Desde abril del 2021 no me ponía delante de una cámara, hacía ya tiempo, pero no estaba asustado o inseguro, para nada, bajé los 3 o 4 escalones que separaban el pequeño mirador, del patio de la casa donde íbamos a grabar, con la ilusión de un niño en una feria. ¡¡¡ Qué ganas tenía de saber qué iba a hacer y sobre todo de hacerlo!!
Pregunté si querían un ensayo pero Rubén dijo que no, que se hiciera directamente y así se hizo.
Nos preparamos, dijo acción, la canción empezó a sonar, él a hacer el playback y nosotros a suplicar. Así se iniciaba el sábado 15 de enero del 2022, mi rodaje en dicho video clip.
En mi mente no había nada, solo lo que hacía. Él pasaba de nosotros y eso me hacía sentirme más pequeño y suplicar más, iba diciendo un texto sin voz e improvisado, lo toqué, lloré, etc.
Le pregunté a Rubén si se hacía otra y dijo que no era necesario. Al rapero también le pareció buena, pero pidió hacer otra con una nueva directriz, quería que lo escoltáramos totalmente neutros.
En ese momento descubrí que mi compañera no tenía mucha experiencia, pues le costó seguir y entender la indicación. Cuando se trabaja con personas con conocimientos se nota , pues es como si se habláramos el mismo idioma, se entienden unos códigos que cuesta, como en este caso, cuando no es así.
A mí no me da miedo la cámara, nunca me lo ha dado, al contrario, me siento muy tranquilo. Pero el estar totalmente quieto e inmóvil me cuesta. Se hizo la toma y al acabar Rubén pidió repetirla pues había habido un error con la cámara y no se había grabado. Debíamos repetir.¡¡¡ Otra vez inmóvil!! ¡¡¡ Y ante una cámara que se nota todo!!, para conseguirlo, esta vez, me puse a repasar en mi cabeza el nuevo texto que debía estudiar y así me conseguí abstraer de la realidad y pude estar inmóvil.
Tras cortar, Rubén comentó que ya era hora de comer y que parábamos un ratito. Yo pensé: "Si sí un ratito".
Pues fue super corto. Yo ya había comido, así que seguí retrepado en mi silla del mirador, tomando el sol, oyendo el silencio, pues en ese lugar no se oía ni los pájaros y escribiendo en mi blog.
Como mi compañera estaba comiendo sola en su mesa y ahora debíamos grabar y crear una relación entre nosotros, rompí un poco el hielo, para crear un poco de confianza. Le hablé de su niña que daba vueltas a nuestro alrededor y era muy espabilada. Eso sí no hablé nada profesional.
Creo que no pasaron ni 20 minutos cuando Rubén dijo:" Venga que empezamos".
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