granada, llegué a un tono donde me salía bien y me acomodé en este a lo largo de todos los pases, perdiendo con ello frescura y naturalidad. Esta vez me salió más  natural. 

A esta conclusión llegué 7 días después de la actuación, ya que disponía de dos versiones del personaje  y podía comparar. Por tanto, aunque ahora leáis que fue muy bien, quiero que sepáis que la sombra de la monotonía lo cubrió todo. 

Bueno y ahora os dejo mis impresiones sobre los 4 pases de estreno:



1.-Estreno con niños e impactos:



Antes de empezar había calentado el personaje, había ensayado toda mi gestualidad, había marcado bien los movimientos, los enlaces del texto, etc. Empezaba con una cuchara de madera en las manos y  batiendo chocolate líquido en un cuenco, de espalda al público, luego me volvía y sorprendido los veía, pues estaba yo ahí, con todo preparado muy concienciado y lo primero que me llevé fueron tres grandes impactos, dos en forma de sorpresas y otro de cañonazo. 

Cómo digo, estaba muy concentrado, y de pronto oígo como la anfitriona se dirige al público con un tono infantil y acto seguido oígo como un grupo de niños le responde. ¡¡Otra vez un personaje preparado para adultos se enfrenta a un público infantil!!!. ¿ Ya hay que cambiar el tono de todo? ¡¡Y encima un día de estreno!! ¡¡¡En el primer pase, con un personaje poco ensayado y con poco atractivo infantil‼ Empezábamos bien y la cosa no mejoró. 

En Eventos con historia se le da mucha importancia, durante los ensayos, a los pie que te hacen para iniciar tu actuación. Yo sinceramente no suelo prestarle mucha atención a eso, pero esta vez si se lo hice, como no oía el pie, pues no empezaba y fue entonces cuando mi compañera empezó a gritar el nombre de mi profesión y a animar a los niños para que lo hicieran también, como en un espectáculo infantil, rompiendo así todo lo que yo tenía marcado. 

No entendí nunca por qué se hizo eso y menos sin mi permiso, pero no me corté, al contrario, guardé silencio, respiré y seguí haciéndolo todo tal cual lo tenía previsto. ¡¡Pero vaya inicio‼. 

La cosa no mejoró mucho, porque el siguiente impacto vino en forma de cristales y piedras que unos "jóvenes civilizados" arrojaron desde la calle. La organización del evento lo solucionó de lujo y yo casi ni me enteré.

Llevaba todo el día pensando en el acento granaíno, quería que me saliera bien, lo repasaba constantemente y había compañeros que me decían que lo usaba hasta en mi forma de hablar habitual. Pensaba tanto en él, que este pase, como había ensayado poco, fue más una presentación del acento que del personaje y un asegurarme que podía hacerlo, más que un disfrutar de la actuación. 

Pues bien, debo contaros que cuando mi personaje dice, como al minuto de empezar el monólogo, que es de Granada, oí a una chica del público decir algo así como :"Veis lo que yo os dije que era de Granada", como dando a entender que había reconocido el acento, así que no salió muy mal, digo yo. 

Pese a todo, creo que salió muy bien, bueno al menos a mí me gustó mucho la verdad, porque la gente estaba muy enganchada. Creo que se entendió el mensaje y los asistentes interactuaron conmigo. Los niños al final conectaron muy bien con mi personaje, aunque no era para niños, pues en todo momento contestaron y reaccionaron. 

Yo hacía un juego, donde se me olvidaba una frase que intentaba recordar, y quedó bien, pues gustó bastante. 

Conseguí crear un buen ambiente, yo quería dar más y ser más sinvergüenza pero el público infantil me cortó, aún no tenía suficiente seguridad para enfrenterme a ellos y fue un poco marcado y no muy real.

Pero al acabar me llevé una grata sorpresa, pues se me acercó una persona con su hijo. Persona a la que quiero dedicar unas palabras desde aquí, porque es un señor que siempre viene a vernos, siempre está pendiente a lo que hago y siempre me piropea. Esta vez me dijo :" Tío vales para todo porque lo mismo te metes en una cosa que en otra y sin dificultad. Hoy te has puesto un acento de Granada y sin problema, todo te viene bien". ¡¡¡GRACIAS!!!.



