sábado, 21 de noviembre de 2020

ESTO SÍ QUE ES UN ÉXITO Y UN TRIUNFO DULCE.

El gran éxito del 2020 y creo que de toda mi carrera, no tuvo lugar ni en una película, ni en un cine, ni en una serie, ni en un teatro, ni mucho menos en el cementerio de San Miguel, este gran éxito tuvo lugar en un coche, el sábado 29 de agosto del 2020 último día de la representación La Málaga dulce.

Y ese éxito fue el viaje en coche que hice entre mi casa y el cementerio San Miguel, puesto que... Lean con atención, emoción, alegría e ilusión: " ¡¡¡MIS PADRES ME LLEGARON AL CEMENTERIO!!!Mis padres, los dos, mi madre y mi padre. Yo esa tarde iba al cementerio y mis padres dijeron que iban a dar un paseo en coche, entonces les dije que por favor me acercaran, más que por no ir caminando, lo hice porque me hacía mucha ilusión rememorar el verano pasado y el anterior y el anterior, cuando mis padres me llevaban todos los días que actuaba al Botánico y ese día mis padres me acercaron.

Por supuesto, al llevarme mis padres llegué al cementerio más pronto que nunca, pero iba contento, emocionado, ilusionado y encantado.

El trayecto fue muy corto pero el mayor éxito del mundo, porque este significaba que a pesar de los pesares y todo lo que habíamos pasado y vivido en los últimos meses, la mujer más valiente del mundo, mi heroína, me llevaba al cementerio a trabajar, como siempre hacíamos, y yo  por ello iba muy, pero que muy feliz y ese fue el gran éxito del día, de la noche, del año y de mi carrera.






EL PREVIO DE LA MALAGA, ENTRE EL DULCE Y LA CALLE.


El previo de La Málaga dulce, el sábado 29 de agosto de 2020, día de su despedida, nada tuvo que ver con el del día 22.  Como llevo diciendo en todas las entradas de este verano sobre las visitas al San Miguel, nos citaban muy justos de tiempo. Debido a que había que cumplir al máximo las normas de seguridad, nos citaban tan justos que si llegabas tarde a la cita, llegabas realmente apurado a la actuación, pues la hora del inicio de la visita estaba muy próxima a la de la quedada, por eso he llegado bien de tiempo todo el verano y ese sábado, de nuevo, llegué bien pronto. 

Es cierto que lo único que había que hacer era llegar y vestirte puesto que no podías maquillarte allí, ni podías entretenerte con los compis, ya que éramos muy pocos, es más, como yo estos meses me he cambiado al aire libre, lo hacía rápido y sin el problema de esperar un turno, o sea, que yo entraba al cementerio y a los 10 minutos estaba más que listo para actuar. Entre otras cosas porque la mesa que formaba mi escenografía, no la montaba yo sino miembros de la organización, cosa que agradecí mucho, primero por el ahorro de trabajo y porque así me evitaba tocar nada.

La cuestión es que llegué muy pronto, entre otras cosas también fue porque me llevaron (leer entrada anterior),  entré y habían llegado muy pocos compañeros, por tanto, saludé y me fui a mi lugar de actuación. De camino me encontré a Caro y hablamos del pequeño diálogo que quería montar para acabar mi monólogo. 

Le comenté lo bien que había salido ese final, sin haberlo organizado previamente, en las visitas del 22 de agosto y esta me comentó que para esa noche quería afianzarlo más, así que cuando acabara de vestirse hablaríamos y en esa quedamos.

Ahora, mientras escribo esto, me surgen muchas dudas, lo estoy escribiendo 3 meses después y recuerdo perfectamente que antes de irme a mi lugar de actuación hablé con Caro, pero lo que no sé es por qué no montamos ese final antes de irse y tuvimos que hablarlo después, en plena calle cuando ambos íbamos ya vestidos de personaje o por qué no esperé para vestirme después de hablar con ella, la verdad que mi mente se llena de dudas, lo mismo ni me la encontré y esa conversación fue vía WhatsApp, no lo sé, pero lo que sí está claro es que en este previo estuve más solo que la una. 

Una vez en mi lugar de actuación, solo, reordené la escenografía y después me desinfecté las manos, a continuación coloqué mi vestuario y mi atrezo y me desinfecté las manos, y por último, como se acercaba la hora de actuar, supongo que se hacía tarde, y no sé por qué, sin esperar a Caro, procedí a vestirme y luego a desinfectar mis manos, acción esta última que volví a hacer cuando coloqué la ropa que me había quitado. 

Pero eso sí, dentro del cementerio solo habíamos 5 actores y algunos de la organización, el resto se cambiaban en una habitación aneja al cementerio y fuera de este, por tanto, no era el único que estaba solo, lo estábamos todos. 

Javi Zumaquero esta vez llegó más tarde y ni siquiera entró al cementerio pues se quedó en la puerta, así que esta vez no fue mi acompañante. 

