Bueno, nota aclaratoria antes de empezar a leer esta
crónica:
sonas de las que hablo en esta
en-
trada, son amigos, entonces aunque todo lo que cuento es real y sé que esas
personas también tenían sentimientos reales y ciertos. Sus ojos de ilusión y sus sonrisas de felicidad los delataban, pero
también debo decir, que como son amigos son muy subjetivos y en sus opiniones
hay poca objetividad, ósea, que todo puede ser fruto, mucho más del cariño que
de otra cosa. Aclarado esto os cuento:
ludar a las personas del mun-
dillo que vinieron a vernos, Nora como debía irse muy pronto para
actuar en Mi-
croteatro, salió a saludar a los asistentes, mientras, yo, como
detrás nuestra, venían a actuar un grupo de improv de Granada. En menos de media hora ellos empezaban su
función, pues, yo, me puse a bajar toda
la escenografía del escenario y ponerla junto a este para después recogerla.
Todo recogido me fui al camerino a cambiarme de ropa y en
eso entró Steven e hizo lo propio, al poco tiempo entró Nora y nos dijo que por
favor saliéramos, que había gente esperando. Yo le dije que esperaba Steven
para salir juntos.
Así lo hi-
cimos y abrimos la puerta de entrada de la sala y
nos en-
contramos a todas estas locas y locos a-
plaudiendo y acla-
mándonos por
nuestro trabajo.
Me sentí pleno, lleno de felicidad, sí fui feliz con todas
las letras. Creo que todo lo que paso
tras la actuación, fue lo que realmente me ha hecho llevar tres días como en
una nube.
Gracias a todos, a esto se suma que se me acercó la loca de
Ana y me dijo que le firmara un
autógrafo a esto yo sonreí ama-
blemente, pero me dijo, que era en serio, pero
después todos los locos y locas que había allí comenzaron a pedirme autógrafos.
Así que aunque fueran
amigos, me sentí, después de ver tanto festival, que tuve mi pequeño momento de
gloria. Allí firmando autógrafos, saludando a todos y lo mejor recibiendo
abrazos sinceros de todos y cada uno de ellos.
tadora María José, tan re-
belde, pero tan ca-
riñosa, todo el rato tocándome la cara dándome abrazos y besos, no sé por qué pero esta mujer me genera mucho cariño.
Mi Anita Vigo, no se acercó mucho a mí, pero no hacía falta, porque con sus miradas y su sonrisa tuvimos largas conversaciones en la distancia.
puesto Gloria y Alex son puntos y aparte no puedo decir nada de ellos, soy fan de Alex y Gloria, somos muy parecidos y nos en-
tendemos muy bien y siempre está ahí.
Inma sonriente y emocionada, casi más que nosotros, de lo que habíamos hecho.
Después por su-
puesto, Fabiola, ese ratito de conver-
sación me vino muy bien.
Los cariñosos, Toni y Carmen, con esos abrazos, con esos besos, con esa cara orgullo y de alegría que tenían ambos. Gracias Carmen por todo tu apoyo esa noche y Toni por ser un buen tío.
Gracias, gracias a todos los que vinieron, gracias Ana y por supuesto a Maricarmen Rosado siempre educada y con su sonrisa.
Sobre todo, un honor ver a la maestra, a Gertru que decía cosas a las que no podía responder porque me tenía emocionado. Gracias por tu ayuda, consejos y por esas llamadas de horas.
Gracias a todos los que vinieron, conocidos o no conocidos y a una mujer que no conozco que pasó por mi lado, me cogió del brazo y me dijo que muy bien.
No sé si todo eso pasó en cinco minutos, diez minutos o veinte minutos, pero durante todo ese tiempo, rodeado de esa gente, fui muy feliz, porque había caras de sonrisa y cara de cariño de verdad.
Voy a contaros un secreto; Concha Velasco decía en una canción que soñaba con ver su nombre en letras de neón y Nora, el otro día, dijo que si a un actor no le gusta que lo alaben y lo miren, es que no quiere ser actor, pues sí, os confieso que siempre he soñado hacer una obra de teatro, salir y que la gente me aplauda. Pues ese sueño lo viví el otro día, gracias a estos locos.
Gracias Nora y Steven, Nora por la oportunidad y a Steven por apoyarme en el escenario.
Y sobre todo al público porque el viernes ellos formaron parte del espectáculo.
Después de este momento y flotando, recogimos toda la escenografía, cargamos el coche y nos fuimos al local al soltarlo todo. Lo soltamos y Steven me pidió que esperara a que se fumara un cigarro.
Ese cigarro empezó a las 00:30 h. y acabó a las 2:00, con un campero de por medio. Allí en ese local friki, estuvimos sentados, charlando.
Después de los nervios previos, de los ensayos, de los cambios, del reestreno, de la vuelta y de todo, estábamos los dos en el descanso del guerrero. Hablando, tranquilamente, de la profesión, del cine, del teatro, sin criticar, sin malos rollos, tranquilos.
Fue una charla maravillosa. Gracias Steven, por tenerte ahí como compañero, maestro, amigo, consejero etc.
El broche de oro para un día genial.
Lo que se siembra, luego se recoge.
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