Según el traductor de Google el titulo de esta entrada refleja perfectamente lo que sentí, sentado en la Asociación Victoriana de Capuchinos mientras esperaba el inicio del segundo ensayo para Eventos con historia, y mientras María José apuraba el tiempo enseñándome nuevas pronunciaciones.
Este domingo, 30 de abril del 2023, llegué de nuevo al cementerio San Miguel, para mi primer ensayo de la tarde, el ensayo en inglés.No fue muy largo, pero sí dio para mucho.
Fue el de la desilusión, la lucha, el orgullo, el esfuerzo, pero sobre todo, del trio y el compañerismo.
Llegué y estaban todos dentro de la asociación pasando sus textos, de nuevo había espectadores.
Mi intención era salirme fuera y trabajar codo a codo con María José. No sabía si también esta era su idea, pero fue verme e invitarme a ello. En la plaza de fuera nos pusimos a trabajar.
De los 9 párrafos ya me sabía 6. Creía que estaban muy bien, y satisfecho se los dije, pero los cortes fueron casi constantes, no llevaría 1 frase cuando me corrigió como 4 o 5 veces y de ahí a más y más.
Sentí desilusión, pues no había 2 palabras seguidas bien dichas, además el ritmo era de pena. Tanto esfuerzo de estudio durante la semana para nada, no tuve ni la más mínima recompensa.
En ese instante salió Miguel Juarez, ya se iba para casa y entre él y María José siguieron su intento de enmienda conmigo.Viendo el interés de ambos me armé de valor, me salió la vena luchadora y me dije :" Esto lo sacas tú". En vez de aminalarme cogí el móvil y empecé a apuntar fonéticamente como se decía las palabras más conflictivas.
Estas 2 personas, me estaban dando un voto de confianza, me tenían fe y apostaban por mí y yo no los iba a defraudar.
Por eso cuando entré e hice el texto, lo hice por ellos, para que se sintieran orgullosos de mí, también era una forma de agradecer su esfuerzo. Hice solo la parte que me sabía, pero no de forma natural, sino leyendo lo que había apuntado en el móvil, mirando a María José para que me apoyara y así.
Terminé y bueno no salió bonito, ni bien, pero la cara de satisfacción y de apoyo de Miguel y María José me encantó. Como se miraron felices, me motivó, yo era como el resultado de su trabajo y no había estado mal.
Yo también estaba orgulloso de lo que había hecho, pero si fuera el director del proyecto me hubiera ido a casa llorando pues aún no me lo sabía entero, miré la chuleta un montón de veces y no estaba para nada interpretado. De hecho le dí libertad a Edu para sustituirme.
Una vez acabado y mientras empezaba el siguiente ensayo no perdimos el tiempo y con María José, después de buscar folios y bolis, nos pusimos a transcribir foneticamente los 3 párrafos que me faltaban, más todas las frases o palabras que decía mal.
Rascamos hasta el último segundo y me fui a casa con más tarea que un opositor. Ufff..
Luchar esta sobrevalorado.
ResponderEliminar