miércoles, 5 de septiembre de 2018

ADIÓS AL RAFAEL ECHEVARRÍA 2018.


Estoy en el Mirador, supuestamente hoy no hace tanta calor, es más hace hasta una brisa agradable, pero yo noto mucho sofoco. 

Esta noche de miércoles, 5 de septiembre del 2018, se despide don Rafael Echevarria del Jardín Botánico de Málaga. En cuatro minutos estará aquí Steven con el público, ya lo oigo venir, por tanto en breve comenzará la despedida.

Hoy he echado un día muy bueno y aunque he sido consciente de que era el último día y he hecho muchas referencias de eso a; familiares, compañeros, redes sociales y amigos, realmente no me ha preocupado el tema, pero cuando me he quedado solo, y me he puesto a comer mi sandwich, me ha entrado una congoja bastante grande. Es más, si me hubiera dejado llevar, se me hubiese escapado alguna lágrima, es que este personaje es muy especial para mí.

Ya llevan dos años queriendo quitar esta pieza y por distintas causas ha vuelto, así que este verano  puede que haya sido el definitivo.

Bueno fuera melancolía, ya se oye a Steven venir, ahora a disfrutar.

Estos son las dos últimas crónicas post-pases:



1.- TODOS SOSOS, ELLOS Y YO:


Ha sido un grupo muy pequeño y de edades muy variopintas, desde muchas parejas mayores a muchos niños. De nuevo ha sido un grupo extremadamente lento, de hecho cuando estaba en el museo, o sea, el final, parte del grupo estaba en la mitad del paseo de las fotos y como no iba a tener esperando a los que ya habían llegado, me puse a hablar a sabiendas de que muchos no me oirían, además si esperaba atrasaría más al grupo y no quería que se me pisara con el siguiente.


Ha sido un buen grupo,  divertido,  reían y estaban pendientes, pero quizás demasiado pasivos, eran demasiado parados. Esto ha hecho que Rafael hiciera sus bromas, sus cachondeos, pero no ha sido seguido por el público a su nivel y esto ha hecho que haya quedado, a veces, exagerado.

El acento, hoy, no estaba muy logrado, por eso, aunque no he parado de hablar, me sentía un poco falso y me avergonzaba hablar en exceso o bromear, por eso las bromas han sonado a marcadas. Han surgido su efecto, pero estaban más marcadas, que naturalizadas y perdían fuerza. Igualmente al ir tan separados las bromas las oían dos.

Con Steven muy bien, pero me noté un poco torpe y marcado y creo que a él también lo noté así. Entonces ha estado guay, pero no impresionante como suele ser todas las semanas. Al quedarme solo y mientras decía mi texto, noté mucha atención, pero luego fue a menos. Para la broma de la pérgola saqué a unos niños pero no me siguieron el juego.

La bajada la hice del brazo de una chica de Cádiz y de su hija y juntos hemos estado jugando todo el camino. De hecho me dio fatiga estar solo con ellas y no estar pendiente de los demás, pero como iban tan separados y  tan lentos he ido con ellas hasta el principio del Paseo de las Palmeras.

Estas me hablaban de un invento nuevo llamado, televisor, los que habían alrededor si reían y delante iba una pareja, de personas mayores y ella no paraba de volverse y comentar mis respuestas y se reía.


Como dije, no estoy contento con el acento, pero cuando bajaba del Mirador, un chaval me preguntó que cuantos apellidos vascos tenía, con lo cual, supongo que el acento o sonaba a vasco o Steven lo dijo antes o el texto le ayudó a aclararlo o no lo hice tan mal...No sé.



En el Paseo de las Palmeras he contado el resto de mi texto, pero no he notado mucha atención, más bien poca y las bromas eran muy falseadas. En el pasillo de las fotos se han vuelto a parar mucho, y yo he hecho las bromas repetidas, para que llegaran a todos pero de nuevo, no muy reales.

El final ha sido cortito, ha habido polémica pero muy corta.