No me importaba estar así, pues la actuación era en Málaga y no me sentía ni solo, ni inseguro, ni nervioso, ni nada, vamos que no necesitaba a nadie conmigo. Además en estos tiempos cuanto más solo se esté mejor, pero debo ser sincero y decir que eché de menos las tonterías, consejos y apoyo de Javi. 

Bueno pues una vez vestido y después de pasar 2 filtros, o creo que 3 (2 con María José y 1 con Edu), tuve el salvoconducto, para poder salir del cementerio vestido de personaje.

Vamos que mi salida fue, simplemente, cruzar la plaza de la puerta del cementerio e ir a la antigua sala de duelo donde se cambiaban las chicas, no me dejaron entrar, puesto que ellas estaban en dicha labor, cosa que sinceramente les agradecí, pues no tenía ninguna gana de meterme en una habitación cerrada con más personas, esperé un poco y salió Caro. Una vez juntos nos pusimos a preparar nuestro dialogo, esto se puede traducir en 3 o 4 minutos y listo.

Y cuando nuestro negocio acabó, me iba a volver a mi escondite rápidamente, por muchas razones. Primera para quitarme de estar rodeado de personas, segunda, porque sé que a Edu no le gusta que vestidos de personajes deambulemos por ahí y tercero porque yo opino como él, una vez vestido de personaje, eres este y no me gusta que me vean y se pierda el encanto, por tanto, decidí irme.

Aunque debo deciros que eso de estar en la calle con la ropa de trabajo, me recordaba al mundo audiovisual, cuando ruedas en la calle y en los tiempos de espera, tu estas a lo tuyo pero con las pintas del personaje y esa sensación me encantó. ¡¡¡ Quiero hacer audiovisuales YAAAA!!!.

Bueno como iba diciendo, me disponía a entrar al cementerio cuando llegó Javi Zumaquero y se unió a Caro y a mí, luego se incorporó Julio y claro se formó a fiesta y ya no había quién nos separara.

Éramos 4 cofrades, 2 de Viñeros, 1 de la Cena y otro del Cautivo, así que la conversación giró sobre cofradías y nuestras pullitas cachondas, vamos que lo pasé bomba.

Y en esa estábamos cuando llegó Edu, el show iba a empezar y me pidió sutilmente pero con un tonillo de enfado que me fuera para dentro. Cosa que entendí perfectamente, es más sentí que había abusado un poco de su confianza, porque me dio permiso para una cosa concreta y me quedé de charla.

Lo que viene ahora, tampoco sé si es real o forma parte de mi fantasía, pero mientras escribía esto me vinieron a mi mente dos recuerdos. 

Uno fue que Pachi o José no recuerdo cual, vino a verme a mi lugar de actuación y después de una charla  yo lo acompañé al suyo y el otro fue que estuve visitando a mi Luisa y nos enrollamos con nuestras cosas, tanto que cuando caí en cuenta la visita ya había empezado y tuve que recorrerme todo el cementerio, escondiéndome del publico, entre las tumbas y acabé en el lugar de actuación de José y tras charlar con él, este me aconsejó que camino tomar para llegar mejor a mi lugar de actuación.

Y así entre la calle y la soledad, terminé ese previo tan dulce.

  










domingo, 15 de noviembre de 2020

MÁS QUE UNA CRÓNICA, COSITAS SOBRE "LA MÁLAGA DULCE".

 

El 29 de agosto del 2020 me despedí del cementerio San Miguel por este verano, ya que ese sábado fue mi última visita teatralizada allí. En septiembre hubo otra pero en esa yo no intervine.

Me despedí de la mano de Antonio Morales Romero, fundador de la fábrica de chocolate Santa María de la Alhambra, y dentro de la visita teatralizada denominada; La  Málaga dulce. 

Debido a la " nueva normalidad", este verano no se hacen dos visitas por día, con 4 pases en cada visita, sino que un sábado se hace una visita con sus 4 pases y la siguiente semana la otra con otros 4. Como La Málaga dulce se estrenó el sábado 22 de agosto del 2020, 7 días después fue su despedida.

Pues hice los 4 pases sin ningún incidente que destacar, me sentí contento y salieron bien, fin. Esta es la crónica de esa noche y ya no tengo nada más que contar.

Sé que voy a quedar muy mal, pero estoy escribiendo esto casi 3 meses después y no recuerdo mucho de esa noche. Además tampoco tomé, como habitualmente suelo hacer,  unas cuantas anotaciones con las que luego desarrollar la entrada. 

No lo hice porque sea un vago, todo lo contrario, tenía en mi mente muy, pero que muy claro, como me había sentido y como había vivido cada pase y pensaba dejarlo plasmado en mi caminar de vuelta a casa, pero al final me trajo mi Luisa en su coche y no pude escribir. 

Que lo anterior no se entienda como que ella fue la culpable de que yo no escribiera, más bien el camino que hicimos desde la capilla principal del cementerio a su coche fue lo que me hizo no escribir, pues solo iba a contar mentiras. 

