Ya puedo decir, oficialmente, que Simón ha sido encontrado, ya he pillado
su esencia y esa esencia, conquista a los más pequeños.
Como sabéis estamos representando la pieza Lluvia fina, para colegios y concretamente para niños de quinto y sexto
curso. Quizá sean demasiados pequeños para una pieza tan dura y claro un personaje como el de Simón es un
caramelito.
Para ellos Simón es un poco de aire dentro de la pieza, es
su colega, es el que rompe la cuarta pared constantemente y les habla, es el
que canta, baila, hace bromas, se ríe de los personajes, hace malabares, cariciosas
y hasta acrobacias. Por todo eso, es el amo de los niños.
La concejala de educación o no sé qué cargo de educación del
Ayuntamiento de Málaga que ha venido hoy, martes 21 de febrero del 2017, a vernos y
coordinar un poco todo, ha dicho que yo conquisto a los niños. Me ha dicho: "Contigo
es que se vuelven loco".
Hoy, también y de nuevo, ha venido a vernos, la madre de Nacho
Albert, nos ha comentado que la pieza que ha visto hoy debido al nuevo espacio y al
juego de luces, es totalmente diferente a
la que vio en el colegio de Los Olivos, que tiene mucho más ritmo y más vida. Eso
mismo dije yo ayer, con la iluminación parece otra pieza distinta.
A mí no me ha dicho nada, pero al irse me ha buscado, me ha
cogido del brazo y me ha dicho: "Tu
es que eres muy bueno" y tras mi agradecimiento y sonrisa, me lo ha vuelto
a repetir varias veces. Qué honor.
Y por último una profe de uno de los coles que nos ha venido
a ver, profesora de Ismael, hijo de mi amiga Gloria, le ha dicho a esta sobre
mi:" Es un artistazo, ha estado de diez, con mucha gracia y mucha
chispa"
Parece todo esto muy egocéntrico ¿verdad? Pues lo es, pero
el que sea seguidor del blog sabrá la de trabajito que le ha costado encontrar
a Simón y pillarle el punto y ahora que tengo confirmación oficial de que lo he encontrado, quiero expresarlo.
La pieza, como he dicho antes, es un poco dura para chavales
tan pequeños, pero lo gracioso es que ellos no tienen ningún problema para
expresar su opinión mientras representábamos la pieza.
Los comentarios de apoyo a mi eran constantes y las risas también,
pero cuando había preguntas retóricas ellos las contestaban o cuando se oía una
mini palabrota o una corte de un personaje a otro, ellos se reían, sorprendía o
gritaban.
Algunas veces, como por ejemplo con mi personaje, han estado
superbién me han apoyado y calentado y durante el monólogo de Adri, al final,
es un gustazo escucharlos porque te ponen los vellos de punta, se meten en la
pieza al cien por cien. Pero en otros momentos más dramáticos o serios, se
pierde el objetivo de la pieza y me he sentido mal por mis compañeros pero
vamos es normal.
Y ahora vendrían las crónicas de las dos actuaciones, pero
no os asustéis porque no voy a hacerlas, ya que, ambas han sido iguales o me he
sentido casi igual.
Después de mis críticas está claro que nadie ha notado nada, pero yo he estado todo el rato
nervioso, no me he sentido tranquilo, al cien por cien como el otro día, en
ningún momento.
En el primer pase, estaba aún más nervioso y de hecho me
comí alguna que otra frase, pero en el segundo pase, he disfrutado mucho más, mirando mucho más al
público directamente y buscando su complicidad para acercarme a Adri. Además he
metido movimientos más reales, morcillas, expresiones más mías y las acrobacias
han estado perfectas. En el que primero me he sentido más inseguro, sobre todo cuando mi micro ha caído.
Lo importante es que ha salido bien y desde fuera no ha
quedado mal. Lo importante es que el público lo pase bien y así ha sido.
Que nadie se haya dado cuenta de
mi batidora interior, indica que debo ser buen actor ni Nacho lo ha notado, es más me ha dicho que cuando el público son chavales pequeños, son míos y que yo se
manejarlos.
Pues lo dicho muy bien, pero la negrura del escenario de La Caja
Blanca me pone nerviosillo.
Mañana más.
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