Tal como os decía en la entrada anterior, una vez en Campillos, el miércoles 14 de julio del 2021, entramos al Colegio Publico Manzano Jiménez por la puerta grande, iniciando así nuestro Candilejas de verano 2021 y viendo ese patio de recreo inmenso, todo estaba tal cual lo dejamos en el 2020, parecía que nada se había tocado desde entonces.
El albero, seco, amarillo, símbolo del calor, la falta de aire y el exceso de temperatura cubría el suelo, un camión cisterna, regando ese albero para hacer el ambiente mínimamente agradable. El sol pegando en cada centímetro, sin el más atisbo de sombra y al fondo el escenario sin nada, solo con unas paredes blancas con distintas puertas.
Es cierto que la imagen invitaba a salir corriendo, pero yo ya sabía, por el año anterior, que unas 4 horas después y debido a la magia del teatro, ese paisaje sería este:
Como techo las estrellas y la luna, el escenario desnudo con su fondo negro y las preciosas luces de candilejas al borde del mismo, que da nombre al festival y que recuerdan a los escenarios de los años 30 y a aquellos que yo dibujaba cuando pequeño. Frente a este, las filas de sillas blancas que se pierden en la vista y ese aire fresco que por la noche hace siempre en Campillos.
Todo eso nos hace parecer a nosotros, esos cómicos ambulantes, que antaño iban de pueblo en pueblo y a mí esa sensación me encanta.
Me encanta imaginarte cual titiritero con su espectáculo a cuesta, por esos pueblos perdidos.
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