Os aclaro, mi lugar de actuación estaba muy expuesto, por tanto, no podía sacar el móvil y escribir una crónica en sucio tras cada pase, pues el público podía verme, pero en mi cabeza si las tenía organizadas y estas eran muy positivas.

Lo único positivo, y es lo único porque lo demás todo es negativo o muy negativo, que he sacado de la "nueva normalidad", es que en el cementerio San Miguel no hay una escena final donde se aglutina todo el público, y lo que es mejor, no hay el larguísimo saludo final, de modo que ahora cuando actúas y haces tus cuatro pases, te cambias de ropa, recoges tu atrezo, te despides de Edu y te vas. La verdad que eso mola y mucho, pero en este último día tuvimos que esperar más tiempo porque Edu nos quiso dar unos obsequios, además Luisa  dijo de traerme a casa y ella es muy de despedirse de todo el mundo.

La cuestión es que todo eso hizo que mi salida del cementerio se hiciera mucho más tarde de lo planeado y que por tanto me encontrara con muchas personas, esto es, personas del público que ya se iban, compañeras anfitrionas, otros actores, personas de apoyo, de la organización, familiares y amigos de los actores y actrices que vinieron a vernos etc y así surgió una clara y sencilla retroalimentación.

Ya sabéis que para mí la retroalimentación es muy importante, porque es el termómetro real donde se mide la reacción o el grado de satisfacción del público tras tu actuación y esta vez nada tuvo que ver con lo que tenía en mi cabeza.

A ver yo no soy de esos actores, como hacen muchos compañeros, que cuando terminan de actuar se quedan esperando a los otros compañeros para que lo feliciten o se ponen delante de los que han asistido al show, esperando que estos le digan que lo ha hecho muy bien o lo que es peor, preguntan directamente para que esas personas se vean obligadas a dar una respuesta positiva e irse a casa con su ego bien relleno. 

Yo no soy así, pero sí mido mi trabajo según las reacciones o los comentarios de las personas que me encuentro.

Pues bien, esa noche, tanto compañeros, como organizadores del evento, como personas que habían ido de público que se cruzaban conmigo y con mi Luisa no me dijeron ni "mu", al contrario, todo eran agasajos y enhorabuenas para ella, con lo cual deduje que mi chocolatero tampoco había gustado mucho y que las crónicas eufóricas que yo quería escribir no eran muy ciertas, eso me desanimó, ya no sabía qué contar y por eso hasta hoy no me he decidido a escribir nada de esa noche, puesto que no sé que ocurrió realmente: Mi magnifica satisfacción, o sea mi sobresaliente, o la frialdad del público, o sea, su suspenso, pues ni para ellos ni para mí lo dejamos en el suficiente, o sea, en el 5.

Una vez dicho todo este rollo, si puedo decir que recuerdo algunas cosas, como por ejemplo, que en el primer pase me lo pasé magníficamente bien y eso que era el primero, pero fue una fiesta, donde hubo risas, buen ambiente, interactuación etc. 

Tras acabar el primero por todo lo alto y muy animado, esperaba que el segundo fuera la bomba, pero fue un pase un poco seco, sobrio y donde me costó enganchar con el público pues era muy serio y estricto. 

El tercero era el de Caro y lo pasé muy bien, el pequeño diálogo con ella fue muy bien, pero de nuevo esperaba mucho más cachondeo y el último si fue muy bueno, al menos para mí pero un poco triste porque era la despedida. 

Con todo lo dicho me despedí con cariño de Antonio, con la satisfacción de haber cumplido y haber hecho un trabajo bien hecho, de haber generado alegría, dulzura y buen rollo en estos tiempos tan feos, pero ya digo es mi opinión porque la evaluación externa no fue como el chocolate a la taza, caliente, sino fría como un témpano de hielo. 






 






MÁS QUE UNA CRÓNICA, COSITAS DE LA SEGUNDA JORNADA DE "MÁLAGA DULCE".


Esta vez acabo todas las entradas sobre la clausura de La Málaga dulce, con fotos, como siempre, pero esta vez no son fotos oficiales publicadas por la empresa organizadora, sino fotos hechas por mi amigo y gran persona Javi Zumaquero. Sinceramente no recuerdo cuando las realizó pero luego, trabajó en ellas, las llenó de filtros y me hizo estos montajes. ¿ Os gustan? Pues a mí sí.








lunes, 9 de noviembre de 2020

UN CAMINO MÁGICO PERO NADA DULCE A ALHAURÍN.


El viaje en bus que hice el jueves 27 de agosto del 2020, bueno, bueno, no fue. 

Realmente si lo fue, se me hizo muy corto y la compañía no podía ser más excelente: La del buen compañero, artista, buena gente y siempre noble, Dani. 

