El viernes 9 de mayo de 2014, un día antes de la actuación, tuvo lugar en la Iglesia de San Felipe Neri, el ensayo general de El Auto de la Fe, bueno ¿ensayo general? o carrera de obstaculos.
De verdad, no quiero que lo que cuento, siente mal a nadie, pero quiero contar las cosas tal y como las he vivido yo y aquella tarde, prometo, que esperaba que de un momento a otro, saliera alguien con un muñeco de Inocente,inocente y me dijera que todo aquello era una cámara oculta, una broma.
Empezó el ensayo de El auto de supervivientes, con la noticia, casi subrrealista, de que los hombres nos teníamos que ir, de la habitación donde estábamos, porque las chicas debían de cambiarse, es verdad que no fueron todas las compañeras, pero tres nos obligaron a salir, vamos ni en tiempo pasado ocurría eso, somos actores y vamos a cambiarnos, no a mirar, pero bueno fue así.
Después nos fuimos a la iglesia y nos encerraron allí, en silencio, lo que pasa que no lo hicimos, hasta esperar que nos tocara.
Cuando hicimos la actuación, que fue cortaba en diversos momentos, eso es normal, porque era un ensayo general, nos rodearon de velas.
Del sitio donde salíamos, al lugar de la actuación, había un escalón, plagado de velas, las cuales tras solicitar que las quitaran nos dijeron que no, que se perdía el efecto, claro está al bajar a punto estuve de quemarme la capa.
Además nos pusieron a nuestras espaldas, dos grandes arbotantes de plata, sobre unas cajas de maderas, que estaban justo detrás nuestra y no veíamos.
Me sentía aprisionado,no me moví en todo el ensayo de mi rincón, por miedo, a abrirme la cabeza si tiraba el arbotante o salir ardiendo, si quemaba la capa.
A todo esto se unía que la acústica del templo era buenisima, pero como no había publico, hacíamos eco nosotros mismos y se perdía la voz, con lo cual, teníamos a personas ajenas al montaje, haciendo constantemente indicaciones de como debíamos hablar.
A parte de que estábamos descalzo y el frio del marmol del suelo se nos calaba hasta los huesos.
Al final me sentí
, falto de movimiento, aprisionado entre velas y gritando para que se me oyera, con esto había perdido el cuerpo del personaje y las intenciones del texto, acabado el ensayo me fui, bastante molesto y agobiado.
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