viernes, 2 de octubre de 2015

DEDICADO A MI ABUELA MANUELA, UN LUGAR Y UNA CANCION

Que fresco hace,  ya por fin   da gusto ir a la cama. Estoy muy cansado, a  punto de dormir. Pero antes de hacerlo  quiero escribir estas reflexiones.

 Quizá sea una entrada muy sentimentaloide, quizá polémica, quizá sorprenda a muchos, pero, sinceramente,  soy consciente de  que es un  poco de todo. 

El otro día en el programa de televisión, En tu casa o en la mía,  Elena Furiase comentaba que echaba de menos que su abuela no hubiera podido estar con ella en su actual momento  profesional  y me identifiqué mucho con ella. Yo también tengo esa espinita, siempre lo he pensado. Desde siempre quise ser actor pero cuando empecé a dedicarme a esto   mi abuela ya era  muy mayor y cuando lo hice de forma oficial, ella ya no estaba con nosotros. Y siempre me he preguntado  ¿qué hubiera sentido ella con esta faceta mía?¿ Cómo la hubiera vivído? Seguro que la hubiera disfrutado.
 Pues ayer, jueves 1 de octubre de 2015, estuve realizando labores de dirección en el pregón del centenario de la cofradía de Mena. Había una parte teatralizada que encargaron a la empresa de Eventos con historia y estos contaron conmigo. Pues bien, una vez pasado nuestra intervención, y ya con  los nervios calmados, me quedé  prácticamente solo,  entre  cajas junto a los miembros de regiduría.

 El pregón acabó con el clásico himno  de la Legión  El novio de la muerte y aunque, realmente,  no me apasiona esos  temas, ayer con el Teatro Cervantes puesto en pie, cantando dicha canción, recordé a mi abuela Manuela. 
 
Mi abuelo, su marido, fue legionario y aunque mi cofradía es otra,  desde pequeño  esa canción ha estado presente en mi vida. Mi abuela siempre iba a ver a  este Cristo, me hablaba de la Legión etc. Y ahora me estaba entre cajas, pegado a la primera pata. Oyendo la canción de mi abuela y viendo el teatro lleno, yo acababa de trabajar  sobre esas tablas, veía  las luces, parte del techo, la bambalina, las varas y me  sentía la mayor estrella del teatro  me imaginaba que todo ese público había venido a  verme.

 Pensé que mi abuela estaría ayer muy orgullosa de mí viendo que trabajaba en ese teatro y para esa Cofradía y dediqué ese momento a ella, había mil personas allí pero yo sentía que estábamos los dos solos. 

Anoche mi abuela disfrutó conmigo de ese momento. Con lo cual acabé bastante emocionado pero feliz.



1 comentario:

  1. Me encatado esta entrada....y por supuesto que tus abuelos estan contetos con lo bien que haces tu trabajo....enhorabuena hio....

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