Para que veáis si es noble que tras salir del trabajo, fue a su casa a comer, preparó todo para la actuación y se fue para la estación de autobuses a donde llegó antes que yo y eso que las distancias de un lugar a otro eran de todo menos cortas. 

Él suele ser puntual y muy responsable. Yo pese a que salí bien de casa iba con el tiempo un poco pegado, así que cuando llegué, me lo encontré ya en el andén al lado del bus, muy sonriente y con los billetes en la mano. El pobre pese a todo lo que había hecho antes de llegar, los sacó y me esperaba. 

Nos subimos al bus e iniciamos el trayecto, la compañía ya digo fue muy buena, de nuevo Raphael, Lola Flores, el programa Hormigas Blancas y nuestros cotilleos frikis, antiguos y folclóricos ocuparon todo el viaje. Vamos una gozada, pero yo no iba tranquilo porque llevaba demasiadas bolsas y eso hizo que estas y yo rozáramos la ventanilla del bus y los asientos y eso no me gustó. Además no había mucha gente pero a mí me parecían una barbaridad. 

Tras ese viaje, nos bajamos del bus, cruzamos esa plaza enorme, sin sombra y a alta temperatura, pero yo era el más feliz del mundo pues por fin estaba al aire libre. 

Para celebrarlo incité a Dani a comprarnos un helado e iniciar el trabajo de la forma más fresca y dulce posible. 

Pero cuando estábamos guardando la cola, Dani recibió una llamada, era nuestra compañera Rebeca, que le informaba de que ya había llegado y nos esperaba, así que tuvimos que abortar la operación helado. 

Después de abortar la operación helado, Dani y un servidor, cargados de vestuario y atrezo, muy apurados por ir atrasados y muy acalorados porque eran las 18:00 h. En pleno agosto nos dirigimos apresuradamente y algo avergonzados a la finca El Portón, cita en Alhaurín de la Torre.

Apresurados y avergonzados porque del elenco de los 3 actores que formaban la pieza Alhaurín mágico, éramos 2 los que llegábamos tarde, pues Rebeca, nuestra compi, que no es muy aficionada a la puntualidad, esa tarde lo fue y más que un reloj suizo, cosa que nos sorprendió muy gratamente.

Pero las sorpresas no se quedaron ahí. Llegamos a la finca, esta estaba cerrada y no sabíamos cómo entrar y de pronto vemos aparecer por los caminos del jardín a una Rebeca, lozana, alegre, sonriente, que se dirige a nosotros, muy feliz, a abrirnos las puertas. Vamos como toda una señora cortijera que nos recibe en su finca. 

En 5 o 6 minutos que llevaba en el jardín ya lo había hecho suyo y se había hecho íntima de los miembros del equipo técnico. 

Ella venía a abrirnos por tanto el previo ya iba a comenzar. 





domingo, 8 de noviembre de 2020

"LA REBECA MÁGICA" PREVIO EN ALHAURÍN.


Tras embadurnarnos en gel hidroalcohólico, Dani y yo entramos, el jueves 27 de agosto del 2020,en la finca El Portón, de Alhaurín de la Torre, lugar donde Rebeca ejercía como anfitriona. Esta nos recibió, nos llenó de muestras de cariño, de risas, de buen rollo, tanto que hasta nos presentó al resto del equipo. 

Luego llegó nuestro momento de intimidad en el Amazona, bueno realmente era la sala donde nos íbamos a cambiar. Entramos y allí reinaban la humedad, el calor y los mosquitos como aviones, eso sí, sillas, mesas o espejos había pocos. Pero todo nos daba igual, nos era imposible pensar con el derroche de felicidad y alegría de Rebeca, por cierto, estábamos rodeados de unas pinturas maravillosas. 

Allí en aquella habitación cada uno acomodó sus cosas en un lugar de la sala, cada uno se hizo con su espacio y empezamos a sacar las piezas de vestuario que nos íbamos a prestar unos a otros. Yo le presté una bufanda a Dani y un cinturón a Rebeca, esta a mí un gorro  y así fuimos completando los vestuarios. 

Cada cosa que sacábamos era una fiesta por parte de Rebeca, una broma por parte de Dani y unas risas e inyección de energía por la mía. Había ganas de trabajar juntos, de pasarlo bien y de hacer y ser felices. En ese momento Rebeca nos contó su interesante viaje a la finca y en el mejor momento, nos avisaron para ejecutar lo peor de todo. 

Ahora venía el peor momento de la tarde, el que yo no quería hacer y el que más miedo me daba, esto es, la parte técnica. 

No me gusta el tema tecnológico en general, no lo entiendo, ni ganas y mucho menos me gusta en el mundo teatral, o sea, odio tomar decisiones, colocaciones de luces y sonido y por supuesto hacer las pruebas. No me suele gustar y menos cuando yo debo decidir sobre el tema, así que me hice un poco el tonto y entre que era Rebeca la que usaba todo el tema de luces y música y que el equipo técnico formado por Antonio y un chico joven era mucho más que maravilloso y estupendo, todo fue coser y cantar y repito, especialmente gracias a Antonio que iba resolviendo y solucionando fácilmente y siempre con una sonrisa todo los marrones que yo le iba proponiendo. 