2.- Seriedad y jardín:



Este era el pase que yo esperaba con más  ansias, era el que quería hacer de verdad, ya había calentado el acento, ya lo controlaba todo, así que mi idea para este pase era, dejarme llevar y disfrutar, pero para nada fue así, el público era mucho más serio que el anterior, fue un público muy recto, muy concentrado. Yo los miraba pero no enganchaba con la mirada de ninguno de ellos. 

Al llevar mascarilla no ves la boca de las personas pero creo que nadie sonrió. 

En resumen. El pase fue mucho mejor, mucho más cuadrado, pero yo me sentí mucho más desanimado porque creo que en ningún momento conseguí conectar con ellos, además en algunos momentos me sentí un poco automata, como que estaba haciendo lo que había que hacer pero sin sentirlo.

Lo bueno fue que  quería tener una relación con la anfitriona, como colofón a mi actuación y sin querer, ni plantearlo previamente, salió.

Cómo mi personaje daba mucha información sin mucho orden, decidí presentarlo como un hombre campechano, pero muy charlatán y un poco desordenado en sus ideas. 

Entonces pensé que estaría gracioso que el final de mi monólogo se diera porque la anfitriona hiciera algún gesto para indicar que me estaba pasando y tras una pequeña discusión con esta y pedir perdón, concluir. 

Debido a la "nueva normalidad" no pude hablar con mis compañeras y contárselo, pero pese a ello, cuando iba acercándome al final miré a la infitriona, que era Carmen, esta me hizo un gesto, le respondí y sin querer, de forma totalmente imprevista e improvisada hicimos lo que yo había pensado. ¡¡¡Qué guay!!!. 

Y una vez más al acabar el pase alguien se acercó a hablar conmigo esta vez fue una niña, que muy amablemente me preguntó si yo era el dueño del Jardín Botánico, que la semana anterior estuvo viéndonos y pensaron que yo era el mismo actor del otro día. 

La verdad que me hizo mucha ilusión, me felicitaron por ambos trabajos y me dijeron que no les parecía el mismo, por el acento y eso, pero luego vieron algunos gestos que le hicieron pensar que sí, y de ahí la pregunta. ¡¡ME ENCANTÓ!!. 



3.-Caro y la estabilidad:


En este pase venía como anfitriona nada más y nada menos que Caro y ella es un peso pesado, es decir, es un hueso duro de roer. Esta chica es puro arte y desde que inicia su caminar con el público les inyecta unas dosis de energía y buen rollo que hacen que este llegue a ti muy animado y muy arriba, por tanto es in público exigente. 

Si el personaje que te toca representar es triste, no hay problema, porque el público se adapta a lo que le estas ofreciendo, pero si el personaje es cómico o alegre, las personas vienen ya con un nivel de comicidad tan alto que te la juegas. 

Estos grupos son la retroalimentación perfecta, con ellos te das cuenta si has hecho un personaje divertido de verdad o si tu personaje no tiene ninguna gracia. 

Si lo es, enganchas rápidamente con ellos y mantienes el nivel festivo que traen, pero si no mantienes el nivel es porque tu personaje no es gracioso, estas aburriendo al público y el arte de Caro te ha comido por goleada, por tanto, este pase era complicado para mí. Además Caro fue una de mis profes en el acento "granaino" creo que la que más me ayudó y  enfrentarme a ella también era un reto para mi.

Lo empecé muy bien y creo que el público enganchó, los mantuve alegres y entretenidos, es más, con el juego del olvido oí alguna que otra risa, hubo interactuación con ellos, vamos que la cosa marchó bien. Pero eso sí, solo bien, creo que no aumenté el nivel de fiesta, fue un pase divertido, pero no una gran juerga. Aunque a mi favor debo decir que tampoco les reduje la alegría, es decir, que no aburrí, así que al menos mantuve a la gente contenta.

Para mi este fue el del asentamiento, en este pase tomé conciencia de que ya estaba todo controlado, ya dominaba el texto, el acento, los movimientos, la forma física y psíquica del personaje y que desde ahora podía empezar a pasarlo bien, a jugarlo y a disfrutar. Este aunque estuvo bien, no logré disfrutarlo, pero si me sirvió para  tomar conciencia. 

Por cierto, debo decir que este pase lo concluí, también, como deseaba, esto es, hablando y jugando con la anfitriona, pese a que no lo habíamos pactado.



