El tercer día de viaje a Campillos, fue diferente a los demás, partimos de un nuevo lugar, el garage de Juan, porque el sábado 8 de agosto del 2020, nos fuimos María, Álvaro y yo en el coche de este.
El traslado hasta el lugar de la quedada era más fácil puesto que no había ninguna cuesta que subir, pero si era más lejano, bueno no sé exactamente la diferencia en metros que había entre un lugar u otro, pero al ir cargando con una mochila, una bolsa con 6 cuadros, una camisa, un pantalón y un largo abrigo de invierno no era muy agradable.Bueno, pues llegué sudado, con los brazos doloridos, pero el primero a la cita y desde el interior del garaje salía una voz que para mí era conocida y tanto, era la voz de Juan que ya había llegado, mientras esperaba que saliera con el coche, llegó Álvaro y ya los tres nos montamos en su coche y nos fuimos a recoger a María.
Al principio, el viaje fue un poco serio, pues Juan estaba un poco seriote algo muy raro en él, pero al segundo puso su musica de verbena de toda la vida y la fiesta del viaje comenzó.
Y nada, hablando de la playa de donde venía María, oyendo una anédocta de Juan donde nos contaba que la noche antes Alvaro había pisado algo que da mucha suerte y hablando de proyectos, de compañeros, de sueños, de ideas, de deseos, de cosas divertidas, bromas y mucha musica, llegamos por tercer día consecutivo y ultimo a nuestro destino el Festival Candilejas de verano de Campillos 2020.
Fue un viaje ameno y tranquilo, ya era el ultimo día y la verdad que por un lado tenía algo de pena pero por otro alegría, pues habíamos completado los tres días sin incidentes, además como en el coche íbamos el grueso del elenco que hacíamos los papeles menores, el nivel de nervios era cero.
Pero los coches tienen ruedas.
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