martes, 23 de noviembre de 2021

AUTOS NO, DUELOS EN "SANTA ELENA"

 

¡¡¡Tachan!!! El domingo 8 de agosto del 2021 fue el día elegido para poner en pie, por primera vez, el auto sacramental de Santa Elena. Bueno realmente se quiso poner en pie el domingo anterior, pero como la extraña enfermedad contagió a medio grupo... se hizo ese domingo. 

Todo estaba montado para el ensayo en un lateral del cementerio San Miguel. Sillas para los actores y actrices, que no les tocaba salir, para Edu que dirigiría con el texto en las manos y para los colaboradores. 

El ensayo se desarrollaría frente al arco de cal blanca que hay delante del mausoleo de los Heredia, no podía haber un marcó más estupendo. 
 
Cuando yo llegué ya estaban todos allí y Edu haciendo su charla inicial. Tomé asiento de una forma discreta y me dispuse a escuchar. 
No escuché la charla entera pero sí vi el inicio del ensayo.

En la primera escena yo no salía, por eso la vi plácidamente sentadito. Es verdad que estaba sentado pero no plácido, pues era tan grande el duelo entre los que actúan metidos en sus personajes y dando compañerismo y los que lo hacen para demostrar sus dotes y el florecimiento de su ego, que me quedé colgado.

Además ese duelo estaba plagado de comentarios, consejos y recomendaciones del resto del elenco. Esto ya hacía el ensayo fascinante. Debo ser sincero y decir que yo en algún momento también comenté y eso que no quería, pero el ambiente me arrastró. 

El combate siguió, cuando me tocó a mí ensayar, pero esta vez combatimos, los actores contra los cómicos. 

Este ensayo fue como si simultaneamente se representaran el Shakespeare más clásico, con un espectáculo de Martes y 13 y Los Morancos

Yo me había aprendido casi la mitad del texto, un texto en verso y complicado, pero no me sabía los pies de los compañeros, era la primera vez que lo decía en voz alta, eso siempre corta y lia un poco, asi que no estuve muy lucido.

También era la primera vez que lo poniamos en pie, los movimientos no estaban marcados, las medidas y forma del escenario tampoco estaban claras, por eso se iba haciendo todo de forma improvisada y al momento.

Con todo esto yo intentaba concentrarme, darle un poco de sentido a todo, pero encima tenía que luchar contra un grupo de compañeros, especialmente uno,  que no para de decir chistes y bromas. 

No los hacia en las paradas del ensayo, para nada, él cortaba cuando quería para decir algo muy, muy "gracioso" y  los demás dejábamos  de trabajar para oirlo. Eso hacia con sus grandes chistes, luego estaban las pequeñas bromas que eran un rum rum constante, a veces era incluso un poco humillante para el trabajo de otros. No podía más.

Vaya un despropósito. Salí bastante cansado de ese ensayo y de ese nuevo compañero. Cuyo amor hacia él fue casi un flechazo. 

Mi nivel de enfado y desanimo era tan grande que no recuerdo ni si ensayamos después a Alvin Karpis, pero supongo que sí. No haré crónica pues no recuerdo nada. 


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