domingo, 18 de marzo de 2018

POR FIN, EL PREVIO A LA "LLUVIA FINA".


Yo sabía que a las 15:30 hacía Lluvia fina en La Caja Blanca. También sabía que sobre las 12:00 habían quedado Fernando y Miguel para preparar las luces, pero lo que  no me quedó nada claro era a qué hora me recogían para ir allí. Así que me levanté sobre las 10:30, me preparé, desayuné con mis padres y empezamos a hablar del monotema, protagonista de estas fechas, la Semana Santa.

Como era temprano me puse a preparar cosas cofrades y también estuve organizando cosas de capillitas para cuando volviera de la representación, por tanto, cuando me llamaron para recogerme e ir al teatro, yo tenía la cabeza totalmente cofrade y lo demás me sobraba la verdad.
  
Salí de casa y por fin hacía un día magnifico; sol, cielo azul etc. Estuve andando como unos siete minutos y en ese tiempo, el día se volvió noche, empezó a llover, el viento se levantó como un huracán y la mañana se volvió un infierno.
  
Puntuales, Fernando y Pepa, me recogieron y empezaron a protestar de la lluvia constante. ¡Por fin alguien cansado de la lluvia, como yo. Estoy harto de oír hablar de lo bueno que es para los campos! Llegamos y claro, bajo la lluvia, sacamos las sillas de la escenografía y nos mojamos.
  
Directo nos fuimos al escenario. Ese escenario enorme y alto de La caja blanca, que unas veces me encanta y otras me ponen nervioso. Esta vez fue de la segunda opción. Me puso muy nervioso. ¡Ese escenario tiene vida!.
  
El siguiente paso fue, preparar el vestuario y atrezo en el camerino. Ese camerino de La Caja Blanca con ese "olor" también tan especial. Como no había percheros, llenamos todo el camerino de sillas para acomodar la ropa. Yo también me acomodé, pero en el sofá, donde tuve una divertida charla con Pepa. Como siempre fántastica. ¡Qué divertida es!
  
Al rato, empezó el momento móvil, todos sentados, esperando y con los móviles en la mano. Fernando y Pepa hablando con sus hijos y yo con el blog y el Instagram.
 
Cuando llegó Adri, empezamos a buscar, entre ella, Pepa y yo, una canción para el principio, elegimos un hit que está pegando muy fuerte y que me costó aprender. Me pasé el resto de la mañana canturreando por los pasillos, camerinos y escenario.

A las 13:22 nos sentamos en el camerino e iniciamos un pase de texto a la italiana. No sé qué nos pasaba pero andábamos espesos. Yo cortaba a Adri, Pepa improvisó, Fernando se quedó en blanco, Adri se lio.¡ Vamos una alegría!. Pero debo decir que ese momento todos juntos, de elenco, de unión, de compañerismo, de trabajo en unión y compañía me encantó.
 
El pase de texto continuó en el escenario, donde a la vez que ensayábamos hacíamos pruebas de luces y micros. Como he dicho estábamos liados y el pase de micro, con los cortes que esto conllevaba, no nos ayudó mucho. Por cierto, mi micro iba muy regulero.

Mola mucho, también, esa sensación de estar en el escenario soltando texto, con tu ropa, moviéndote y dando indicaciones al técnico y este a ti. ¡Me encanta todo este mundo!

Ya eran las 14:00, así que a comer, dimos varias vueltas: Una cafetería que no nos convencía, una casa de comidas que sí nos convencía pero no tenía mesas libres, un chino lejano y una pizzería. Nos quedamos en esta.
  
Comimos poquito y rápido, bueno todo lo rápido que nos dejó el cocinero porque tardaron horrores.

Por cierto, hablaron de La Peste y Pepa me animó diciéndome que me llamarían para la próxima temporada y me dijo que tenía mucha presencia en la pantalla. ¡Ay que te quiero!

De ahí al teatro, a maquillarse, vestirse, prepararse, concentrarse y a escena.
  

Todos se fueron a escena, pero yo al pasillo oscuro de entrada a la sala donde me puse como un flan.






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