Rebeca negoció con los chicos la colocación de la máquina de humo y mientras la instalaban, tuvimos que esperar y como Rebeca estaba tan desbordarte de energía, buen rollo y ganas de trabajar, decidió ofrecernos a Dani y a mí su monólogo. Fue precioso, o al menos a mí me encantó. 

Listos los humos, subimos a una terraza donde estaba la mesa de sonido y de nuevo gracias a Antonio todo fluyó, pues el pent con la música, que llevaba Dani, era compatible, al no llevar nosotros un técnico de sonido propio, este hombre se ofreció a hacerlo y ensayamos un poco los momentos de poner la música y todo quedó muy aclarado. 

Ahora ya teníamos tiempo libre. Tiempo que ocupamos ensayando. 

Se ensayó en un principio la pieza tal cual, empezando por la parte de Dani, luego hicimos su parte y la mía y yo hice mi presentación, pero luego no seguí. Yo controlaba lo mío, me preocupaban más las escenas entre compañeros y en eso nos centramos. 

Repetimos varias veces el final de Rebeca, mi encuentro y diálogo con ella y después el enlace de ella con Dani y el diálogo de ambos, por cierto que nos reímos mucho. Y de ahí nos fuimos al final, que era la parte más importante, era la que más diálogo tenía, debía quedar clara, romántica, fluida, realista etc. Y la repetimos como 2 o 3 veces. Luego creo, que Rebeca volvió a hacer su baile y su monólogo y de nuevo un placer. 

Para que veáis el buen talante y lo apañado que era el técnico os cuento esto. Cuando se inició el ensayo de la recepción del público por parte de Dani, le pedí que no se acercara mucho a la puerta de entrada, pues habían dejado allí amontonadas muchas cajas, y no quedaba bonito. Solo dije eso, pues coincidió que pasaba Antonio y sin ser su labor, se puso a sacar una a una todas las cajas del jardín. Me pareció una labor muy altruista y de colaboración por su parte muy bonita. Pero la cosa no quedó ahí, cuando el pobre estaba en su trabajo, fuimos a buscarlo para pedirle algunas de esas cajas. 

Rebeca y yo tenemos un amigo en común, este estaba en plena mudanza y tras conocer la existencia de esas cajas nos pidió algunas y nosotros trasladamos esta petición a Antonio que no solo se dirigió a donde estaban, sino que nos abrió la puerta, nos ayudó a elegir las mejores y a transportarlas fuera del jardín y siempre con comentarios amables y una inmensa sonrisa. 

Y ya que estábamos en la calle y nos sobraba un poco de tiempo, decidí comprarme un dulce, Dani me acompañó encantado, cosa que ya intuía, pero la nueva sorpresa fue que Rebeca... ¡¡¡¡También nos acompañó, comiéndose una loca!!!. Ella es muy natural y nunca la vi comiendo dulces, pero esa tarde sí. 

Esa tarde todo era perfecto y allí sentados en un banco como tres chavales, nos comimos nuestra merienda. Dani nos comentaba que estaba un poco nervioso y ese fue nuestro tema de conversación, los nervios previos a una actuación. 

Y a partir de ahí todo fluyó muy rápido, creo que al entrar coloqué todo mi atrezo, tuvimos un ratito libre, de relajación, repaso y concentración de cada uno, luego llegó Emilio nos saludó, charlamos algunas cosas con él y justo cuando íbamos a vestirnos, nos pidieron que si podíamos ayudar a decorar el jardín con velas. 

Debo confesar que esa actividad me descolocó un poco, pues necesitaba tiempo para maquillarme, vestirme etc, de hecho me escaqueé un poco, pero Rebeca con su energía y Dani con su buen hacer, colocaron las velas con un ánimo y energía como si por cada una de ellas le dieran 50 euros. 

El tiempo del inicio se acercaba y yo pedí empezar ya a vestirnos. Ese momento, con sinceridad lo recuerdo muy feo y os digo por qué. 

Con esto de la pandemia, no quería estar mucho rato en sitios cerrados, ni sin mascarilla cerca de mis compañeros, ni mucho menos entrar en servicios públicos, así que esa labor que tanto me gusta hacer y disfrutar junto a mis compis, la hice solo, sentado en el auditorio, ya empezaba a anochecer y no veía bien como hacer mi maquillaje, nadie podía ayudarme, ni aconsejarme. No me gustó mucho como quedó pero a mis compis sí y luego fui el último en vestirme, aproveché el tiempo al máximo y que la sala estuviera ya vacía. Si mis compañeros ya estaban listos para actuar, yo podría vestirme solo y así fue, seguro pero triste y apresurado. ¡¡Qué fea y triste es esta nueva normalidad!! Al menos para mí. 

