Como os comenté en entradas anteriores, cuando iba de camino de la actuación me dije :" Voy a disfrutar de Anai". Y eso he hecho.
Toda la oscuridad que tanto había enturbiado este Sueño de una noche de teatro, los ensayos no realizados, tantas promesas no cumplidas, tanta informalidad, tantos aplazamientos y nunca por culpa de Anai, evidentemente, de pronto se había convertido en luz. En una luz blanca y radiante, relajante, limpia, bonita y la culpable de todo eso sí tenía un nombre propio Anai.Hacía mucho tiempo que no me subía con ella a un escenario, bueno esta vez tampoco nos subimos porque estábamos al mismo nivel que el público, pero ya me entendéis, y ha sido como volver a casa. Como estar en un sitio que conoces, que es tuyo, de donde nunca debías hacer salido, donde estas bien, donde te sientes seguro, reconfortado, apoyado.
Es como estar en los brazos de una madre, sabes que a su lado nada va a salir mal, sabes que siempre va a estar ahí, si te caes o si te lías ahí estarán sus brazos para recogerte y cuando trabajas con una red de seguridad de ese calibre, lo único que puedes hacer es dejarte llevar y disfrutar. No hay más.
Aquí no hay ego, no hay ganas de destacar, no hay envidia, no hay deseo de quedar por encima tuyo, con ella no hay de nada, solo tranquilidad. Hacer teatro con el único fin de hacerlo y de disfrutarlo, sin más.Cuando haces teatro, ya, a un nivel más profesional, no se pierde la magia, claro está, pero lo ves todo con un tinte más laboral y en tu cabeza a parte de la interpretación tienes otras cosas como el que funcione o no, que des lo que el director espera, que no falles, el tema económico etc. En cambio hoy, viernes 27 de mayo del 2022, todo ha sido como un remanso de paz, un oasis en mitad del desierto, un hacer teatro por amor al teatro, por disfrutar, pasarlo bien y hacer pasarlo bien a los presentes.
Es como volver a los orígenes y por dos razones. Primero por hacer teatro para disfrutar y segundo por hacerlo con Anai que es mi principio, mi raíz. Actuar con ella ha sonado a antiguo, a lo de siempre, a, como dije antes, el hogar.
Porque al lado de esta mujer lo que hago es dejarme llevar, con ella no hay problema sabes que no te va a fallar nunca. No solo porque es seria y responsable, y no falla en los textos, posiciones y demás, sino porque y esto es mucho más importante, ella no te va a fallar como persona, siempre va a estar ahí. .Hemos hecho muchos personajes, algo que a ambos nos encanta, más que una obra de teatro esto parecía una masterclass donde Anai y yo mostrábamos lo que sabemos hacer.
La conexión y la unión existente entre Anai y un servidor, creo que ha sido evidente y lo ha llenado todo.
De hecho al principio como todos eran monólogos le tenía respeto por si fallaba o me trababa, pero ya en los diálogos el miedo no existía, estos los hacía con Anai, así que, cero problemas ya el buen rollo era el protagonista.
También tengo que decir que al principio tenía un poco de miedo o respeto a ciertas personas del público porque eran compañeros, pero al final que estos estuvieran ahí sentados me han servido de motivación.
Además ha sido la vuelta a la Biblioteca Municipal y el reencuentro con Tonia, su directora, una mujer muy amable y cariñosa que siempre me ha tratado fenomenal.
No sé por qué pero esto puede ser el inicio de algo muy interesante. Ya veremos.
Afortunado tu de sentirte en casa. Disfrutalo. Preciosa entrada.
ResponderEliminarComo me hubiera gustado veros a los dos porque os quiero mucho ya sabes por lo que no pude ir.
ResponderEliminarEspero que lo repitáis para poder disfrutar de los dos. Grandes profesionales y grandes personas.