Ayer, lunes 5 de octubre de 2015, era mi primer día como
profesor de teatro en Santa Rosalía- Maqueda. Como iba en autobús, no sabía dónde
estaba el sitio, ni como llegar a él, me fui muy pronto. Vamos tan pronto, que las
clases empezaban a las cinco y a las dos y media de la tarde yo ya estaba
cogiendo el bus.
Llegué al lugar de las clases hora y media antes de comenzar,
por tanto, empecé a pasear, pero solo había casas y campo, a penas, había nadie
en la calle, ni bares, ni tiendas, así que decidí aprovechar ese osais de paz para ponerme a estudiar El juicio
final, danzas de la muerte.
Me senté en un riachuelo, entre plantas, rosales y arboles
cargados de granadas e higueras y me dispuse a estudiar con mi móvil en mi
mano, leyendo el texto, puesto que aun no lo tengo en papel.
Por tanto, entre plantas, tranquilidad, un calor sofocante y
un cielo nublado comencé a estudiar dicho texto, difícil y complicado.
La verdad que la primera página la aprendí pronto, la repasé
varias veces, pero tras las clases, por cierto, con dos autenticas actrices,
qué niñas, qué potencial más alto, quiero darles clase si o si, bueno pues salí muy
cansado y en el bus de vuelta estuve medio durmido y no volví a repasar, por
tanto, esta mañana he tenido que estudiarlo casi todo de nuevo, pero eso si no he parado de repasarlo, y esta tarde camino al otro cole, haré lo
mismo.
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