Y como íbamos justo de tiempo, fue salir de la sala, hacernos algunas fotos y Emilio nos avisó que comenzábamos. Ahora a disfrutar.







viernes, 6 de noviembre de 2020

CRONICA DEL ESTRENO DE "ALHAURÍN MÁGICO".


Podría empezar esta entrada de muchas formas pero creo que me tengo que remitir a Rebeca, puesto que ella aparte de ser la que conquistó al público, en el estreno de ayer,  jueves 27 de agosto del 2020, de la pieza Alhaurín Mágico, fue la protagonista de todo, del ensayo, de la función, de la recogida... Lo pasó bomba, vamos era una niña chica en un parque de atracciones. Su buen rollo nos lo trasladó a todos, pero especialmente me quedo con 3 frases que dijo, que resumen muy bien, mi sentir y creo que el de Dani y el de todos los que hicimos esa noche posible.


" Me da igual que la pieza dure más de lo previsto. Pensé que íbamos mal de tiempo porque íbamos rápido, pero no tengo ningún problema  en acabar más  tarde. Me da igual no descansar entre pase y pase."

"Venga chicos vamos por el siguiente. ¡Venga que empezamos!, ¡ Qué ganas. Joder!"

" Tío, ¿ Ya hemos acabado? Pues yo ahora,  haría dos o tres pases más. Me da igual, haría los que hicieran falta." 

Es que Rebeca, anoche, se lo pasó muy bien. Bueno creo que el pueblo de Alhaurín de la Torre,  Dani y yo y todos los que estábamos allí  también lo pasábamos muy bien. Ahora os relato las crónicas de los dos pases que hicimos:




1.- Pase de estreno:




"Tal como dice el título de esta crónica fue el estreno, y como estreno que fue no se puede decir otra cosa. Un estreno siempre es un estreno y los nervios, la inseguridad y la falta de control se nota.

El pase salió muy bien, pues  se cumplieron los plazos de actuación de cada actor, ocurrió todo lo que estaba establecido y  tal  cual estaba previsto que ocurriera. No fallaron las luces, no falló el sonido, los encuentros  entre los personajes fueron perfectos y sobre todo lo que era más peligroso, no falló ni la maquina de humo, ni la música. Sé que en un estreno esas cosas no deben ser preocupantes, puesto que se supone que todo eso ya se ha trabajado y asentado en los ensayos, pero os recuerdo que nos dejaron sin el ensayo general, que nos lo suspendieron, asi que todo estaba muy claro y planificado en nuestras cabezas, pero lo difícil era que todo saliera bien en la práctica y por suerte todo salió. 

Lo que sí noté al menos en mi personaje, ya que a los demás no los vi, fue un excesivo derroche de energía.

Derroche que no siempre es bueno, porque puede quedar exagerado o aturdir al público con tanto exceso. 

Otra cosa no muy positiva fue la oscuridad. Había algunas partes del jardín muy poco iluminadas y cuando actuaba en dichas zonas, no sabía si el público estaba viendo lo que ocurría y si todo estaba llegando a los espectadores. 

Mi primera aparición que era muy breve, en ella me asomaba a un lugar, veía la llegada del público y huía de él. Me asomé y estaba en total oscuridad, creo que no me vieron.

La segunda escena tampoco estaba muy iluminada, pero de pronto, un fogonazo de luz me dio en la cara, era un equipo de la televisión local que venía a grabarnos. Yo temía que la cámara y los cables pudieran despistar al público, pero a mí me vino de perilla, porque la cámara me encanta y actuar delante de ellos me motiva y además el foco que traían iluminó algunas partes donde la oscuridad era extremada.

Otro punto positivo fue que  me había montado un personaje con mucho atrezo, cambio de  utensilios, de sombreros, elementos externos etc. La verdad que no sabía si iban a cuadrar, pero todo salió  super bien.

Me produjo mucho vértigo, pero a la vez emoción y adrenalina, el riesgo de exponer directamente al publico aquello que había ensayado en casa, solo y frente al espejo del armario del dormitorio de mis padres. Era extraño porque eso que yo había montado en casa, ahora lo veía el publico directamente, pues quitando el video que envié a Dani y Rebeca, mi actuación no la había visto ningún compañero, ni director, ni nadie, solo yo y ahora lo veía el público y era una sensación chula pero rara.

Otra cosa que me preocupaba era el tiempo, no quería que el pase durara menos de los 45 minutos, que habíamos prometido, pero tampoco más, para que mis compis  pudieran descansar entre pase y pase.


Cada vez que no actuaba y me encontraba al jefe, Emilio, le preguntaba por la hora y el tiempo que llevábamos. Eso fue otra de las cosas que me hizo ir acelerado, porque tenía mucho texto y no quería robar tiempo a mis compañeros.

Al final hicimos 50 minutos.