4.- Crisis, juego y risas:



Este terminó, también, con el juego entre un servidor y la anfitriona y de nuevo no lo había planificado. Es más con esta ocasión el diálogo fue hasta "larguillo". 


El pase fue muy cuadrado y divertido, pero antes de empezar entré en crisis. El acento iba marchando muy bien, pero cuando estaba a punto de empezar este pase, lo calenté un poco y no me salía, pero nada de nada, de nada y claro me asusté, en cambio fue darme la vuelta, empezar a hablar y salir todo perfecto. 

Me lo pasé tan bien, empecé a disfrutarlo tanto que se puede decir que en este pase fui el Rafael Echevarría del Albaicin, pues controlé la situación, el grupo y dejé al personaje campar a sus anchas durante la representación. 

Es más solté hasta una broma improvisada muy digna de don Rafael. Había un momento de la actuación donde mi personaje hacía una pregunta cuya respuesta era, “Cristóbal Colón” y el chico que me respondió solo me dijo  Cristóbal y mi personaje soltó una de esas bromas bordes, pero graciosas, que levantó una carcajada general. 

El grupo venía caliente, así que fue fácil dejarse llevar y continuar la fiesta. Estaban muy atentos, jugamos, se dejaron llevar. Vamos que me lo pasé muy bien y lo disfruté. 

Fue un buen broche final, que se remató con otra nueva visita. Acabado el pase se me acercó, una señora, la madre de María José, la jefa, y me dijo que tenía mucho arte. Yo le di las gracias mil veces y ella me respondió que de gracias nada que de verdad tenía arte. Y Javi que iba con ella me dijo que había sido un cachondeo que fue muy divertido y ese, esta vez, era mi fin. 









martes, 6 de octubre de 2020

FOTOS OFICIALES DEL ESTRENO DE "LA MÁLAGA DULCE".


Y como siempre, la última entrada de una actuación para Eventos con historia, son las fotos publicadas por la empresa.

Aquí os dejo las fotos oficiales del estreno de La Málaga dulce el sábado 22 de agosto del 2020 en el Cementerio San Miguel.

Espero que os gusten.









ENSAYO GENERAL DE LA "MÁLAGA DULCE".


El viernes 21 de agosto del 2020 fue el ensayo general de la visita teatralizada en el Cementerio de San Miguel, llamada La Málaga dulce, en ella se hacía un repaso a importantes familias malagueñas dedicadas a dulces, helados, vinos, chocolates y caramelos, y los fundadores de estas empresas familiares, las presentaban y recordaban sus vidas. 

Al día siguiente era el estreno, y era la primera vez en mi vida que tenía todo el atrezo preparado, todo el vestuario limpio, perfumado y planchado pero un día antes de enfrentarme al público, el personaje aún no estaba ni trabajado, ni realizado, ni afianzado. 

Me sabía el texto, a grosso modo, tenía más o menos el acento granaino, pero como me podían denegar la autorización para hacerlo, no lo había practicado a fondo y poco más. No  tenía nada más, ni cuerpo, ni movimiento, ni el texto hilado, ni nada. 

Hacia 3 días que me habían dado la autorización oficial para que mi personaje granaíno pudiera hablar granaíno,  pero entre los documentos de la pieza Alhaurín Mágico y asuntos personales no pude trabajar el personaje.  

Menos mal que ese viernes tuve el día tranquilo y tras el almuerzo me puse delante del enorme espejo del armario de 5 puertas del dormitorio de mis padres y empecé a decir el texto, a enlazarlo con expresiones granainas, a llenar la escena de  movimientos, de gestos, también quería separar ideas, hacer notar el carácter despistado del personaje y buscar un cuerpo donde se viera que era una persona graciosa, simpática, bonachona, etc.  (No sabía si este hombre era así pero yo quería darle ese matiz.)

Tras una pequeña siesta, volví a ponerme frente al espejo y repasé 3 o 4 veces mi monólogo, con ello quería dejar fijado lo que había inventado unas horas antes. Tras ese repaso cogí los bártulos y me fui hacia el cementerio al ensayo general. 

Bueno, si soy muy preciso o muy oficial con el significado de las palabras, el título de esta entrada es un poco mentirijilla, puesto que lo que nos dijeron que era un ensayo general, o sea, realizar la función tal cual se hará el día de la representación, tanto en hora, como en tiempo, como en texto, como en vesturio y en atrezo, fue realmente un pase privado y exclusivo para los descendientes de las familias de las que se hablaban en la pieza.

