Ni tres auténticos musicalitos de la ESAD de Málaga hubieran hecho un viaje a Campillos como el que hicimos el viernes 16 de julio del 2021.
Para las personas que no hayan estudiado en la ESAD o en mi generación, ya que no sé si ese termino es genérico o solo de mi promoción, os haré una definición:
Musicalito: Digasé de ese alumno o alumna que estudia arte dramático en la escuela de Málaga, en la rama de musical y que por una razón, hasta ahora desconocida, se pasa todo el día cantando, junto a sus compañeros, por los pasillos, en la cafetería, en el recreo, en los cambios de clase, en la calle. Siempre lo hacen en grupo y en el volumen más alto posible.
Nunca entendí por qué lo hacían. Siempre supuse que era para ensayar y aprenderse la canción, pero se les veía tan felices haciéndolo , que más bien parecía un modo de mostrar su felicidad por cantar o sus cualidades.
Pues tal cual hacían ellos, o sea, cantar y repitir canciones en bucle, fuimos, Juan, Álvaro y un servidor la hora, o casi hora, de trayecto de Málaga a Campillos.
Esa noche estrenábamos Éxito un musical, con 6 canciones y queríamos repasarlas.
Es verdad que teníamos carencia en algunas canciones y si íbamos a estar tanto tiempo juntos en el coche, pues en vez de hablar, estar en silencio o bromear, podíamos aprovechar pára cantar y repasar las letras. A mí me sirvió para aprenderme el final de la última.
Repasamos varias veces la última, luego las grupales, a continuación las individuales y por último todas en orden. Por mi parte y por la de Juan ya habíamos cantado lo suficiente.Pero parece ser que el espíritu musicalito de Álvaro es superior al nuestro y no paró de cantar todo el viaje. Es cierto que no tenía segura algunas letras, así que, era terminar y volver a empezar una vez tras otra.
Cuando paseabas por la ESAD, y no os miento, oías a los musicalitos cantar, y oye te gustaba, pero cuando ya llevabas 6 horas seguidas y 5 días a la semana oyéndolos, pues llegaban a cansar un poco. Pues el viaje fue algo similar. El ir cantando nos sirvió para afianzar y asegurar las letras, pero con tanta repetición del compañero, deseaba que al coche de Juan le salieran alas y pudiera volar para llegar de una vez.
Ese día el viaje fue muy sencillo. Quedamos mucho más cerca de mi casa, pues lo hicimos en el portal de Juan, yo solo llevaba un cambio de vestuario que pesaba poco, así que no iba cargado, salí a mi hora de casa y llegué el primero a la cita.
Me encontré con Álvaro, que cruzaba la calle y como llevaba en la mano la letra de la última canción, esperamos a Juan, repasando. Luego, cuando llegó este, nos montamos en su coche, hubo un pequeño problema sobre el reparto de de los mismos, y nosotros sólitos y cantarines emprendimos nuestro viaje.
Llegamos muy bien de hora, aparcamos dentro del cole y directos al comedor a soltar las ropas. Comenzaba el previo.
Me encantado la historieta de los musicalitos.
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