En cuanto al personaje, creo que empecé un poco gritón e incluso algo seco con el público, es más, creo que pude caer mal, pues cuando el personaje de Dani se iba, yo decía que no quería quedarme con el grupo y lo hice muy duro y poco agradable. 

En la siguiente parte, si jugué mucho con la gente, estos estuvieron muy atentos, pero no tenía  ni un cuerpo, ni un personaje muy definido y algunas cosas las hacía Lolo. La parte didáctica, la tenía muy preparada y la hice muy bien, pero quizá no me fijé mucho en el público y no fui muy atrayente, entre otras cosas por el tema de la distancia y no acercarme a ellos. 

Las partes con Rebeca estuvieron muy bien, la otra donde el publico tenía que improvisar, este estuvo muy atento y jugó con nosotros y la final fue muy bonita. 

Pienso que a parte de la tensión normal de un estreno estaba el hecho de que en esta pieza yo era actor, casi director, responsable y organizador. Era el responsable de que el pase durara 45 minutos, que mis compañeros estuvieran contentos con el trabajo y que Emilio y María, nuestros jefes, quedaran satisfechos y vieran que cumplíamos lo pactado. Tenía tanta responsabilidad y cosas en la cabeza que quizá a la actuación no le di tanta importancia, pero quedó todo muy bien, y sobre todo tal y como yo lo tenía previsto y planeado."





2.- ¡¡¡ Este sí!!!, ¡¡¡¡ este sí!!!



Casi no nos dio tiempo a descansar puesto que cuando finalizó el primer pase vinieron unos niños a saludarnos y se hicieron unas fotos con nosotros. Después del acto promocional nos metimos en la sala donde nos habíamos cambiado, nos tomamos un poquito de agua y Emilio nos avisó que ibamos a empezar. 

Esta vez empezamos con ganas, ya habíamos estrenado, y ahora lo que nos quedaba era disfrutar, no había presión, ni tensión por el tiempo, puesto que al no haber otro pase después, podíamos ir tranquilos y relajados, además el pase anterior que fue un poco acelerado sobrepasó los 45 minutos, si  en este ibamos a ir más relajados, completábamos el tiempo pactado sí o sí. 

Ahora había que disfrutar y eso hicimos. De hecho antes de salir, Dani dijo la siguiente frase: “Ahora os vais a enterar porque me voy a recrear. "

Y eso hicimos todos, recrearnos.

No me concentré nada, es más, antes de mi primera aparición, esa en la que me asomaba y luego me iba, estuve hablando con Emilio, contándonos cotilleos, charlando de nuestras cosas etc. Hasta que oí que venía Dani, me metí en el papel y a actuar. Esta vez, como todo estaba tan oscuro, mi aparición la acompañé de palabras, onomatopeyas y gestos que me hicieron visible. 

La siguiente aparición, que muestra mi relación con Dani, fue mucho más interactiva con él y con el público y quedó muy graciosa, pues, oí muchas risas y comentarios. 
Esta vez estaba en la actuación, disfrutaba cada momento y eso se hacía notar, pues al yo saborear cada instante el público también lo hacía. De hecho cuando expreso mi deseo de no quedarme con el grupo, esta vez no fui seco, sino más bien, asustadizo, perezoso, caprichoso y la gente conectó conmigo al instante. De hecho la presentación del duende, que hacía con una pandereta, confetis de hoja secas, rimas y cuatro pasos de baile, lo hice tan metido en lo que hacía, que acabó con un sonoro aplauso del público. 

Después del aplauso me sentía aún más seguro pues ya sabía que ese público era agradecido  y que los tenía en el bolsillo. 

Esta vez el duende estuvo infinitamente mejor, llené el texto de matices, jugué mucho el personaje y las situacuones. 

Corporalmente estuvo casi perfecto, pues mantuve una posición constante del Arlequino de la Comedia del Arte, con cambios posturales muy curiosos. 
Su comportamiento fue mucho más infantil, mucho más agradable, mucho más cercano, mucho más simpático. De hecho cuando conté el problema de la historia, un problema amoroso que me hacía llorar, la gente empezó a comentar y a sonreir, en plan pobrecito. 

El publico fue genial. Mi personaje era muy materialista, solo pensaba en el trabajo y en cuidar su jardín, por ello, de vez en cuando se acordaba de alguna tarea que tenía pendiente de hacer y se iba dejando al público plantado. Cuando volvía se los encontraba sin querer, pues ya no se acordaba de ellos y bien se sorprendía o se  asustaba. 

Todo esto lo hice mucho más tranquilo que la otra vez, con expresiones mucho más claras y concretas, esto hizo que todos los reencuentros fueran recibidos por risas y comentarios. 

En el grupo había una mujer mayor que lo comentaba todo y a todo le daba solución y  a la que estuve respondiendo toda la noche. Era un público muy abierto, muy dado al cachondeo, yo le di marcha, pero debido a las normas de seguridad,  iba un poco asustado y no fui todo lo bullanguero que podría haber sido y que ellos demandaban. De hecho cuando llegó la parte más infantil de la pieza, jugaron como si tuvieran 8 años y qué lástima que por el virus, no pude dar más. 