Cómo bien sabéis, estas visitas se llevan a cabo por cuatro anfitrionas que sucesivamente y con un intermedio de 15 minutos, van realizando un recorrido por el cementerio, pasando por lugares concretos donde estamos los personajes haciendo nuestros monólogos. 

En esta ocasión se hizo un solo pase, donde iban todas las anfitrionas juntas y estas se fueron repartiendo, por tramos, el recorrido y como público solo iban personas de las familias representadas, o sea, nada que ver con lo que se iba a hacer en el estreno y nada que ver con un ensayo general. Fue una especie, ya digo, de pase privado, exclusivo y especial que Eventos y los actores participantes regalamos a esos familiares. 

A mí me vino de perlas, pues como no había podido ensayar ni una vez, pude hacer una prueba antes del estreno. 

Ese ensayo para mí fue hacer la presentación de un trabajo realizado unas dos horas antes y lo presentaba, por primera vez en mi vida, directamente al público. Además a un público nada imparcial pues eran los descendientes de mi personaje, o sea, que era como una especie de casting, de prueba, de examen. Lo tenía que dar todo y pasar la criba, pues podían, 24 horas antes del estreno, echarme el personaje para atrás.

Algo muy extraño en general e inconsciente en particular, pero así se habían dado las cosas y yo no pude hacer nada. Imaginad como estaba yo en esa actuación, porque como dije antes, solo se hizo un pase de cada monólogo, por tanto, no me dio tiempo a calentar en pases previos ni nada, fue aparecer el público, meterme en el personaje y lanzarme al vacío, haciendo algo que previamente, solo había visto yo. 

Me sentí muy seco, muy marcado y muy serio. Lo último no sólo lo digo por mí, sino también por el otro lado de la escena. El público estaba excesivamente serio. De hecho quise dirigirme a los familiares de mi personaje, pensando que los reconocería por algún tipo de señal de complicidad que observaría entre ellos y yo, pero para nada. Todos estaban igual de serios así que tiré para adelante y punto. 

Una vez más fui un poco Concha Piquer en los ensayos de sus espectáculos frente al censor. Lo hice todo muy sutil, muy conservador, con poca gestualidad y sin el colegueo que quería dar a mi personaje así evitaba posibles reclamaciones. Así que entre los nervios y mi autocensura parecía un marqués más que un empresario dulce. 

Acabé el pase y parece que no hubo problemas. Hubo una pequeña charla protocolaria, donde intenté ser muy amable, la cosa fluyó poco, el pase continuó, yo me cambié de ropa y me fui a ver al resto de compañeros, por cierto me encantó el baile final y a casa. 

Prueba superada, mañana ya podía  disfrutar. 





viernes, 2 de octubre de 2020

Y AHORA RECOGIDA DE ROPA FANTÁSTICA


Si tras el último ensayo de la pieza, Alhaurín Mágico, salimos todos de la finca con la adrenalina, la energía y la emoción a tope, en 4 días las cosas comenzaron a complicarse y burocraticamente todo fue un lio. 

La empresa gestora y encargada de los contratos, nóminas y demás, nos lo puso lo más difícil posible pues nos pedía mil y un papel, con muchos, pero muchos requisitos para entregarlos, no nos informaban respecto a nuestras dudas, todo era tedioso, etc. 

Además el apañado del técnico, nos aconsejó realizar un ensayo in-situ y a la hora real del show, es decir, por la noche, para que viéramos las necesidades reales de iluminación y demás necesidades. Pues aunque teníamos fecha y habíamos pensado un ensayo de varias horas, unos días antes nos suspendieron, por causas totalmente ajenas, dicho ensayo. Así que, ya no nos veríamos todos hasta el día del estreno, que sí quedaríamos muy pronto. Confiaba al 100 por 100 en mis compañeros y su trabajo pero era muy arriesgado dejarlo todo para el final. 

Bueno yo a Dani lo vi con anterioridad, concretamente el viernes 21 de agosto del 2020, cuando estuvo en casa, por dos veces, ¡¡¡Ay el pobre qué bueno es‼ para recoger el vestuario de la pieza. 

