¿SE NOS PUDRIRÁ LA CENA?

Esta tarde, sábado 27 de octubre del 2018, he visto, junto a mi madre, una película en Canal Sur de Paquita Rico, Manolo Morán y Gila. Viva lo imposible, se llamaba y me ha parecido una película valiente y muy adelantada a la época, porque hablaba de la famosa zona de confort y de romper con ella si no eres feliz.

Pues bien en la peli, el marido "malo" de Paquita, le obligaba a comprar las uvas para Nochevieja, ocho días antes de la misma y yo pensaba:" ¿No se le van a poner malas?" y eso mismo pienso al escribir está entrada: " Si empezamos a cocinar, ya, los platos que se van a consumir en la cena que se celebrará, Dios mediante, el 1 de diciembre, ¿No se podrán malos?".

Pues no, no se pondrán malos porque nuestra cena es especial y necesita un tiempo de cocinado y preparación muy detallado y concienzudo. Además tenemos un ingrediente nuevo. Ingrediente que han comprado en un establecimiento groumet. Este se llama Rebeca y sé que va a dar un sabor al plato final impresionante.

La cita estaba prevista para las 11:00 h. Pues a las 10:59 estaba, Rebeca, aparcando su coche en la puerta de la casa de Elena. En un principio me iba a Benalmádena en tren y luego a dicha casa caminando, pero recien levantado me llamó Rebeca y me informó que tenía que ir al Botánico, que si yo me acercaba a ese lugar, nos podíamos ir juntos y la verdad que me vino perfecto. Además nos fuimos acompañados. Gracias a eso me dio tiempo a desayunar muy bien, a caminar muy tranquilo y oyendo música hasta el jardín, cosa que hacía años que no vivía y a pasar media hora charlando con lo compis.

Entramos a la casa y como es tradicional, hubo una charla de introducción, ponernos al día y tras visitar la terraza de Elena, pasamos al salón para comenzar. Queríamos quedarnos fuera, pero el sol picaba demasiado y nos metimos dentro.

Los cuatro sentados en una mesa, con el libro del menú frente a nosotros, empezamos. Nos metimos de lleno con la cocina creativa, hicimos nuevas interpretaciones de platos tradicionales. El puchero, la paella y el estofado, o sea, la parte tradicional, la de siempre y ya asentada la pusimos Raúl, Elena y yo , y la parte nueva, esto es, el toque renovado; las esferificaciones, el sifón y el falso caviar, Rebeca. La verdad que ese viejo menú, con el aire fresco de Rebeca sonaba más vivo, más real y con màs sentido que nunca.

Yo que he oído el texto mil veces me sonaba nuevo y Raúl acabó emocionado...

Despúes hubo un descanso, donde nos metimos en la cocina de verdad.

Elena nos había preparado una tarta de zanahorias, que debido a unos excesos de ingredientes y tiempo de cocinado y a un defecto de otro, salió un poco delgada y morena, a la autora no le gustó nada, pero a Rebeca y a mí si y creo que dimos buena cuenta de ello.

Descancito, charlas logisticas y organizativas que me cansan tanto y de nuevo a trabajar.

Esta vez dejamos la carta con el menú y cogimos los utiles de cocina, esto es; que nos pusimos en pie para mover el primer plato o primera escena como lo querais llamar. Tres vueltas le dimos, una para marcar y dos a tiempo real.

La verdad que quedó muy bien, pero yo pienso que hay que condimentarla más. Un ratito más en el horno no le viene mal, porque como dicen en Masterchef, si hay buena materia prima, no podemod maltratar el ingrediente sino que estamos obligados a sacarle el mejor sabor y el máximo partido.

Al acabar eran cerca de las 14:00 y Rebeca tenía que marcharse, así que concluimos nuestra primera etapa del cocinado. Aunque dejamos de cocinar, salimos de casa de Elena a las 14:15, pues nos pusimos a arreglar el mundo.

Resumiendo, que me lo pasé genial, que creo que queda mucho por hacer y  hay que ponerse las pilas, pero aun así esta mañana cada bocado me sabía a manjar de los dioses. Las fotos son horribles, aunque pudo haber buenísimas pero me dio corte pedirlas, os prometo que no pasará más y que el viaje de vuelta fue especial. ¡¡¡ Uy que de confesiones nos hicimos...!!