En el ensayo de ayer, lunes 13 de julio de 2015, al final acabamos
siendo seis en total y de forma imprevista y estos éramos Nora, Steven, yo, una
cerveza, una fanta y un zumo de naranja natural, bueno si soy sincero, también
acabamos en un nuevo lugar de ensayo el Bar
Oña.
Nora se apiadó de nosotros y después del ensayo, cuando
íbamos a despedirnos, esta nos vio tan muertos, tan reventados por nuestro trabajo que nos recompensó
invitándonos a una copita. Estuvo muy bien ese momento de convivencia, no fue
nada forzado, sino algo imprevisto y los
tres estábamos muy a gusto y reposando todo lo que había pasado en las horas
anteriores, creo que necesitábamos ese momento y no irnos cada uno a nuestra
casa, después de lo ocurrido.
El que iba a convertirse en el ensayo más cortos de los
realizados, mucho menos de una hora, acabó a las 23:15 horas.
No sé el motivo pero ayer iba muy desganado, desconcentrado
y sin ningunas ganas de ensayar, pensé que llegando allí la cosa cambiaría,
llegamos un pelín más tarde, porque estuvimos en casa de Nora recogiendo cosas,
pues bien, al llegar al ensayo al contrario, me di cuenta que mientras repasaba
texto con Steven tenía el móvil en la mano, algo impensable, no me hayaba.
Bueno comenzamos el ensayo, pero la cosa no cuadraba, no
cuajaba, Nora nos paró, nos comentó que se estaba perdiendo el ritmo, había
graves problemas con el texto que nos impedían avanzar, de hecho se planteó
cortar el ensayo, como a la media hora. No me gustaba lo que pasaba, pero por otro lado deseaba parar,
no sé el motivo pero no me sentía bien, me faltaba algo de motivación,
repetimos el principio a diario pero se
avanza poco.
Después de indicaciones de Nora, consejos y regaños a ambos,
todos muy bien dichos y merecidos, comenzamos otra vez por el principio. Nora antes de marcharnos no quería dejar lo del ritmo así, lo hicismo
dos veces y a la segunda seguimos con la obra, y ensayamos una parte nueva,
usando los elementos de la escena, que hasta ahora no se había hecho nunca y fue genial, acabé chorreando, pero conseguí
la fuerza del personaje, la intensión, el ritmo.
Con Steven es que, no lo veía a él veía al personaje,
actuaba sin pensar, sin meditar que debería hacer, sino oyendo y respondiendo
directamente y se creó una energía fabulosa, Nora no paraba de reír, de
comentar y al acabar, tenía los ojos que se le salían, la ilusión y el orgullo
se desprendía de su interior, su miedo inicial, se transformó en seguridad y
ganas.
Y yo de nuevo salí cansado, pero cargado de energía y con
ganas de mucho más, esta semana, se han suspendido el resto de ensayos, puesto
que yo el jueves no puedo y para que asentemos mucho mejor el texto y busquemos
cositas en los personajes. Pero de nuevo estoy deseando volver, para seguir
adelante.
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