jueves, 2 de noviembre de 2017

¿ HALLOWEEN O SEMANA SANTA?


Sé que este título puede traer polémica, sé, también, que los puristas cofrades, que lean esta entrada me querrán apedrear, pero en la noche de Halloween del 2017 he vivido cosas muy similares a las que siento una noche, concreta, de Semana Santa, si me apuráis mucho, os diré, que esa noche es la del Lunes Santo.
 
Pensareis que me he vuelto loco, al principio no era consciente, pero al final, me di cuenta  y era cierto. Más que un brujo, esta noche de martes, 31 de octubre del 2017, me he sentido un nazareno.

Y después de soltar esa parrafada y quedarme tan tranquilo os explico el por qué.

En el espectáculo La ruta del miedo del Jardín Botánico de Málaga, este año, han pensado hacer un recorrido, donde hay unos sustos preestablecidos, realizados por unos actores fijos y luego hay tres actores: David, Juampe y yo, que vamos acompañando a los grupos como "guías/personajes/acompañantes/ creadores de miedo/ tensión" etc. Como no tenemos, ninguno de los tres, el don de la ubicuidad, nos hemos repartido los siete pases,celebrados hoy, entre nosotros. Juampe y yo hemos hecho dos cada uno y David ha hecho tres.

Pues os cuento,  mi personaje iba vestido: con telas que casi me cubrian la cara, una rama de bambú en forma de cetro, una túnica y una gran tela cubriendo mis espaldas. Yo os pregunto: ¿Todo eso no puede parecerse a la túnica, el capillo, la capa y el bastón que suele lucir un nazareno? Pues sí y mi cuerpo sentía las mismas sensaciones que siento cada Lunes Santo al salir de nazareno (sensaciones físicas, pero para nada sentimentales, porque lo que yo siento un Lunes Santo, solo lo siento ese día) esas sensaciones eran: comprobarme una y otra vez que todo esté en su sitio, la sensación de andar y no poder porque te han pisado la tela/capa o echarte toda la tela/capa amontonada en un brazo para poder andar mejor. Todo eso lo he sentido hoy y  sin bromas, es lo mismo que siento cuando voy vestido de nazareno.
 
Además cada Lunes Santo es un mundo, no sabes que va a pasar, te juegas, que salga bien o no, a una carta, intentas que las personas se vayan contentas y no solo con el resultado, sino también con tu trabajo, cada salida procesional, es algo que ocurre en directo, sin ensayo y dentro de un engranaje enorme de muchas personas. Pues eso mismo he vivido hoy: mover grupos grandes de personas, en extensiones grandes de recorrido, intentar que no se perdiera el orden, que se cumplieran los tiempos, que no se perdiera el sentido de lo que hacíamos e improvisar mucho para dejar a todos contentos y sin ensayo previo.

La sensación de no poder más pero decirte: " Nadie lo puede notar, esto tiene que ir adelante" también me ha pasado hoy y el hecho de sudar, de sudar bajo tanta tela.

En cambio cuando acabé mis dos pases y fui a apoyar a los demás compañeros,  caminaba recto y no encorvado como mi personaje, tranquilo, luciéndome por el jardín, deseando hacer, pero ya sin ese nervio, ya solo caminaba para disfrutar y pasear, la responsabilidad la tenía otro. Me recordó, también, a  los Domingos de Resurrección, cuando salía en otra cofradía diferente a la mía, pero ya solo lo hacía por cubrir el expediente y todo era más sosegado y relajado, ya solo paseabas y disfrutabas.
  
Quizá os parezca, una comparación graciosa, aburrida, original, divertida, estúpida, blasfema, no sé. Pero quiero que os quede muy claro que no la cuento con ningún fin sino porque realmente hoy me he sentido así, he sido el nazareno/brujo de Halloween. Además como el tiempo era tan primaveral... todo era un círculo que me llevaba al mismo lugar. Pero sin ninguna emoción o sentimiento igual al Lunes Santo, solo eran sensaciones físicas.

Como sabéis  todos los que leéis este blog, mi odio a Halloween, al género de terror y a todos esos temas es más que conocido y siempre que tengo ocasión lo pongo de manifiesto, tanto a nivel privado como a nivel público con el blog, pues bien, pese a todo eso, creo que la persona que más miedo pasa en las noches de Halloween soy yo.  
Siempre hay algo que me asusta, que el show es aburrido, la altura donde trabajo, el texto etc y hoy, martes 31 de octubre del 2017, me asusté porque  tenía la obligación de hacer que el espectáculo durara una hora y veinte y no sabía si lo podría hacer. El recorrido por el jardín era corto, las intervenciones de los compañeros también y yo debía improvisar y conectar con el público durante todo ese tiempo.

Pues bien dicho esto, diré que mi primer pase ha durado, en palabras de la organización el tiempo exacto y el segundo según mi reloj, cinco minutos menos, por tanto, he sido el actor que ha cuadrado mejor los tiempos y eso para mí era esencial, porque sé  vendió un tiempo mínimo de show y no me parecía bien que durara menos. Algunos compañeros lo achacaban a que mi personaje iba lento en su caminar, yo sé que no era así. Era porque yo me paraba para hablar con el público, me he currado improvisaciones, parado en el sitio, para hacer tiempo, pero que cada uno piense lo que quiera.