Como estábamos de estreno total, yo quería tener pronto el vestuario, pienso o pensaba que era un elemento clave por dos motivos: Primero porque el personaje de Rebeca era muy corporal y si no disponía del vestuario con anterioridad no sabría como era este y por tanto, que mayor o menor libertad de movimiento tendría en escena y yo porque quería que mi personaje fuera un poco parecido a Peter Pan, estéticamente y necesitaba tunear las prendas, que si recortar las mangas, comprar unos leotardos etc. A Dani le hacía menos falta, pero también era bueno que se hiciera con él. 

Debido a la suspensión del ensayo, pensamos en llevar cada uno de nosotros un vestuario alternativo, pero como Emilio, nuestro jefe, enlace y amigo es muy apañado y su compi aún más, la mañana del viernes, que salieron a comprarlos, tras hacerlo se acercaron a Málaga y me hicieron entrega de ellos.

Fue un visto y no visto. Yo sobre las 10:30 esperaba a alguien, en casa, así que no podía entretenerme, ellos a las 10 debían trabajar, así que, quedamos sobre las 9:40 y en cuestión de segundos, llegué al lugar de la cita, saludé, Emilio se bajó del coche me dio los tres trajes y adiós. Además de la prisa, como ahora no se puede saludar ni nada todo fue un visto y no visto

Es más me sobró tiempo para ir a buscar los leotardos, visitar a mi Cautivo y mi Trinidad, desayunar en casa y estar listo para las 10:30. 

Y esa misma mañana sobre las 13:00, Dani vino hasta mi casa a recoger su vestuario, poco después pensé que si en el botánico iba a ver, al día seguiente, a la pareja de Rebeca, podía llevarse también el de ella, lo llamé y con todo el calor, el pobre Dani volvió a mi casa a por este. 

Bueno ya lo teníamos, ahora solo quedaba tunearlo y mucho, pues el traje de Dani y el mio eran idénticos y el hecho de ir los dos vestidos iguales no quedaba guay. 




jueves, 1 de octubre de 2020

RECOGIENDO LA ROPA "DULCE".


Una vez más tuve que escuchar, de boca de Edu, la frase:” Espérate que ordeno un poco y me voy contigo”. ¡¡¡Qué vergüenza‼. 

Volví a escuchar dicha frase en su trastero, en el local donde guarda todos los vestuarios de su productora Eventos con historia y ocurrió, una vez más, porque fui el último que llegué a dicho lugar a recoger mi vestuario para una próxima actuación. 

Y todo esto tuvo lugar el martes 18 de agosto de 2020.

Era la primera vez en mucho, pero mucho tiempo, que había quedado para tomar un café con un amigo, bueno puedo decir que hacía casi 6 meses, pues bien, lo hicimos en La Canasta de la Plaza de la Constitución y luego nos dimos un pequeño paseo. Mi amigo tenía que entrar a trabajar, pues tiene turno de noche y por tanto, sobre las 19:30 se fue para casa. 

Yo tenía 30 minutos para llegar del centro al local de Edu, o sea tiempo más que suficiente, pero como soy tan goloso y solo me había tomado una botella de agua, mis pies casi inconscientemente se dirigieron solos a la Heladería la Jijonenca para comprarme uno de mis heladitos de trufa. 

Esa operación conllevó que me desviara unos metros, que esperara mi turno, que caminara más lento porque iba comiendo y que la suma de todo eso hiciera que llegara al local con retraso. 

Cuando llegué, mi compañero Pachi estaba dentro, pues se probaba su ropa. Saludé, Edu me invitó a entrar, pero por el tema de las distancias decliné la invitación. 

Esperé mi turno, Edu me dio mi ropa, por cierto, que me gustó mucho, sobre todo mi delantal y terminé. Me despedí de Edu y este me dijo la frase con la que inicié esta entrada. ¡¡¡Joo una vez más fui el último en llegar!!!. Gracias Edu por esperarme y aguantarme. 

Salimos juntos, charlamos en la puerta del local, sobre teatro, unos minutillos y para casa. 

Siempre que tengo un vestuario nuevo de Edu, llego a casa como un niño pequeño, súper ilusionado por ponérmelo, mostrárselo a mi madre y hacerme miles de fotos, pero esta vez por el tema del virus, quien tuvo el honor de probarse por primera vez todo el vestuario del maestro chocolatero que estrenaría el próximo sábado en la visita a San Miguel titulada Málaga dulce, fue la lavadora.