Este si es el verdadero previo al estreno de La historia
jamás contada, que tuvo lugar en el Jardín Botánico de Málaga, el viernes 19
de mayo del 2017.
Como os dije, en la entrada anterior, llegué al Jardín antes
de las 20:00 horas, reto superado y mientras me acercaba a la puerta, vi de
llegar al gran Juan Pe, lo esperé y entramos juntos.
Nada más entrar, nos
encontramos a Rebeca que ya se disponía a subir a los
"baños-camerinos" para arre-
glarse. Le dijimos que nos esperara,
pillamos toda nuestra ropa,
maquillaje, atrezos y demás y nos subimos con ella.
Al final Juan Pe se nos adelantó y yo subí, solo, con Rebeca y ahí
se inició un previo que se puede calificar
como el previo del miedo, la intranquilidad, la ansiedad, la tranquilidad, el señorío
y sobre todo el sudor.
Digo señorío porque ayer si me sentí el señor de la finca.
Me
maquillé, me vestí y sobre todo me coloqué el pañuelo, a pesar de los pesares, luego sabréis por qué, con toda
tranquilidad. Además, ya vestido y con el pañuelo muy bien puesto, me dí más de un paseo por la casa y
me sirvió para hacerme con el lugar y sentirlo mío. Debo deciros que el oír sonar mis zapatos, por aquellos salones, me sirvió para
sentirme el amo y señor de todo.
El momento de abrir la puerta principal de
la casa y ver el exterior fue precioso.
La magia del lugar es mucha y ayer gracias a ella y al vestuario, bien puesto, me ayudaron mucho.
Antes de iniciar mi momento de soledad,
iba por la casa ultimando todo, moviéndome con mucha soltura, algo que el
verano pasado no hice y de nuevo sentí esas cosquillas en el estómago. Mientras
paseaba me dije a mi mismo: "Lolo, el señor que tu interpretas, con el que tu juegas, en su día fue el
dueño de todo esto y esta casa era su verdadero hogar."
Pues mientras nos empezábamos a vestir el buen rollo, la risa,
las ganas de ayudarnos, de pasarlo bien, los intentos de Rebeca para
conven-
cernos de lo bueno que es ser vegetariano llenaba el ambiente pero de pronto se enturbió, se empezó
a llenar, a las 20: 30 una hora antes de la función, de intranquilidad, a las
20:40, de ansiedad y a las 21:05, de miedo.
Y eso fue lo que ensució el ambiente de ese fantástico
" baño- camerino" y os cuento por qué. Se acercaba la hora de la
función y para más " inri" del estreno del espectáculo y un compañero
no venía, es más, no daba señales de vida pese a que le escribían por WhatsApp
o lo llamaban insistentemente por teléfono. Lo intentaban localizar los compañeros, los jefes
y nada.
pendemos? ¿Le
ha pasado algo grave? ¿Quién hará su labor? ¿Cambiamos el show a última hora? ¿Qué
ocurre? al final la sangre no llegó al río y el compañero apareció sin
problema.
Yo no soy sabio, ni vidente ni nada, pero no me dejé invadir
por todo ese halo de nega-
tividad. Tenía claro que todo se trataba a una
tardanza consentida y pasé de llenarme de nervios. Intenté ayudar, para
adelantar trabajo y ponerme bien el pañuelo. Eso era lo que me tenía más preocupado y ocupado.
Como digo, el ambiente se ensució, pero no la ropa de Jorge, porque no sudé nada pese a la cantidad de ropa que llevo. Pero, en cambio, mi ropa se podía estrujar.
Amo el verano y la finca, pero no recordaba lo odiosa que es
la combinación entre; finca, árboles que cierran el cielo, humedad, cuestas, tierra,
prisas y cargar con un abrigo, un mochila, una caja, un altavoz y toda tu
ropa.
Llegué a las escaleras de la Casa-palacio chorreando, pero tanto que parecía
que había metido la cabeza en agua. Me agobié tanto, que le pedí a Rebeca colocar
las velas en la escalera de la casa y descansar un poco. Menos mal que fue
llegar a la casa y secarme con la corriente, porque, estaba realmente
preocu-
pado.
El momento de encender las velas con mi pareja del verano, Rebeca, un poco antes de comenzar, fue fantástico.
Lo que no fue tan fantástico fue el momento más esperado de la noche, el de comerme el gran bocadillo hecho por la mamá. Temiendo ser visitado por de algún compi y que me cortara mi gran momento, me
lo comí tan rápido que se me hicieron más nudos en el pecho que a Pedro
el amigo de Heidi cuando comían queso.
Tras la rapidacena y escribir esto, repasé y a empezar.
Que pecha de reir me pegado con lo de Pedro comiendo queso.
ResponderEliminarQue amas el Verano? La madre que te pario.