CRONICAS DE LA VISITA AL CONSERVATORIO MARIA CRISTINA.

 

Aunque debería contar esto en las entradas dedicadas al previo, quiero hacerlo aquí pues es donde voy a hablar de la actuación en sí, pero pese a ello, os lo he referido en las entradas anteriores.

Esa misma mañana, mientras iba para la actuación y repasaba, decidí dividir el minúsculo texto en partes e interpretar cada parte con una emoción.

Esta no era una solución muy ética, iba a parecer un trabajo de técnica vocal de la escuela de interpretación, donde sin apenas sentido, dividías las estrofas de las poesías y a cada una le dabas una emoción diferente, no quedaba nada natural pero era una forma de demostrar a la profesora tus distintas capacidades en registros vocales.

Y en esta ocasión usé dicho recurso para darle "chicha" al texto y para lucirme un poco, aunque repito no era muy de profesional. 

Las partes serían las siguientes: Empezaría de forma coloquial y natural, la parte más metafórica la haría como el recitado de un pregón cofrade, otra parte llorosa, la siguiente siniestra y con un tono de terror,  para pasar a un grito trágico y tras la parte musical, acabar con un tono coloquial y sonriente.

La parte del pregón ni me salía, ni me convencía, ni le veía el sentido, pero justo antes de salir, pero justo, justo, cuando estaba escondido tras la puerta blanca que daba al escenario, nervioso como un flan porque el texto era muy complicado, me vino a la cabeza una idea: 

¿Por qué no la hacía con los ojos como cerrados y moviendo las manos como si estuviera dirigiendo una orquesta?

Al hablar de los techos y paredes del edificio, que se mencionaba en ese fragmento, movería mis brazos sutilmente hacía esos lugares. Hice 2 pruebas, se lo comenté a Paula, que esperaba junto a mí, le pareció bien, intenté marcar, con 2 pases, los movimientos que haría y lo agregué.

Lo justificaría ante Edu, como una metáfora más.

Y ahora os dejo las crónicas escritas tras cada pase:

1. Probando, probando:

" Pase listo, casi no me he dado cuenta que ha pasado, es que prácticamente no decía nada, 7  intervenciones de una frase o menos.

Ha ido bien, el toque naturalista del principio, hizo que el empezar fuera muy frio, no despertaba el interés del público, además no puedes aclarar mucho porque todo lo debes representar en una sola frase ya que a  la siguiente ya es otra emoción y eso es raro. Tanta brevedad tampoco me permitía hacer mucho más,  no había empezado cuando ya había acabado. 

Hice la parte del director de orquesta pero muy sutil y un poco rápido, no estaba muy seguro, debido a que fue prácticamente improvisado y a que Edu nunca lo había visto y pensé que le podía molestar, era demasiado contemporaneo.

Después la pena, bien, me he sentado para concentrarme y decir esta parte de una forma muy dramática. 

El grito quedó muy bien.

Se me ha olvidado una palabra pero he salido,  la recordé, no se notó el olvido y no entré en pánico como cuando el Tenorio.

Me dispuse a abrir el piano y antes de abrirlo y tocar las teclas, la música  ya había empezado a sonar.

Cuando ha empezado la música y ha salido Paula a bailar, yo hacía como que tocaba el piano y muy bien.  Me ha encantado hacer como que tocaba, se me cerraban incluso los ojos, dejándome llevar por la música, sentía como que tocaba de verdad. 

El final bien, pero tampoco me daba tiempo a desconectar y pasar de un estado serio y concentrado a algo mas jovial o coloquial, no pegaba y costaba pasar de una cosa a otra de forma natural sin parecer bipolar. 

Además me he ido y no he levantado aplausos, creo que ha sido porque no le he dado intensidad y el publico pensaba que no había acabado. En el siguiente pase la daré. 

Creo que se han visto y se han notado todas las partes en que dividí el texto. 

Era el primer día que me actuaba en un escenario y ante un público después de los nervios que viví en el Tenorio y aunque no pensé en eso, tenía un poco de secuelas de ese día. Especialmente porque el texto era muy breve, muy poético, con palabras difíciles y muy encorsetado.

Ese tipo de texto me pone muy nervioso, antes de salir estaba histérico, porque con una palabra que me salte o si me distraigo y hago una pausa podría no poder enganchar y liarla y bien liada, así que la atención era constante. Me sudaban un montón las manos. 

En resumen que ha ido bien, tampoco da para más, mucho he hecho, para lo breve que era. 

Mientras escribo esto, oigo a mi compañero hacer de Joaquín Martínez de la Vega y me da penita porque recuerdo cuando yo lo hacía cargado de intensiones, partes y vida."

2. Orgulloso de mí, sacando todo de nada:

"Emoción, estoy incluso un poco emocionado, siento  emoción y orgullo a partes iguales, porque de la nada he sacado todo. 

Sin tener personaje, sin casi trabajo previo, sin ensayo y sin texto o emociones de dónde agarrarme, no  he caído en el vicio de soltar el texto de forma engolada y solemne para que suene bien y largarme. No, lo he llenado de vida. De dado vida a una roca de mármol.

Muy bien de verdad, suena feo, pero estoy orgulloso de mí. Tenía el personaje menos atractivo de todos, y he logrado sacar algo y dejar una huella. Más que una huella puedo decir que he dejado un poso de que algo había pasado, no sé si bueno o malo pero no ha sido un tío soltando palabras y punto. 

Creo que he logrado hacer un buen trabajo porque he realizado cada parte, pero con una transición, o sea,  enganchando una con otra, sin pasar sin lógica como si fueran bloques.

La parte dramática la he relentizado mucho, con un tono lloroso, casi con lagrimas.

La musical me ha encantado. Me he dejado llevar por la música, los gestos, los movimientos de cabeza, ojos y manos, realmente sentía que tocaba e incluso me he  emocionado  un poco.

Se ha notado mucho la parte jovial de la emocional. Al principio muy jovial lo otro metido en la emoción 

He entrado con un tono de fiesta muy bueno y bonito, muy real y rápido. Después he ido a  jugar con el tema de director de orquesta, con los ojos cerrados, sonriendo, mi personaje estaba recordando tiempos mejores y era feliz, además disfrutando de ese juego, que en el tiempo de espera entre pase y pase lo fui marcando y quedó más armado.

Lo siniestro ha sido muy siniestro y el grito desgarrado ,lo último más coloquial y el final más cerrado y mejor.

Lo dicho he salido muy feliz".

Málaga, domingo 5 de noviembre de 2023.