miércoles, 1 de mayo de 2019

VAMOS¿ CAMINANDO O ARRASTRANDO A POR CERVANTES.?


¿ Habéis visto las películas del oeste cuando atan al malo al caballo y lo arrastran por el camino? Pues así iba yo hacía la actuación de Encuentro con Cervantes el pasado sábado 27 de abril del 2019.

Mientras que el día anterior había salido del ensayo en la biblioteca, satisfecho, contento y disfrutando del momento, esta vez, aunque tenía ganas de actuar, iba como en mi propio mundo, no reaccionaba, andaba como un autómata, era como si aun estuviera en la cama, todo eso se debía a que tuve un mal despertar.

Después de la noche tan buena que había pasado  con mi madre y sus ex vecinas, después de acabar una semana dura de trabajo y de aguantar a la triste post- Semana Santa, me acosté el viernes, 26 de abril del 2019, agotadito, relajado, contento y me dormí como un lirón.

Mientras dormía plácidamente; empecé a oír unos golpes que iban en aumento, tanto en frecuencia, como en volumen, no sabía que eran, pero me despertaron de un sobresalto.

Una vez pasado el momento de estupor y la sorpresa, medité, reaccioné y caí en la cuenta que era sábado, los golpes eran en la puerta de mi dormitorio y tenía que actuar en la biblioteca, entonces intenté dar a conocer que ya estaba despierto, pero mi padre no está muy bien del oído y seguía aporreando mi puerta, cada vez más rápido y más fuerte, con lo cual me costó hacerme entender que ya estaba despierto.

Así que el pasar del sueño profundo a la más absoluta vida, hizo que me levantara como un zombi, que lo preparara todo y me fuera camino al curro.

No iba muy bien de tiempo, pero cuando llegué a Vialia pensé, creo que fue para lo único que me dio la cabeza esa mañana :  "Para que voy a esperar el Metro, gastar dinero y demás, si solo son dos paradas y luego me deja lejos de la biblioteca” Así que, no lo cogí y como el día anterior, me fui caminando a la biblioteca, eso sí, esta vez iba cargado con todo el atrezo y el vestuario, pero no notaba el peso, porque os puedo jurar que mi cuerpo iba caminando pero mi mente seguía pegada a la almohada.

Avisé que iba justillo de tiempo y a las 10:36, seis minutos más tarde de la quedada, entré en la biblioteca. Comenzaba el mini previo.


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