Hoy de nuevo, los asaqueros nos hemos reunido para ensayar.
Hemos realizado un ensayo más frío, con más gente, en el sitio y con más mente. Eramos cuatro, pero en un momento esos cuatro se convirtieron en tres, porque uno de ellos o mejor dicho ella, estaba en el ensayo en cuerpo pero no en alma. Nuestra Nora desapareció en su mente.
Desde las diez de la mañana, que íbamos a comenzar a ensayar, hemos empezado pasadas las doce. Han habido cambios de todas clases y formas.
Como digo quedamos a las 10:00 para ensayar en el local, de ahí cambiamos porque teníamos posibilidad de ensayar "in situ" en La Cochera y había que aprovecharlo, asi que, nos fuimos para allá, pero la cita era a las 11:00, cita que luego se transformó a las 11:20, pero al final cuando me recogieron a las 11:50 y uno listo y vestido desde las 10:00.
Llegamos a La Cochera, esperamos un poco, mientras tuvimos una conversación, muy buena, con un productor. Una vez más la claridad y sencillez de Nora para decir las cosas me encantó.
Después entramos a la sala y comenzó, el trabajo tan necesario pero a la vez tan odiado por mi, el de las luces. Que necesaria son, pueden dar o quitar encanto a un show, pero el momento de prepararlo es horrible.
Mientras se hacia el trabajo de luces yo ayudé en lo que pude, que realmente fue muy poco, mirar, observar, aprender, recoger, hacer fotos y hablar por WhatsApp eso fue lo que hice.
Menos mal que como entre Nora, Steven y un servidor hay muy bien rollo, pues nos lo pasamos muy bien.
Después iniciamos el pase. Un pase completo de la pieza. Ha estado muy cortado y emos parado muchas veces, debido a las indicaciones que Steven hacia a Eric, ese técnico apañado que nos acompañaba hoy.
Pues eso, hemos hecho el pase completo, pero sin mucha intensidad y naturalidad, hemos estado recordando cosas, partes técnica, etc. Y como digo Nora, no se movió un segundo de las patas, pero a mitad de la pieza su cabeza se fue y su cuerpo se quedó.
Como digo, estrenamos la versión 2.0 y había cosas que retocar, modificar y cambiar y eso tuvo a Nora, mientras ensayabamos, dándole vueltas a la cabeza.
Empecé nerviosillo pero luego, como la obra está tan viva, hace que te metas en un rollo, tan bueno que pierdas la noción del tiempo. Lo vives y lo pasas muy bien.
Salí de nuevo feliz como una perdíz, contento del trabajo, de ser actor y de seguir luchando.
Además durante la pieza y después no han faltado los comentarios de coña y mal intencionado entre nosotros.
Mañana descanso pero pasado a disfrutar más.
Viva el buenrollismo ilustrado.
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