El domingo 30 de abril del 2023, empezó el segundo ensayo para Eventos con historia de la tarde, el del hombre triste, con demasiada información para mi cabecita. Por un lado Edu hacía su tradicional saludo y puesta al día del proyecto, por otro María José me ayudaba con las últimas indicaciones del anterior y a la vez yo terminaba una publicación en Instagram.
¿ Quién ganó esta lucha? Pues Edu que comenzó a hablar más seriamente. En ese momento yo dejé el móvil y María José abandonó la sede de la Asociación Victoriana de Capuchino donde también se iba celebrar este ensayo.Una vez oída la tradicional charla de Edu, comenzamos. Cada compañero o compañera pasó su texto delante de él y le dio indicaciones.
Esa tarde al ser una sala cerrada, no podía alejarme para repasar mi texto. Podría haberme salido a la calle, pensaréis, pues sí, pero no, porque para salir tenía que pasar por la zona de actuación donde estaba mi compañero y me parecía una gran falta de respeto.
Tanto el texto como el personaje lo tenía controlado y más que controlado, sin ningún atisbo de inseguridad, pero como tenía la cabeza embotada del ensayo anterior, necesitaba un respaso donde, a nivel personal, me asegurara que todo estaba ok.
Así que sutilmente me levanté, busqué un rinconcito discreto a mis espaldas y repasé el texto completo, marqué los cambios de emociones, no los hice tal cual, y grabé un fragmento en video para esta entrada.Me tocó, salí, e hice el monólogo.
Estuvo fluido, me dejé llevar, hice lo planeado, pero el hecho ese de dejarme llevar hizo que surgieran nuevos matices naturales que me gustaron muchísimo.
Fue la jornada donde comprobé que este trabajo ya estaba listo. Solo quedaba repetirlo para matizarlo, adornarlo y nada más.
Cuando acabó una de las compañeras, Edu la despidió, pero esta preguntó si no iba a haber, como cada semana, 2 pases. Edu contestó que no, pero esta le pidió que lo hiciera que a ella le vendría bien. En cambio yo, aprovechando la coyuntura, cuando terminé le pregunté que si era solo un pase ya me podría ir, él me contestó que sí y me marché.
Después del ensayo anterior este fue un remanso de paz.
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