Espero. Jardín de los monos, barrio de la Victoria de Málaga, martes
15 de marzo de 2016, llevo más ropa que un esquimal y hace un calor de narices.
Por cierto, me ha costado mucho ponerme a escribir
esto, meterme a pensar en teatro, porque para ser sincero yo tengo la cabeza,
ya, en otra parte.
Mi cabeza ya me pide eso que se acerca, eso que se llama la
Semana Santa, esto, unido a que un amigo ha sufrido una triste perdida y no se
me quita de la cabeza lo mal que lo debe estar pasando, estoy un poco perdido,
pero bueno hay que ser positivo.
Pues tengo la cabeza en lo que la tengo, en que pronto
saldrá el traslado de la Cofradía del Rocío, que estoy aquí esperando y que pronto será mi semana mayor.
miento. Pero voy a escribiros algo. Esta mañana cuando
me levanté también tenía la cabeza en
otra cosa, si incluso había soñado que el sábado llegaba tarde a una cita
cofrade.
Hoy se puede decir que ha sido mi último trabajo oficial
antes de las vacaciones y yo ya pensaba en ellas, no en esto.
No sé si el sábado llegaré tarde, pero hoy si he llegado
tarde a mi cita con Jorge, con lo cual, me ha dicho " los planetas se habrán
alineado o algo, porque tu nunca llegas tarde a una cita laboral conmigo, es
más, siempre me echas la bronca".
La verdad no tenía ganas de madrugar, ni de trabajar, mi
cabeza estaba en stand by, pensaba en otras cosas y no en el 400 aniversario de
la muerte de mi amigo Miguelito, que por
cierto, tanto trabajo, gracias a Dios, me está reportando.
Pues puntuales, pese a mi retraso, vamos, con tiempo para el
cafelito de Jorge y todo, llegamos a nuestra cita en Plaza Mayor, allí nos
recogió Diego y en el bus camino a Fuengirola.
Durante el trayecto repasamos texto, me vestí y subimos al
colegio, por cierto, que de nuevo esas curvas consiguieron marearme.
Pero ¿qué tienen de nuevo los coches en contra mía? Porque de
vuelta, ni te cuento, tumbado he tenido que ir, no podía ni criticar a Jorge,
con las ganas que tenía.
El pase lo hemos empezado muy tarde, como 40 minutos tarde,
primero porque el bus no cabía por las calles que nos llevaban al colegio y
segundo porque al llegar los niños no estaban.
Después de esta confusión
inicial, comenzamos el pase.
Este ha cuadrado en el tiempo, a la perfección, aunque de
nuevo hemos suprimido la parte, más seria del final, porque al
principio hemos estado interactuando y dando más juego a los niños que es lo
que a ellos les gusta.
Jorge ha estado hoy perfecto, cada día hay más conexión y filin
entre ambos. Me gusta mucho trabajar con él y su monologo de Cervantes ha estado
hoy soberbio.
Hemos jugado y reído mucho, ha habido conexión, como digo
entre nosotros, pero también con el público.
Los niños, muy charlatanes, pero encantadores.
Han salido
tres a realizar el teatro del hombre malo, el niño y el cura que se hace pasar
por dama en peligro, que eran para comérselos, sobre todo este último con un
extraño acento mejicano.
Se ha establecido una conexión de juego personal y de
colegueo con los niños que no se da siempre, pero que cuando ocurre es muy bonito.
Por tanto, operación trilogía cervantina en Fuengirola,
concluida y con éxito, gracias Paco, por todo, eres genial.
Oigo la banda os dejo, van tarde tres minutos, muy típico (esta
última frase no es cierta porque cuando me acerqué habían salido a su hora, pero el público
no había aplaudido y eso me despistó).
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