domingo, 10 de octubre de 2021

ESTRENO RISUEÑO DEL "DIA DEL ESTRENO"


El domingo 18 de julio del 2021, se clausuraba el festival de teatro, Candilejas de Verano, en Campillos, y ahí estaba el grupo El Terral, y yo con ellos.

Quizá fue la noche más lúdica, con un humor más popular. Sé que muchos en la profesión ven este tipo de humor como algo malo, pero a mí me encanta, es el del pueblo y qué, ¿ Ellos no merecen reír?.

El Terral siempre ofrece al festival una pieza de este estilo y la del 2021 se llamaba El día del estreno.

Y como siempre, ese humor volvió a triunfar. De hecho una compañera nos decía que había oído a personas del público que iban por la calle hablando de la pieza y comentando lo bien que lo habían pasado.

Tras una introducción musical, donde improvisé algo chulo que en un principio pensé que no me saldría, y una presentación de Manu, se inició la pieza en sí. Compuesta por 4 entremeses, que fueron:



1. GANAS DE REÑIR:


Salimos a escena y aún era de día, fue una sensación muy bonita, pues veías al publico perfectamente y estabas cara a cara. A lo largo del entremés empecé a sentir el anochecer, las luces se iban encendiendo. Estaba a gustó bastante a gusto.

Sobre el escenario lo único que hice fue sentir, no era consciente de lo que estaba pasando, el texto, los movimientos y todo surgía solo, y yo me dejaba llevar, disfrutando, viviendo, nunca juzgando, ni autodirigiendo.

Intenté jugar con las emociones del personaje. No quería caer rápido en el enfado fácil y mantenerlo,  sino pasar del enfado al romancismo y viceversa. 

Al principio como tenía los movimientos muy marcados, donde estaba tiempo en pie quieto, y el texto también muy encorsetado porque mi compañera es muy estricta, estaba un poco nervioso, pero luego me dejé llevar y lo hice sin darme cuenta. 

Oí al publico reir en muchísimas ocasiones, lo estaban pasando bien y aunque estaba todo muy marcado, metí cosas, como un beso en la cabeza a mi compañera, que gustó mucho o miradas al público, de esa forma los hacía mi cómplice y los metía en la pieza, animando así sus risas y comentarios.

Pese a que la compi me cortó alguna frase, creo que todos lo hemos pasado bomba y ha estado bien, podría haber estado más jugado, pero estrenando 4 obras en tan poco tiempo es difícil.



2.RADIO CAMPILLOS:



En este entremés solo hacía una figuración. Salíamos Marisol, María y yo. Entrábamos en escena, poníamos una pose, a lo largo de la escena decíamos 2 o 3 frases en inglés, muy cortas cada uno y nos íbamos.

Aquello en principio no tenía nada, pero para mí era importante y superarlo fue un reto.

En primer lugar porque conllevaba un cambio completo de ropa y lo pude hacer sin prisas y llegué a la escena sin problemas. 

Segundo porque era un cambio radical de personaje, pasando del señorito machito, andaluz, al guiri gay, fashion y divino. Cambio que disfruté y creo que se notó.

Tercero porque debía estar en escena totalmente estático, casi como una estatua y de cara al público. Me daba un poco de miedo, estar así, pero tenía a mis compis muy cerca y si me ponía nervioso podía apoyarme en ellas, pero lo disfruté, estuve súper, pero muy tranquilo y sintiéndome fuerte frente al publico, aunque cambié de pose una vez. 

Y cuarto porque lo había ensayado creo que 3 veces y no sabía si podía fallar y fallé porque acabando me relajé tanto que dije mal una frase no jodí totalmente a mis compis Manu y Antonio, pero si les quité un chiste, los descoloqué y los dejé colgados y tuvieron que improvisar. Perdón de verdad.


3. PRESENTADOR.


De nuevo llegué bien a escena pese a un amplio cambio de vestuario.  

Tenía el texto con el que debía presentar el siguiente entremés, preparado y aprendido hacía pocos minutos,  pero Marisol me pidió por favor que alargase para que ella pudiera cambiarse de vestuario y alargué. 

Le dio tiempo a cambiarse y para eso, me puse a jugar con el público, animándoles  a responder mis preguntas. Con estome quitaba la espina del  último día que no pude jugar con ellos.


4. LA CONSULTA:


Lo disfruté desde que pisé el escenario. Como nunca había ensayado con la escenografía  fue entrar a escena y quedarme pillado, en el buen sentido, pues parecía que estaba en una consulta de verdad.  Me metí totalmente en el personaje y en la situación. Me encantó.

Una vez que tomé asiento  me dejé llevar.

Lo pase bien, pero ¡¡¡BIEN,BIEN!! de verdad. 

Controlaba la escena, el ritmo, la noche. Todo lo que ocurría partía de mí. Desde mi mesa me sentía el amo del mundo. La noche y el teatro eran míos. 

Intentando dar más realismo a la escena y no buscar solo la risa, recuerdo que jugaba mucho con los papeles, leía, hacía como que apuntaba, miraba la mesa y me sentía medico de verdad.

Después comencé a mirar al público, veía perfectamente el patio de butacas lleno y oía como se reían , reaccionaban,  la luna, el cielo, la noche, el verano. Ufff  ¡¡ Qué bonito todo!! Qué afortunado.

Es cierto que hice algunos cambios de humor un poco raros, pero hubo mucho juego con los compis. De hecho cuando salían de escena eran despedidos con aplausos.

Improvisé gestos, expresiones, me dejé llevar, de hecho el dialogo con Antonio fue totalmente improvisado. Dijimos la esencia pero sin seguir el texto y quedó muy natural. 

Una parte esencial de la escena con Manu, era el uso de un palo de madera que los doctores utilizan para ver la garganta.

En cuanto me senté, me toqué el  bolsillo y no estaba. Así que tirando de improvisación, recursos y oficio, con mucha tranquilidad y mientras mi personaje no hablaba, recorté el extremo de un folio y en plena escena me fabriqué dicho palo que nadie, ni Manu notó. Eso si hubo un poco de lío entre nosotros con alguna frase. 

Y con Marisol fue un placer absoluto, teníamos un texto que podía caer en bucle o liarnos pero para nada. Es más lo ralenticé para que el público pudiera reír y entenderlo. La verdad que quedó muy muy bien. 

Al director no le gustaba el final del entremés y nos dijo de proponer algo. Yo lo hice una propuesta y  le gustó. Se hizo no quedó apoteosica, pero me pareció guay cerrar con mi final. Era feliz. 


5. EL FINAL:


En este entremés, Manu, María, Marisol y yo, haciamos una introducción a Antonio, en verso y hablando de manera escalonada.

Me sabía el verso regular y me daba mucha inseguridad,  pero me salió de corrido y sin problema.

Después salía Antonio, nos sentábamos en el suelo y le haciamos de coro, repitiendo sus finales. 

Sentado en ese escenario de madera, me sentí muy bien, descalzo, de negro, como en la ESAD, o sea, como cuando estudias, cuando empiezas, sin artificios. Además se veían las luces de las candilejas, tan chulas, y pensaba en todo lo vivido esos días, daba las gracias a Antonio por contar conmigo y me parecía un orgullo haber abierto y clausurado el festival.  

Ya lo había hecho todo, era un trabajo bien hecho, ya solo quedaba disfrutar. 

Y así acabé El día del estreno y este festival de teatro Candilejas de verano, donde lo pasé genial.




No hay comentarios:

Publicar un comentario