La parte didáctica/cabaretera, quedó de lujo, más tranquilo y seguro  y con ello los hice disfrutar más, al juego inicial entraron de maravilla, al acabar la presentación de mi primera planta hubo risas, a la segunda un comentario que respondí y a la tercera una gran reacción. ¡Qué guay iba todo‼ 

El primer encuentro con Rebeca quedó muy bien, pues se entendió más que la otra vez y le coloqué al público súper bien. El segundo corporalmente quedó perfecto y el texto que fue improvisado, estuvo lleno de sentido y naturalidad. 

Después ya le tocaba actuar a mis compañeros, asi que ese tiempo libre, lo dediqué a sentarme tranquilo a descansar en el auditorio, a deambular por ahí, a recoger cosas y a esperar el final junto a Rebeca, mientras disfrutábamos a escondidas del arte de Dani. 

Esperaba que en la parte improvisada donde el público tenía que dar la clave final de la historia, ese público tan maravilloso lo diera todo, pero estuvieron muy callados y casi no dijeron nada.

Y acabamos con todo el encanto que el final tenía que tener y lo tuvo. La gente estuvo muy integrada y creo que se notó que los tres ya estábamos tranquilos, que ya habíamos llegado al final, que habíamos cumplido, que había salido bien  y que estamos contentos. 

Creo que el final fue nuestro regalo, lo disfrutamos un montón. 

En resumen que aunque con cositas fue una noche magica, explendida y llena de encanto. "












domingo, 1 de noviembre de 2020

TODO "DUENDELANDIA" PREPARADA.


Después de los cambios planteados en el duende de la pieza Alhaurin Mágico, y algunos que otros repasos, el estreno se acercaba y el miércoles 26 de agosto se 2020, con mucha ilusión y como siempre con la colaboración y ayuda de mi madre, dejé todo preparado para dicho estreno. .

¡¡¡Qué ganas e ilusión tenía por hacer ese personaje. Todo me decía que nos lo íbamos a pasar muy bien!!!.


PD: En el fondo de la foto se puede ver también el vestuario del personje que iba a representar el sábado.



¡¡¡ CON TANTO CALOR Y PENSANDO EN LOS HUESOS DE SANTOS!!!


El 10 de agosto del 2020, con todo el calor, y unos días antes de que normalmente se iniciara la feria de Málaga, en vez de pensar en eso y en divertirme, andaba pensando en huesos de santos, buñuelos y sobre todo en Don Juan Tenorio, pues esa mañana recibí una llamada de Paco Cabrera, donde me invitaba a hacer una versión de Don Juan Tenorio, al estilo de las radionovelas, pero para televisión. Os explico.

Paco Cabrera, director de la pieza Laberinto, esa  pieza que dejamos a medio estrenar por culpa del confinamiento, me telefoneó para decirme que le habían propuesto presentar un programa de televisión semanal, en la televisión del pueblo de Pizarra, Fion Televisión. Este programa estaría dedicado a la cultura y su nombre sería el siguiente: Cuando los sentimientos afloran. 

En la llamada además, me proponía hacer una lectura dramatizada de las escenas más importantes de la obra Don Juan Tenorio, donde yo haría del galán protagonista. Este estaba preparando la programación para la temporada y quería dedicar el programa de finales de octubre a esta famosa pieza de Zorrilla. 

Me gustó la idea y mucho más cuando me dijo quién sería mi compañera. La actriz que haría de Doña Ines era nada más y nada menos que María José Vizcaíno, así que eso fue lo que más me convenció, pues no quería dejar pasar ese placer y ese honor.

Y para ello el lunes 24 de agosto de 2020, nos reunimos mi compañera y yo. 

Paco además del director, presentador y organizador del programa, quería dirigirnos y llevar un poco el control de la lectura que íbamos a realizar, como es lógico y como María José y yo queríamos.

Pues bien, pensamos que antes de quedar con Paco y que nos diera indicaciones, ambos debíamos reunirnos para leer el texto  y saber más o menos de que iba este.

Nos citamos en un local donde hicimos tres lecturas. Una completa, otra de las escenas en común y la última de las partes de Doña Ines, esta ultima para poder poner en práctica algunas pequeñas indicaciones que yo le dí.

La verdad que pasamos mucho calor, este era horrible, pero disfruté mucho, porque estuvimos casi 3 horas de ensayo. Una o menos de trabajo y el resto de charlas y confesiones.

Además de vuelta a casa, María José me trajo en su coche y nos regaló a la familia un helado.

Yo tenía mucho más texto que María José, pero me parecía muy monótono. Su personaje tenía muchas más emociones y cambios de registros, en cambio el mío me parecía muy soso.  Con esa sensación me volví a casa.