Son las 23:45 y según el cartel luminoso de la estación de Torreblanca quedan 3 minutos para que llegue el tren con destino a Málaga. Me han alargado hasta aquí Salva y Sergio. Ya empieza a hacer fresco, voy en pantalones cortos y la verdad que tengo repelús. Espero que llegue pronto el tren porque esta estación es muy siniestra. Menos mal que hay un bar cercano que si no...
El pasado año fui a dicha feria con Anai y Salva y este, he vuelto ha reunirme con ellos y con Sergio ( que también venía el pasado año) pero esta vez no ha habido nada de feria, esta vez hemos quedado para trabajar.
Hoy, viernes 12 de octubre del 2018, pese a ser festivo, hemos aprovechado que Salvi venía de Barcelona, para reunir a Diantre Teatro y trabajar.
Me han recogido de la estación de Torremuelle a las 17:10 y hemos tirado directamente para la casa de Anai, llegando a las 17:20 y saliendo a las 23:21.
Han sido seis horas de ensayos y de trabajo que ahora os paso a relatar.
Como, tras el almuerzo, veníamos medio dormidos y hacía casi mes y algo que no nos veíamos, Anai nos ha ofrecido café (a mí no) y nos hemos puesto al día; que sí la nueva vida de Salvi en Barcelona, que sí mi vida de profe en el Mus-e, que sí la vida de Anai etc. Tanto hemos hablado que hasta cerca de las siete no nos hemos puesto a trabajar.
Si me preguntaran por el tiempo exacto y efectivo de trabajo, yo juraría ante un juez que fueron solo cinco minutos.
Pero las fotos de esta entrada estan fechadas a las 19:30 y cuando se hicieron ya llevabamos un rato ensayando, y creo recordar que cuando miré el reloj de Anai, durante el debate post-ensayo, eran las 20:40. Así que se puede decir que hemos ensayado casi dos horas.
Pero ya digo me han parecido cinco minutos, porque si se trabaja bien, a gusto y con profesionales, es una maravilla y el tiempo pasa volado.
Cuando empezamos el ensayo, Salvi nos dijo que para él, como director, esta pieza era muy fácil, porque era un texto breve sin a penas movimientos y que el mayor esfuerzo era el nuestro que debiamos aprender el texto, modernizarlo y naturalizarlo. El texto es de 1945. Para mí, una de las lindezas de la pieza es esa, su texto, sus expresiones y la forma de contarlo. Esas joyas, ya no se escriben.
Entonces tomé la palabra para defender el texto original y argumenté mi defensa en el sentido que le queriamos dar al espectáculo y convencí a Salva. Pero nos puso una condición : las frases debían quedar naturales y mientras no fuera así, él tendría el derecho de parar y hacérnoslo saber y si no lo conseguíamos se cambiaría dicha frase. Ambos aceptamos y el ensayo simple, se convirtió en una maravilla.
Cada frase y cada expresión era parada para darle una entonación concreta. Para llenar las frases de sentido iba creando pensamientos en el actor, metiendo acciones y dando vida.
Yo incluso paré el ensayo para expresar lo contento que estaba y lo que me gusta un director que busca, te pide y tu debes darle.
Siempre he dicho que actuar me encanta, pero el proceso de creación, donde buscas, donde pruebas, donde el director marca y tu haces, es lo mejor y eso pocas veces se da, porque se habla del intrusismo en el mundo del actor ( todo el mundo se cree que puede serlo) pero nunca se habla de los que dirigen sin saber o de las piezas en las que no hay director. Desde aquí rompo una lanza por ellos y ellas.
De las 8 páginas del texto montamos dos y media, quizá parezcan pocas, pero fueron muchas marcas, muchos movimientos y muchas indicaciones las que nos dio Salva. Todas las apuntamos y las llevamos a cabo " de aquella manera". Ahora quedaba asentarlas, interiorizarlas, hacerlas naturales y repetirlas.
Era demasiada información y hacer más era un atraso.
Los próximos ensayos los haremos Anai y yo solos y Salva nos controlará online. Ya os contaré estos inventos....
Y como siempre a trabajo acabado, en casa de Anai, viene la recompensa, lo que empezó como una tapita de queso, acabó siendo una puja gastronómica entre León y Santander y quedaron empatados.
Durante la puja hablamos de todo, desde lo más místico a lo más mundano, siempre con cariño, unión y buen rollo y en esa terraza viendo anochecer, mirando mal y disfrutando de las últimas buenas temperaturas del 2018.
Por cierto, gracias Sergio por estas fotos, por tu buen rollo y a Salva y Anai gracias por apoyarme y enseñarme tanto.
Asi me gusta a disfrutar de la vida.
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