martes, 8 de febrero de 2022

A LAS ¡¡¡ DIEZ!!! RECOGÍ EL VESTUARIO.


Cuando el lunes 7 de febrero del 2022 Edu me citó a las 10:00 del día siguiente para recoger el vestuario, mi María José le aconsejó:"  Pero Edu si llevas a las 10:15 vas bien" y Edu asintió con la cabeza. Lo peor es que cuando le conté esto a mi madre me respondió que sería lo más normal. Tenía que quitarme esa mala fama (bastante cierta) de una vez por todas. El llegar ese día 7 minutos tarde, me estaba pasando factura. 

La mañana del martes 8 de febrero del 2022, madrugué, no me entretuve en nada y completamente equipado para irme, tras recoger el vestuario, a correr, emprendí mi camino hacía la cita con Edu. 

Iba perfecto, cuadrado como un reloj y tan, pero tan, concentrado en no llegar tarde que mi cabeza no daba ni para mandarle un audio a mi amiga Marina. De hecho le pedí perdón pues el audio que le mandé carecía de lógica. Toda mi atención estaba en andar y andar. 

A las 9:58 horas, me separaban escasos 100 metros del lugar de la cita,  tiré por un sitio donde la calle estaba cortada, tuve que pasar entre dos coches y casi no cabía, aligeré  y a las 10:01, por culpa de este imprevisto, llegué a mi destino. 

Edu estaba en la puerta del local hablando por teléfono. Me recibió muy cariñoso, como siempre, entramos y empezó a sacarme ropas.

Como he engordado lo más grande, le pedí probármela para no llevarnos sorpresa y así lo hice. Tres camisas y otros 3 pantalones fueron necesarios hasta dar con el definitivo.

Mientras lo hacía, Edu me habló de un nuevo proyecto (leer entrada siguiente). Y una vez que ya tenía la ropa en una bolsa, me despedí de él. 

Contra todo pronostico, a la hora que suponían todos que iba a llegar,  las 10:15h, era cuando salía. En ese momento me dispuse a correr mis 40 minutos diarios.

Preparé todo el vestuario en mi mochila para poder llevarlo sin molestia, empecé a correr pero a los muy pocos minutos lo tuve que dejar. Una contractura que me hice días antes al intentar respirar, me dolía un montón, escuché en mi mente a mi hermano y mi madre y paré.

Eso sí me fui a caminar y descubrir una parte del barrio de Suárez que no sabía ni que existía.




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