Nerviosito iba. Vale diréis, este siempre está igual, todos
las entradas las empieza hablando de sus nervios, ¿es el blog de un actor o de
un psicólogo? Os preguntareis.
Según Concha Velasco un buen actor/ actriz debe sentir
nervios siempre antes de salir a escena o de iniciar un proyecto. Sino no es
buen actor. Alfredo Landa dejó de actuar
cuando dejó de ponerse nervioso antes de
empezar, así que, se supone que eso de los nervios es normal.
Pero esta vez, eran los nervios de un principiante. Iba a
reunirme e involucrarme en un proyecto ya muy formado, en un grupo muy unido y
con una técnica muy trabajada y yo llegaba de nuevo y me sentía eso, el nuevo,
el inexperto y llevaba ese nudito en el estomago de lo nuevo y desconocido.
Dicho esto diré que no tenía razón de ser, porque el grupo
está formado por grandes actores. Pero actores con los que yo he trabajado
antes y que son grandísimas personas y colegas, Juan, Álvaro, Andrea, Rafa… y
dos nuevos Eva y el director, Chema, que es el que más nervios me provocaba.
Empecé mal porque llegué seis minutos tardes, los pillé terminando de desayunar y tras una
pequeña charla, donde me di cuenta que estuve más pendiente a hablar con mi
amigo Álvaro que comentar cosas con el dire, nos fuimos a la sala de ensayo.
Una sala enana pero que pronto se llenó de arte.
Cuanto me gustó el ambiente que allí ví, profesionalidad,
cariño y colegueo entre sus miembros. Me encantaba ver a Chema, viviendo cada
escena y cada momento, mientras daba indicaciones a sus actores o como Juan, Álvaro
o Andrea se metían y salían en sus personajes con toda facilidad.
Qué placer volver a unirse a Andrea, si en Don Quijote me impresionó, aquí no fue
menos. Además en esta pieza, tengo el placer de estar dentro de ella, no
penséis mal, entre los dos hacemos los movimientos del títere del personaje de
Polonio.
Al principio estaba un poco cortado, todos sacaban y tocaban
los títeres de sus baúles yo no me atrevía pero cuando al final, Andrea y yo
trabajamos la escena con Polino fue genial. Es impresionante como das vidas a
algo que no la tiene y como, ella y yo somos una sola persona un solo ser.
Yo solo soy la mano de Polino, pero te sientes parte del
personaje y que todo se hace entre los
dos. No se, pero es una extraña
sensación, preciosa.
Sentir que creas algo
de la nada, que das vida a algo que no la tiene, trozos de telas y papel toman
vida y tus ayudas a ello.
Además, por primera vez en mi vida de actor, me pasó algo
que siempre dicen los directores pero a lo que yo nunca he llegado a oír, por fatiga y es la frase: “tu dame que si te pasas yo te cortaré, pero
lo que no debes hacer nunca es dar de menos y quedarte a medias”. Pues eso me pasó a mí, por
primera vez, me crecí moviendo la mano derecha de Polonio, que Chema me cortó y
redujo los movimientos.
Luego me enteré que también manejaría títeres solo y con
Rafa, qué más puedo pedir.
Mientras iba a casa, iba satisfecho y dando gracias a Dios,
por conocer a tantas personas y poder aprender tantos métodos de trabajos, Nora, Salva, Edu, Alberto, Chema, todos muy
diferentes muy diverso y donde tienes que adaptar tu forma de actuar, crear y
trabajar de forma mu distintas.
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