El 10 de agosto del 2020, con todo el calor, y unos días antes de que normalmente se iniciara la feria de Málaga, en vez de pensar en eso y en divertirme, andaba pensando en huesos de santos, buñuelos y sobre todo en Don Juan Tenorio, pues esa mañana recibí una llamada de Paco Cabrera, donde me invitaba a hacer una versión de Don Juan Tenorio, al estilo de las radionovelas, pero para televisión. Os explico.
Paco Cabrera, director de la pieza Laberinto, esa pieza que dejamos a medio estrenar por culpa del confinamiento, me telefoneó para decirme que le habían propuesto presentar un programa de televisión semanal, en la televisión del pueblo de Pizarra, Fion Televisión. Este programa estaría dedicado a la cultura y su nombre sería el siguiente: Cuando los sentimientos afloran.
En la llamada además, me proponía hacer una lectura dramatizada de las escenas más importantes de la obra Don Juan Tenorio, donde yo haría del galán protagonista. Este estaba preparando la programación para la temporada y quería dedicar el programa de finales de octubre a esta famosa pieza de Zorrilla.
Me gustó la idea y mucho más cuando me dijo quién sería mi compañera. La actriz que haría de Doña Ines era nada más y nada menos que María José Vizcaíno, así que eso fue lo que más me convenció, pues no quería dejar pasar ese placer y ese honor.
Paco además del director, presentador y organizador del programa, quería dirigirnos y llevar un poco el control de la lectura que íbamos a realizar, como es lógico y como María José y yo queríamos.
Pues bien, pensamos que antes de quedar con Paco y que nos diera indicaciones, ambos debíamos reunirnos para leer el texto y saber más o menos de que iba este.
Nos citamos en un local donde hicimos tres lecturas. Una completa, otra de las escenas en común y la última de las partes de Doña Ines, esta ultima para poder poner en práctica algunas pequeñas indicaciones que yo le dí.
La verdad que pasamos mucho calor, este era horrible, pero disfruté mucho, porque estuvimos casi 3 horas de ensayo. Una o menos de trabajo y el resto de charlas y confesiones.
Además de vuelta a casa, María José me trajo en su coche y nos regaló a la familia un helado.
Yo tenía mucho más texto que María José, pero me parecía muy monótono. Su personaje tenía muchas más emociones y cambios de registros, en cambio el mío me parecía muy soso. Con esa sensación me volví a casa.
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