Otra cosas que temía era que el público no se fuera contento o satisfecho y según un compañero de la organización que despide y recibe al mismo, dice que todos se han ido muy contentos.


Siete pases hemos hecho esta noche en el Botánico, pero no os asustéis que solo haré la crónica de mis dos pases más un extra:




1.- MENOS MAL QUE VINO REBECA:


"Un año más, me veo defendiendo un espectáculo de Halloween que está cogido con alfileres y que me cuesta defenderlo y más durante hora y veinte. ¿Qué saco en limpio de todo esto? Pues de que soy un maestro de la improvisación, que de la nada invento y creo historias. 
Con cuatro datos que tenía en la cabeza, empecé a alargar y crear historias. Algunas gustarían otras no, pero bueno, yo salí adelante. Sonará egocéntrico pero es que tengo que sacar las cosas positivas…
Lo que más me preocupaba era el tiempo y como dije antes lo cuadré.
En este pase los sustos organizados no han provocado mucho miedo a los asistentes.
La verdad que iba un poco inseguro y perdido, hasta que llegó el momento en el que sin previo aviso, Rebeca, que tenía tiempo libre,  se dedicó a pasear por mi zona de actuación. Pues desde aquí darle las  GRACIAS y en mayúsculas, porque me salvó el pase por no decir otra cosa. Yo quería improvisar y hablar sobre ella, pero si la gente no la conocía no tenía gracia, pero al aparecer me ayudó y mucho. Al ser un brujo mucho de los sustos prefijados no me ayudaban, pero ella si. Si cuadré tan bien el tiempo fue gracias a ella. Cuando la vi puse al público a hacer un conjuro en su contra, luego paraba porque me parecía que notaba su presencia y desviaba al grupo para después llevarlo al camino verdadero, discutía con ella, hasta su enfrentamiento con ella, me sirvió para improvisar e inventar un final, a mi personaje, que creo que muchos o casi ninguno entendió.
El único momento que noté realmente miedo, en el público, fue antes de entrar a la casa-palacio que conté una historia y los niños ya no querían entrar.
Dentro de la casa fue donde disfruté más. En primer lugar porque vi que iba muy bien de tiempo y después porque el público me dio las gracias cuando los defendí de Libietan (el vampiro) y eso me dio pie a cambiar mi relación con ellos, ser su amigo y su protector. Además, en la casa inventé un acting, que los tuvo entretenidos un buen rato y fue hacerlos pasar por un pasillo oscuro en silencio. Eso les moló y no implicaba esfuerzo.
Al principio sentí un poco de vergüenza. La gente me hablaba muy normal, de tú a tú, eso te hace pensar que no lo creen, porque te hablan como actor disfrazado de… Eso es un indicativo de que no se han metido en el juego y van a pasar un poco de todo. Eso sí cuando Rebeca me atacó decidí tirarme al suelo y una señora quiso ayudarme porque pensó que era real."


2.- NIÑOS DE ENEMIGOS A AMIGOS:



"Este segundo pase lo empecé con muchas más ganas, ahora si sabía que gustaba y que no, sabía lo que tenía que hacer, sabía que podía enganchar con el público, sabía que podía cuadrar el tiempo. Pero fue comenzar la actuación, que era solamente gestual y empezar a oír a niños, preadolescentes, que no callaban, que bromaban, que se reían de mí y de la historia, que preveían en voz alta todo los sustos, que restaban emoción a todo, que hacían chistes constantes mal intencionados y lo peor de todo que no paraban de tocar, tuve que pedir varias veces que no lo hieran, es más dejé de pasar por medio del grupo, porque me sentía como la Virgen del Rocío, todos, niños y mayores, querían tocar mi manto, algunas veces hasta me impedían andar o continuar. Yo decidí desconectar y hacer el pase, tal cual era, pero en modo automático. Solo había un chaval al principio con su familia y a él dediqué el pase. 
Rebeca no apareció y por tanto, el pase fue a un más soso y raro, la gente no lo entendía, pero fue entrar en la casa y la cosa se animó mucho más. 
Todo empezó a tomar forma y cuando los defendí de Lebiatan, sonó un estruendoso aplauso que me hizo cambiar todo. Empecé a mirar más a los ojos. El ambiente mejoró muchísimo, tanto fue así que tardamos horas en salir de la casa debido al acting y a la cantidad de humo que había en la casa.
Al salir y ver la reacción de los niños, cambié totalmente y decidí transformarlo en un show infantil. Me volví el amigo "malo" de los niños y lo pasé todo a ese estilo.
Los niños alucinaron, iban todos detrás de mí, haciéndome preguntas y disfrutando conmigo, es más cuando Rebeca me atacó y perdí mis poderes, los niños se dedicaban a ayudarme y defenderme de los monstruos. 
Al final se metieron muchísimo en la historia y el grupo, el pase y los niños me encantaron.”


3 EL EXTRA:

"Fue lo mejor, cuando al acabar mi pase me metí sin avisar en el pase de los compañeros, eso demostró el buen rollo que hay entre nosotros y lo bien que saben reaccionar a imprevistos, porque tanto Juanpe como Dani, al verme me metieron en sus textos y yo me incorporé a sus historias."







1 comentario:

  1. Me ha encantado esta entrada, así que por lo visto no debo de ser un purista.
    Lo unico que te falto fue el don de la ubicuidad que en Semana Santa si que se te activa.

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