Y después de dar la bienvenida en Torremolinos, muerto de risa y por todo lo alto al año del 20 20 con mi gran amigo Lyton, que hacía años que no veía, y José, el sábado 4 de enero, tres días después de la fiesta volví a dicho pueblo, pero esta vez no era para celebrar nada sino para llevar a cabo mi primera experiencia teatral del recien estrenado año 2020. Volvíamos a reunirnos ; Pilar, para apuntarnos, Paco, para dirigirnos y Javi y un servidor para actuar en nuestro Laberinto privado.
Hablando de Reyes, debo confesar que la Navidad me encanta y la festividad de los Reyes Magos aún más, pero también debo deciros que en los últimos días me pongo un poco triste porque siento que ya se acaba todo. Con ese espiritú tristón del fin de la fiesta llegué al ensayo, pero como el teatro es mágico cuando estaba en esas tablas y metido en la piel de mi personaje me olvidé totalmente de esa tristeza y sentí como que ya había pasado la depresión post-Navidad y así estuve hasta casi el final del mismo que mi cabeza volvió a la fecha real, a que me faltaban cosas por hacer, a qué mañana era la cabalgata, todo eso me desconcentró un montón y de nuevo me llevó a la morriña.
Pero bueno hasta llegar a esa morriña final pasaron muchas cosas, como que Paco nos citó muy pronto para contarnos algo muy importante, Javi y yo, que de nuevo nos fuimos en su coche, intentamos llegar lo antes posible, pero el ensayo era a las 11:30 y llegamos a las 11:20, o sea, que muy pronto no lo hicimos. Llegamos, entramos a la sala y este estaba hablando con una chica del ayuntamiento que nos presentó y que se marchó al llegar nosotros, Paco nos habló de una posible actuación bastante interesante, nos informó de que se celebraría, la próxima semana, la sesión de fotos para el cartel y mientras se hacían las negociaciones del vestuario llegó Pilar, esta nos ayudó un poco a decidir y tras hablar sobre un tema escenográfico, nos subimos Javi yo al escenario a trabajar.
Ese primer ensayo iba a peligrar porque Javi había pasado tres días de gripe, con fiebre y cama incluido y aunque nos anunció que quizá se suspendía, al final se mejoró y ahí estuvo el chaval dándolo todo, pero la tos poco le dejaba hacer.
Empezamos a ensayar la pieza desde el principio pero al poco, no llevaríamos ni dos minutos, Paco nos paró para contarnos que quería cambiar una acción de Javi, la idea me pareció buena pero yo le hice una propuesta. Se probaron las dos y la mía le gustó más y la aceptó. Trabajar con un director que lo tiene todo clarisimo pero que sabe escuchar a los actores y tener en cuenta sus propuesta es todo un lujo.
Ya digo fue un ensayo raro, lo sentí como un ensayo recordatorio, un ensayo que nos servía para no perder el hábito de ensayar, pero con pocos frutos. Destinado a proteger a Javi y a indicarme a mí, aunque tampoco tuve muchas indicaciones, quizá hay una frase que no logro darle el matiz que quiere Paco, casi siempre me la corrije y esta vez no fue una excepción, la dije, me la marcó, me la hizo repetir y luego me la aplaudió así que creo que fue bien.
Poco más que decir, que hice por primera vez sin texto en la mano una especie de monólogo (no es eso realmente pero no puedo dar más pistas) y fallé en el texto mil veces, recordamos los movimientos del final muy técnicamente y con papel en la mano y a casa.
Cómo Javi estaba malito hicimos solo un pase. Recuerdo que me volví en bus y llegué a casa muy tarde, me empijamé, almorcé y me pasé el resto del día y la noche, tumbado en el sofá con la manta y viendo junto a mi madre: Charlie y la fábrica de chocolate, El balcón de la Luna, Tu a Londres y yo a California y una versión romántica de Cuento de Navidad.
PD: Al día siguiente pese a que hice mil cosas, saqué tiempo para mostrar a Paco mi posible vestuario para el cartel y este fue aprobado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario