Recuerdo perfectamente aquella tarde del 2015 en el centro cultural Antonio Sánchez Gómez de Nueva Málaga cuando Edu nos presentó a un chaval de unos 11 años, se llamaba Alex, venía para hacer de niño repelente en la pieza Marcelino pan y vino que Eventos con historia estaba montando en ese momento y que yo dirigía.
Muchas tardes buscando El Aguinaldo, haciendo teatro, actuando, ensayando, colaborando magistralmente junto a su madre en mis teatros infantiles, de noches de camperos, de traslados, de paseos, fueron llenando años de vivencias, pero llegó el confinamiento que nos cambió a todos, no cortó esa amistad, ni ese cariño, pero la relación activa que teníamos tristemente se diluyó.
La parada de Plaza Mayor del tren de cercanías de Renfe nos volvió a reunir en el verano del 2021, cuando me encontré al pequeño Alex ya hecho un hombre y me dijo que se iba a iniciar en el mundo del audiovisual con un cortometraje.
Meses después me llegaron los ecos del éxito de ese corto y de su magnífico estreno. Al que no fui por culpa de mi miedo a la pandemia. El chaval me dio todas las facilidades posibles y puso todo lo que tenía a su disposición para que me sintiera seguro y asistiera al estreno, pero al final no fui.Todo eso nos hizo volver a tener más contacto. Me expresó su deseo de trabajar conmigo en teatro, estuvimos planificando una posible quedada e incluso estuvimos a punto de trabajar juntos, pues pasé el casting de un proyecto colectivo donde estaba él, pero que tuve que abandonar porque exigía un tiempo del que no disponia y mientras estábamos en eso conocí vía Instagram que convocaba un casting para un nuevo trabajo.
No sabía si ir, pues siempre que un conocido convoca casting, me viene a la cabeza mi regla de oro que es:
-Regla de oro: Si alguien me conoce, me ha visto trabajar y como en este caso ha trabajado conmigo codo a codo y no me convoca para una prueba o no me da el papel directamente será que no doy el perfil, no les intereso o mi forma de trabajar no es la que buscan. ¿Para qué ir?
Pues pese a esta regla decidí ir. Le escribí y le informé que iba.
Los dos llegareis lejos, que el que siembra recoge (casi siempre)
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