Como bien sabéis iba a hacer del musico Eduardo Ocón, vale un personaje guay, pero solo tenía 5 párrafos, de 2 ó 3 frases, como mucho, cada uno, o sea, el texto integro duraba mucho menos de 2 minutos, además era tan, tan, tan poético que no sabía de dónde rascar.
Pues entre la extrema brevedad del texto, su dificultad para sacarle algo y lo más importante, que no hice nada desde que se comenzó a trabajar en el proyecto, estaba la cosa regu.
Se plantearon 3 semanas para el mismo. En la primera no pude ensayar debido al accidente de mi compañera ( día 22 de octubre), el siguiente fue suspendido porque el grupo tenía otra actuación (29 de octubre) y el siguiente fin de semana era la función ( día 5 de noviembre). En resumen, me presentaría a la visita sin realizar ni un ensayo, bueno el 22 bajo la lluvia y a la puerta del local, le solté el texto a Edu.
Pero vamos a lo que vamos, el jueves 2 de noviembre del 2023, me dirigí a Calle Martínez Maldonado, al local de vestuario de Eventos con historia, para recoger el mío.
Era curioso ir a por el vestuario de un personaje que se representaría en 3 días y que aún no estaba ni montado, ni ensayado, ni trabajado. Me sabía el texto pero nada más, porque no había ensayado, también hay que decir que yo no lo había trabajado en casa porque no sabía cómo.
De nuevo fue llegar y topar.
Era por la mañana temprano, iba muy bien de tiempo, Edu me esperaba en la calle, yo siguiendo los consejos de mi amigo José, iba oyendo lo nuevo de Malú y Ana Mena, la verdad que me gustó bastante poco, aunque también debo decir que no la oí entera.
Edu me saludó desde lejos, me acerqué a él, nos pusimos a hablar de nuestras cosas y directo para la sala donde guarda todo el vestuario, tenía todo listo, es decir, todo mi vestuario preparado, bueno todo el que deseaba que yo luciera ese día.
Digo el que él deseaba, porque eso no quería decir que lo fuera a lucir, ya que como siempre os comento, desde hace unos meses no me fio de mi nuevas medidas, así que ya es ley que no salgo del local sin probarme todo el vestuario que me ofrece Edu.
El pantalón me estaba de lujo, pero largo, la camisa enorme y la chaqueta muy bien, así que tras darle el visto bueno a las prendas, me despedí de Edu y salimos a la calle, puesto que este me acompañó.
Nos pusimos a hablar en la puerta, pero la conversación fue muy breve, puesto que lo llamaron por teléfono, me despedí por señas y me marché.
Bueno, el vestuario era espectacular, un frac negro y una camisa blanca con cuello para pajarita y la correspondiente, ahora había que ver como me quedaba a mí, pero bonito, la verdad que el vestuario era muy bonito.
Guapisimo de la muerte.
ResponderEliminar