El pasado viernes, 3 de marzo del 2017, volvimos a cabalgar,
Don Juan Quijote, en su Rocinante y yo en mi burrito.
Como siempre digo, este es un trabajo fácil, donde se
disfruta, sin necesidad alguna de preparación, nervios o tensión. Los viajes
del Quijote, son algo sencillo, divertido, con un gran compañero, donde no
trabajamos, sino que nos lo pasamos bien y disfrutamos. El personaje y
el texto están tan cogidos que podemos jugar con él sin ningún problema y en ese autobús que ya es nuestra casa.
Por todo ello, el viernes me levanté temprano, con ganas,
animado. Había quedado con Juan a las 10:20 h. pero antes estuve en la calle,
realizando fotocopias para temas personales.
Puntual, como siempre, me recogió Juan y nos fuimos a nuestra cita con Diego.
El gran Diego, el
viernes teníamos que ir hasta Alhaurin, solos y en bus, pero Diego se enteró de
nuestro horario y como tenía que venir a Málaga capital, para realizar un
servicio, nos recogió y en su pequeño minibús, nos fuimos, Juan, Diego y un
servidor, sentados en los asientos delanteros a Alhaurin.
Llegamos muy bien de tiempo, durante el viaje, estuvimos
repasando el texto y hablando por teléfono con el padre de Juan.
Como digo, llegamos muy pronto y con tiempo más que suficiente para vestimos, maquillamos y volver a repasar el texto, sin prisas.
Hacía mucho tiempo que no lo trabajábamos y el día antes
Juan había estrenado dos microteatros, por tanto, el pobre, tenía la cabeza que era una olla de
coles y volvimos a repasar el texto.
Por cierto, me costó horrores maquillarme, no pillaba el
color. Lo hacía y me quedaba la cara manchada y tras mil capas quedé
maquillado, pero como una travesti vieja.
Bueno, ibamos tranquilos y de pronto nos dimos cuenta de que
comenzaba el show.
Trabajamos durante una hora y media, pero justo, empezamos a las
11:45 y acabamos a las 13:15 tal cual estaba previsto.
Lo dicho, empezamos a trabajar o a actuar, pero tanto
preparativo no sirvió para nada, puesto que como digo nos dedicamos a
Quijotear, pero sin Quijotear de verdad, puesto que no hicimos el show, el autobús no se movió y no hicimos nada del texto.
El viernes se inauguraba una nueva sede de Autobuses Olmedo
y nosotros fuimos a la fiesta inaugural, como animación y promoción del
show.
Estuvimos todo el rato hablando entre la gente,
jugando a que Don Quijote había perdido su caballo, con
las damas confundiéndola con Dulcinea, etc.
Sobre todo, estuvimos mucho
tiempo dentro del bus, vendiendo el producto y contando a todos en que consiste
el Teatro bus y el espectáculo.
Así estuvimos una media hora, hasta que comenzó el acto
oficial de inauguración y allí estuvimos los dos como dos oyentes más.
Tras acabar el acto oficial, empezó el catering y una fiesta
flamenca, donde nuestros personajes ya no pintaban nada. Es más todo el
mundo nos había visto, nos conocía y si seguíamos interactuando aburriríamos
a las personas, por tanto, se acabó el
horario previsto y nos marchamos.
Pero tuvimos que esperar una hora antes de irnos, no
había combinación de bus y estuvimos en la fiesta, hasta que llegó la hora y
Diego, una vez más ayudando, nos buscó un compañero que nos trajo, bajo la
lluvia, a Málaga.
Que bonito autocar.
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