sábado, 20 de mayo de 2017

ESTE ES EL PREVIO " JAMÁS CONTADO".



Este si es el verdadero previo al estreno de La historia jamás contada, que tuvo lugar en el Jardín Botánico de Málaga, el viernes 19 de mayo del 2017.

Como os dije, en la entrada anterior, llegué al Jardín antes de las 20:00 horas, reto superado y mientras me acercaba a la puerta, vi de llegar al gran Juan Pe, lo esperé y entramos juntos. 

Nada más entrar, nos encontramos a Rebeca que ya se disponía a subir a los "baños-camerinos" para arre-
glarse. Le dijimos que nos esperara, pillamos toda nuestra ropa, maquillaje, atrezos y demás y nos subimos con ella.

Al final Juan Pe se nos adelantó y yo subí, solo, con Rebeca y ahí se inició un  previo que se puede calificar como el previo del miedo, la intranquilidad, la ansiedad, la tranquilidad, el señorío y sobre todo el sudor.

Digo señorío porque ayer si  me sentí el señor de la finca.

Me maquillé, me vestí y sobre todo me coloqué el pañuelo, a pesar de los pesares, luego sabréis por qué, con toda tranquilidad. Además, ya vestido y con el pañuelo muy bien puesto, me dí más de un paseo por la casa y me sirvió  para hacerme con el lugar y sentirlo mío. Debo deciros que el oír sonar mis zapatos, por aquellos salones, me sirvió para sentirme el amo y señor de todo. 

El momento de abrir la puerta principal de la casa y ver el exterior fue precioso.

La magia del lugar es mucha y ayer gracias a ella  y al vestuario, bien puesto, me ayudaron mucho.

Antes de iniciar mi momento de soledad, iba por la casa ultimando todo, moviéndome con mucha soltura, algo que el verano pasado no hice y de nuevo sentí esas cosquillas en el estómago. Mientras paseaba me dije a mi mismo: "Lolo, el señor que tu interpretas, con el que tu juegas, en su día fue el dueño de todo esto y esta casa era su verdadero hogar."

Pues mientras nos empezábamos a vestir el buen rollo, la risa, las ganas de ayudarnos, de pasarlo bien, los intentos de Rebeca para conven-
cernos de lo bueno que es ser vegetariano llenaba el ambiente pero de pronto se enturbió, se empezó a llenar, a las 20: 30 una hora antes de la función, de intranquilidad, a las 20:40, de ansiedad y a las 21:05, de miedo.

Y eso fue lo que ensució el ambiente de ese fantástico " baño- camerino" y os cuento por qué. Se acercaba la hora de la función y para más " inri" del estreno del espectáculo y un compañero no venía, es más, no daba señales de vida pese a que le escribían por WhatsApp o lo llamaban insistentemente por teléfono. Lo intentaban localizar los compañeros, los jefes y nada.

Y la mente de mis compañeros empezó a llenarse de: ¿Sus-
pendemos? ¿Le ha pasado algo grave? ¿Quién hará su labor? ¿Cambiamos el show a última hora? ¿Qué ocurre? al final la sangre no llegó al río y el compañero apareció sin problema.

Yo no soy sabio, ni vidente ni nada, pero no me dejé invadir por todo ese halo de nega-
tividad. Tenía claro que todo se trataba a una tardanza consentida y pasé de llenarme de nervios. Intenté ayudar, para adelantar trabajo y ponerme bien el pañuelo. Eso  era lo que me tenía más preocupado y ocupado.

Como digo, el ambiente se ensució, pero no la ropa de Jorge, porque no sudé nada pese a la cantidad de ropa que llevo. Pero, en cambio, mi ropa se podía estrujar.

Amo el verano y la finca, pero no recordaba lo odiosa que es la combinación entre; finca, árboles que cierran el cielo, humedad, cuestas, tierra, prisas y cargar con un abrigo, un mochila, una caja, un altavoz y toda tu ropa. 

Llegué a las escaleras de la Casa-palacio chorreando, pero tanto que parecía que había metido la cabeza en agua. Me agobié tanto, que le pedí a Rebeca colocar las velas en la escalera de la casa y descansar un poco. Menos mal que fue llegar a la casa y secarme con la corriente, porque, estaba realmente preocu-
pado.

El momento de encender las velas con mi pareja del verano, Rebeca, un poco antes de comenzar, fue fantástico.

Lo que no fue tan fantástico fue el momento más esperado de la noche, el de comerme el gran bocadillo hecho por la mamá. Temiendo ser visitado por de algún compi y que me cortara mi gran momento, me lo comí tan rápido que se me hicieron más nudos en el pecho que a Pedro el amigo de Heidi cuando comían queso.

Tras la rapidacena y escribir esto, repasé y a empezar.

1 comentario:

  1. Que pecha de reir me pegado con lo de Pedro comiendo queso.
    Que amas el Verano? La madre que te pario.

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