Sé que este título puede traer polémica, sé, también, que
los puristas cofrades, que lean esta entrada me querrán apedrear, pero en la noche
de Halloween del 2017 he vivido cosas muy similares a las que siento una
noche, concreta, de Semana Santa, si me apuráis mucho, os diré, que esa noche
es la del Lunes Santo.
Pensareis que me he vuelto loco, al principio no era
consciente, pero al final, me di cuenta y era cierto. Más
que un brujo, esta noche de martes, 31 de octubre del 2017, me he sentido un
nazareno.
Y después de soltar esa parrafada y quedarme tan tranquilo
os explico el por qué.


Además cada Lunes Santo es un mundo, no sabes que va a
pasar, te juegas, que salga bien o no, a una carta, intentas que las personas
se vayan contentas y no solo con el resultado, sino también con tu trabajo,
cada salida procesional, es algo que ocurre en directo, sin ensayo y dentro de
un engranaje enorme de muchas personas. Pues eso mismo he vivido hoy: mover
grupos grandes de personas, en extensiones grandes de recorrido, intentar que
no se perdiera el orden, que se cumplieran los tiempos, que no se perdiera el
sentido de lo que hacíamos e improvisar mucho para dejar a todos contentos y sin ensayo previo.



Como sabéis todos los
que leéis este blog, mi odio a Halloween, al género de terror y a todos esos
temas es más que conocido y siempre que tengo ocasión lo pongo de manifiesto,
tanto a nivel privado como a nivel público con el blog, pues bien, pese a todo
eso, creo que la persona que más miedo pasa en las noches de Halloween soy yo.

Pues bien dicho esto, diré que mi primer pase ha durado, en
palabras de la organización el tiempo exacto y el segundo según mi reloj, cinco
minutos menos, por tanto, he sido el actor que ha cuadrado mejor los tiempos y
eso para mí era esencial, porque sé vendió
un tiempo mínimo de show y no me parecía bien que durara menos. Algunos
compañeros lo achacaban a que mi personaje iba lento en su caminar, yo sé que
no era así. Era porque yo me paraba para hablar con el público, me he currado
improvisaciones, parado en el sitio, para hacer tiempo, pero que cada uno piense
lo que quiera.
Otra cosas que temía era que el público no se fuera contento
o satisfecho y según un compañero de la organización que despide y recibe al
mismo, dice que todos se han ido muy contentos.
Siete pases hemos hecho esta noche en el Botánico, pero no os asustéis que solo haré la crónica de mis dos pases más un extra:
1.- MENOS MAL QUE VINO REBECA:

Con cuatro datos que tenía en la cabeza, empecé a alargar y crear historias. Algunas gustarían otras no, pero bueno, yo salí adelante. Sonará egocéntrico pero es que tengo que sacar las cosas positivas…
Lo que más me preocupaba era el tiempo y como dije antes lo
cuadré.
En este pase los sustos organizados no han provocado mucho miedo a los asistentes.

El único momento que noté realmente miedo, en el público, fue
antes de entrar a la casa-palacio que conté una historia y los niños ya no
querían entrar.
Dentro de la casa fue donde disfruté más. En primer lugar
porque vi que iba muy bien de tiempo y después porque el público me dio las
gracias cuando los defendí de Libietan (el vampiro) y eso me dio pie
a cambiar mi relación con ellos, ser su
amigo y su protector. Además, en la casa inventé un acting, que los tuvo
entretenidos un buen rato y fue hacerlos pasar por un pasillo oscuro en silencio.
Eso les moló y no implicaba esfuerzo.
Al principio sentí un poco de vergüenza. La gente me hablaba
muy normal, de tú a tú, eso te hace pensar que no lo creen, porque te hablan
como actor disfrazado de… Eso es un indicativo de que no se han metido en el
juego y van a pasar un poco de todo. Eso sí cuando Rebeca me atacó decidí
tirarme al suelo y una señora quiso ayudarme porque pensó que era real."
2.- NIÑOS DE ENEMIGOS A AMIGOS:

Rebeca no apareció y por tanto, el pase fue a un más soso y raro, la gente no lo entendía, pero fue entrar en la casa y la cosa se animó mucho más.
Todo empezó a tomar forma y cuando los defendí de Lebiatan, sonó un estruendoso aplauso que me hizo cambiar todo. Empecé a mirar más a los ojos. El ambiente mejoró muchísimo, tanto fue así que tardamos horas en salir de la casa debido al acting y a la cantidad de humo que había en la casa.
Al salir y ver la reacción de los niños, cambié totalmente y decidí transformarlo en un show infantil. Me volví el amigo "malo" de los niños y lo pasé todo a ese estilo.
Los niños alucinaron, iban todos detrás de mí, haciéndome preguntas y disfrutando conmigo, es más cuando Rebeca me atacó y perdí mis poderes, los niños se dedicaban a ayudarme y defenderme de los monstruos.
Al final se metieron muchísimo en la historia y el grupo, el pase y los niños me encantaron.”
3 EL EXTRA:
"Fue lo mejor, cuando al acabar mi pase me metí sin avisar en
el pase de los compañeros, eso demostró el buen rollo que hay entre nosotros y
lo bien que saben reaccionar a imprevistos, porque tanto Juanpe como Dani, al
verme me metieron en sus textos y yo me incorporé a sus historias."
Me ha encantado esta entrada, así que por lo visto no debo de ser un purista.
ResponderEliminarLo unico que te falto fue el don de la ubicuidad que en Semana Santa si que se te activa.