Pues… pues…”¡Era cierto que iba a llover barro!” Esa ha sido la primera impresión que he tenido hoy, jueves 23 de febrero del 2017, en cuanto he salido de casa.
Ayer todo el mundo hablaba de que iba a llover barro, pero
es que hoy están todas las calles con manchas de barro y los charcos son marrones,
o sea, de barro.
Es curioso cómo están las calles, pero bueno mi conclusión
es la siguiente: “Cada vez los profesionales del tiempo aciertan más”
Anoche me acosté y no llovía nada, me desperté sobre las
7:50 y diluviaba. De nuevo, el cielo caía sobre nosotros.
La Lluvia fina se despide hoy, por ahora, de su gira malagueña con una lluvia muy, muy, gorda. Menos mal, que cuando yo he salido de casa a las 8:40, cosa que pensaba hacer a las 8:30, ya no llueve,
bueno llueve, pero gotitas muy leves, muy poco.
Hoy me esperan en la puerta del Continente Rosaleda, puesto
que vamos al Limonar, esta es una ubicación contraria a donde vamos siempre, con lo cual, yo le dicho a mis compañeros que
para que no se desplacen mucho, me
esperen en un sitio más cercano a su
casa.
Voy a 100, es verdad, que hoy me pilla más lejos, pero no me
importa.
Hoy me he despertado muy bien, estoy muy tranquilo, sé que hoy se acaba la gira, que vamos
a actuar en un escenario pequeñito y que vamos a disfrutar porque es el cole
de la protagonista. Así que voy, muy tranquilo. De hecho esta mañana, mientras
me levantaba, hacia la cama, me he aseado y me he vestido, ha estado repasando el texto del cortometraje
Sálvame, que supuestamente ruedo el sábado, vamos, que de nervios, hoy, cero patatero.
Esto que estoy escribiendo, lo estoy dictando al móvil y no
lo voy escribiendo, porque hoy tengo ganas de acabar prontito, ponerme mi música
y hacer esta caminata oyendo música.
Pero vamos que esté hoy tan superbién, no indica que haya
perdido mi odio a madrugar.
Llegué muy pronto a mi cita, previamente había visto a
Natalia, ex compi del teatro y me alegró
mucho hablar con ella y reencontrármela, ya, tan mayor y tan madura.
Lo dicho esperé, en mi lugar de la cita, que era una parada de
autobús y al poco tiempo me recogieron Fernando y Pepa. Fuimos hablando durante
todo el camino de tonterías y riendo, se notaba que íbamos relajados los tres.
Llegamos al colegio, donde íbamos a actuar y no había donde
aparcar. Por tanto, Fernando se fue a buscar aparcamiento y Pepa y yo nos
bajamos para ir preparando todo.
Estábamos citado a las 9:00 de la mañana, Nacho nos dio permiso
para llegar un poco más tarde, sobre las 9:15 Pepa y yo estábamos en la puerta,
cerrada, del colegio.
Empezamos a pegar, en la puerta de hierro, a pegar al
timbre, al porterillo, llamar por teléfono a Nacho, escribir en el grupo de WhatsApp,
llamar a Adriana, de nuevo llamamos a Nacho. Llegó Fernando de aparcar sobre
las 9:35 y ahí seguíamos nosotros en la puerta, llamamos al colegio, a la secretaria, a la administración y ya
sobre las 9:40, nos cogieron el teléfono
y nos dijeron como podríamos entrar.
Quedaban menos de veinte minutos para empezar y corriendo, nos fuimos para una nueva puerta que nos indicaron.
Corriendo como los niños que llegan tarde a clase, con la
cabeza agachada, fuimos al cole, entramos y un compañero nos dijo que
era en la segunda planta y ahí nos fuimos los tres, al llegar nos dijo una
maestra que era en la primera planta.
Por tanto, entre subir, bajar y la espera, llegamos al salón de actos a
las 9:50. ¡Diez minutos antes de actuar!.
Qué lío, vamos, ni saludé, rápidamente me fui al baño donde
me vestí. No pude maquillarme porque no había espejo y lo hice en el salón de
actos, junto a los compañeros. Eran las 10:00, nos pedían empezar ya y en cuestión de segundos terminé de arreglarme, monté el atrezo y listo.
Me llevaron a una habitación donde esperé que llegaran los chicos.
Qué estrés, en aquella habitación intenté concentrarme,un poco, en lo
que iba a hacer, porque con tanto trajin, no me había dado
tiempo a nada…
Al final el barro no era barro, era arena del desierto.
ResponderEliminarY un moon, eso en mi pueblo es barro de toda la vida.
Que alegria volver a ver el blog operativo.