Así fue como Nora, definió el ensayo de ayer, lunes 5 de julio de 2015, justo antes de comenzar.
Yo tenía muchas ganas de ensayar, de hecho íbamos a montar y
trabajar una parte que yo deseaba hacer,
para demostrar a Nora que me lo había currado y mucho.
Al salir repasé lo que llevaba varios días trabajando. De
hecho el domingo iba, por la tarde, por la Alameda hablando solo y creando mi
personaje.
Pero llegando al ensayo, Steven me comenta que se le ha
olvidado unos complementos que yo necesito para la escena, en ese momento se me
enciende una bombillita en mi cabeza y recuerdo que yo no llevaba el elemento
que es esencial para dicha escena, con lo cual, jodo todo el plan de ensayo del
día. Con la ilusión que me hacía.
En ese momento Nora confiesa
que se le ha olvidado la música, por tanto, era el día del olvido.
Al llegar a la Caverna, la sala de ensayo vuelve a estar
ocupada y nos vamos para la oficina. Allí hacía calor, desganados por el calor,
sin un buen espacio y sin los elementos necesarios, no se planteaba un buen día
de trabajo y la mayor parte de la culpa
era mía.
Pero evité pensar en el tema y me dejé llevar.
Pues bien, pese a todo, se volvió a repetir la primera parte. Luego
hicimos lo nuevo, usando un simulacro del elemento que faltaba, que me hacía
actuar con un extremo cuidado, después
de dos repeticiones y sudar como dos cerditos, Nora, muy lista, nos mandó parar.
Repetimos otra vez el principio, hasta tres veces, pero haciéndolo
nuevo, jugando con él y haciendo de nuestro
personaje lo que nos diera la gana.
Que chulada, la primera pasada estaba un poco cortado y no
saqué mucho, pero en la segunda, tome un
apostura respecto a mi personaje y la defendí a muerte. Nora acabó encantada y yo disfruté mucho con Steven porque sacamos
cosas nuevas, que nada tenían que ver con lo planteado hasta ahora y con una
escucha y un juego de acción/ reacción de la leche.
Al salir sobre las nueve de la noche, aun era de día y
volvía caminando, pero realmente deseaba irme a correr, a nadar o a bailar,
porque llevaba el cuerpo al cien por cien, la adrenalina a tope y con ganas de
decir : “ quiero ensayar mil horas más y
no parar hasta dejar la obra montada entera de un solo plumazo, sin parar.”
Si en un principio mi personaje estaba ya hecho y era plano, con las indicaciones de Nora fue
tomando matices, pero ahora con el juego del otro día va tomando diferente estados
de ánimos que son la leche y que están haciendo que el personaje esté vivo
siempre y no pare de trabajar, de hecho todo lo que ya había montado ha sufrido
una transformación muy enriquecedora.
Como dijo la jefa: “un trabajo recién empezado que esté tan
formado, no es bueno, hay que buscar más, por si no estamos quedando con lo que
tenemos y nos perdemos cosas mejores.” Y así fue.
Mañana a trabajar en casa y el jueves más y mejor, seguro.
Y espero no olvidar nada.
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Ten cuidadin con los patines no sea te caigas y tu eres un paciente PESIMO...
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