Vaya viajecito más bueno he pasado hacia el lugar X.
Hoy, martes 7 de febrero del 2017, es el día de mi trabajo X
en el proyecto X, pues bien, eso ha tenido lugar, en una ciudad a unos 155 km de
mi casa y por tanto he tenido que viajar.
La primera ha tenido lugar antes de salir de casa, porque a la hora de despedirme de mis padres, mi padre, siempre un poco
frío para expresar sus sentimientos me ha dicho: " Pásalo bien y disfrútalo
todo mucho. Como se le dice a los futbolistas que se estrenan por primera vez
en un partido profesional; ahora olvídate de todo lo que sabes y demás,
solo sal, juega y disfruta".
Eso me dejó muy pillado y muy sorprendido.
La siguiente sorpresa, fue cuando llego a Vialia y me dirijo
directamente a las maquinas donde se
imprimen los billetes del tren y como llevaba el número del localizador en la
cabeza, me acerco a la máquina, le doy a la opción de impresión, de ahí meto el localizador,
le doy a imprimir y se imprimen.
En menos de dos minutos los billetes estaban en mi mano.
Esto para alguien normal es algo habitual, pero para mí es todo un record, un
milagro... no sé podéis definirlo como queráis.
Y lo tercero fue el viaje de ensueño.
Dos horas de viaje y no
sé por qué razón, puesto que iba como un flan, me senté, me crucé de piernas y
me quedé dormido. Yo soy un experto en eso, pero con lo nervioso que iba, no esperaba dormir.
Solo me
desperté un segundo al llegar a Córdoba, donde se subió un matrimonio y ella llevaba un perfume excesivamente fuerte, no paraba de buscar y
pedir al marido un bolígrafo, yo le presté el mío y tras devolvérmelo, seguí
durmiendo.
Cuando me volví a despertar, vi una construcción característica
de la ciudad donde llegaba, por la ventana y me di cuenta que ya había llegado. Fueron diez minutos
antes de lo previsto, pero yo me había
hartado de dormir, llegaba como una rosa y lo mejor, nada nervioso.
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