Si en la entrada anterior os dije que el Botánico volvía,
tras la Semana Santa, por partida cuádruple, en esta, os contaré las otras tres
partidas que faltan, ya os informé de lo de los carteles y me quedan, aún, tres por contar.
Dos de ellas son muy fáciles y muy simples: Me voy a pasar
el fin de semana, metido en el Botánico, celebrando cumpleaños. El sábado tengo
uno por la mañana temprano y el domingo otro al mediodía. Ambos de hadas y para
niños muy pequeños.
Pero la enjundia del Botánico es mañana, pues vamos a
realizar, una especie de pre ensayo general de La historia jamás contada.
Acabo de preparar todo mi vestuario y mi atrezo y desde ayer
estoy preparando el personaje.
Mi participación en este proyecto consta de 20 minutos, de
los cuales 10 los hago con compañeros y otros 10 los hago yo solo.
Por tanto, mi monologo tiene que durar 10 minutos. En el
ensayo que hicimos, previo a Semana Santa, yo llevé un boceto, de casi 4
minutos, que comenté a mis compañeros y les pareció bien. Si a eso le sumamos
que debo trasladar al público de un lugar a otro y contar el conflicto que
tiene mi personaje, se puede decir que ya tenía todo el texto completo.
Es más desde aquel ensayo, que hicimos el viernes del
traslado de Estudiantes, hasta ayer, miércoles 18 de abril del 2017, no he
tocado, ni trabajado el personaje.
Y os preguntareis, ¿Por qué trabajó tantos días y tantas
horas, el personaje de Rafael Echevarría, el verano pasado y este casi no lo ha
tocado? ¿Será que ya ha cogido confianza en el Botánico y pasa de trabajar?
Pues no. Os diré que no he cogido confianza y respeto a
Jorge tanto como a Rafael pero os diré el por qué, enumerando las diferencias
entre uno y otro.
-De Rafael no tenía nada y tuve que crearme su cuerpo y su
forma de ser. De Jorge, antes de empezar, me dijeron que era: serio,
caballeroso, inteligente y muy correcto, por tanto, he podido crear poco y lo
poco que he creado es fácil.
- Con Rafael tenía, como he dicho antes, 20 minutos de monologo y además tenía que hacerlo
divertido. Esta vez solo 10 minutos y solo me piden que sea histórico.
- Para crear el monologo y la historia de Rafael tuve total
libertad y a penas información de él. Esta vez, tengo exceso de información y
me han dicho que es lo que debo decir en mi elocución.
- Rafael tenía que desplazarse muchos metros con el público, por ello, tuve que crear una forma de andar e historias para distraer al público mientras andábamos, así que tenía que conocer a Rafael casi como a mí, Jorge a penas anda y ya digo lo tengo todo muy marcado.
- Y lo más importante, Rafael era vasco y tuve que crear ese acento y Jorge es malagueño.
Por todas esas razones, en dos días, miércoles 18 y jueves 19 de abril he creado a Jorge Loring.
Ayer, mientras esperaba para dar clases a mis enanos, me leí y terminé de aprender el texto escrito pre Semana Santa. Caminando por el parque, lo repasé varias veces y creé la estructura de como plantear mi conflicto. Durante el trayecto en bus, fui cogiendo información que necesitaba para el final de mi intervención.
Esta tarde, jueves 19 de abril, he desarrollado la explicación del conflicto, he cerrado el final y he hecho cuatro repasos del texto; uno como calentamiento, otro crono-
metrado, otro interpretado y otro final.
El cronometrado me ha salido un total de 7 minutos, o sea, me sobran 3 para desplazar al público e improvisar con ellos, perfecto.
Ya, como dije antes, está todo preparado y veremos mañana como va ese pre-ensayo, la verdad que tengo ganas de poner en pie y dar vida, de una vez, a mi Jorge Loring y os contaré cual es el veredicto final de mis " jefes".
Vas agarrar.
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