Hoy no estaba Rafael en su esencia, ni con su fuerza y creo que era porque no me salía el acento y eso me avergonzaba. Pero no hay que estar así, hay que tener fuerza, es la última función del verano y hay que darlo todo. Ya  oigo a Steven,  esto empieza, voy a por todas.



2.- LA DESPEDIDA DE ANTÓN Y RAFAEL:


No sé como ha ido este segundo pase. No soy objetivo, no puedo contar nada de nada, solamente puedo contar  la despedida entre Antón y Rafael, o entre Steven y Lolo, porque creo que ha habido ahí una simbiosis total entre los cuatros, que ya no se sabía lo que era real y lo que era actuación.

Entre Steven y yo creamos una escena- diálogo-improvisación, donde Antón, Steven, estaba cansado de trabajar gratis en la finca  para Don Rafael, yo. Este estaba deseando irse a Galicia, su tierra, pero no se atrevía a decirlo a Rafael. Con la ayuda del público se animaba y se lo decía. Rafael lo dejaba marchar sin problemas pero luego, con distintas armas, lo vuelve a liar para que se quedara trabajando gratis. Pero hoy como era el último, planteamos hacer un cambio y que Rafael dejara que Antón realmente se fuera a su tierra y abandonara la finca. Cambiábamos la escena cómica por una con más ternura. Pero yo creo, que también ha sido, una despedida tierna y cariñosa, entre Steven y yo y ambos con nuestros personajes.

Cuando don Rafael le ha dicho a Antón:" Pero te vas de verdad y me dejas solo, la finca es de los dos" y Antón se ha derrumbado y lo ha mirado lleno de ternura y cariño, todo el público ha gritado un :" ooohhh". ¡¡LO HABÍAMOS CONSEGUIDO LOS HEMOS EMOCIONADOS!!.

No sé si Steven es muy buen actor,  bueno si lo sé y lo es, pero hoy en ese final los ojos le brillaban demasiado, así que, o es muy buen actor o se ha emocionado un poquito. Yo cuando lo vi así, no pude apartar mis ojos de los suyos. Me contuve para no llorar. Yo no soy tan buen actor, yo lo iba a hacer de verdad. Después otra duda, tampoco sé quién me abrazó ¿Steven o Antón? pero sí sé que yo, era Lolo y abracé a Steven. Además el abrazo se prolongó y fue bien apretado.

Un abrazo de despedida, digno del verano que me ha dado, que si el estrés con la puntualidad, que si la prisa porque recogiera, nuestras excursiones, nuestras confesiones, nuestros encendidos de velas, nuestros sueños y miedos, nuestras bajadas a la salida sin luz, nuestras caminatas al Botánico y sobre todo nuestros encuentros teatrales en el Mirador ¡¡ Como se disfruta cuando tu compañero es profesional, es bueno de verdad, es bondadoso, altruista y te lo da todo en escena!! Esos momentos han sido los mejores, teatralmente hablando, del verano 2018, pero eso sí Steven: El santo y a saco,¿ pa' cuando?.


Después de eso, poco más que contar. Lo dejamos muy alto, para Steven fue su broche de oro, pero yo empezaba ahora el pase y ¿Cómo  mejoraba yo eso?.

No lo he mejorado, he hecho lo que don Rafael sabe hacer: tontear, contar historias, bromear, soltar borderías a sus invitados y por otro lado dar cariño y confianza

De nuevo no notaba un buen acento y su esencia tampoco estaba. A ver ha estado todo muy bien, pero no magnífico. Hoy he actuado yo y no ha sido Rafael el que ha vivido de verdad. El público de nuevo: poca cantidad, mucha lentitud y participación pero cortita.

En el banco de los secretos no pude jugar mucho, porque no sé que lumbreras, lo había regado, estaba mojado y no se podían sentar. La pareja que he sacado ahí, ha sido muy graciosa, porque no se coordinaban y yo bromeaba por la falta de comunicación y el público se tronchaba. Me han gustado mis salidas de humor, pero de nuevo, el acento: ¡¡¡No!!!


Poco más que decir, poca polémica en el final, muy lentos en el paseo de las fotos, en la bajada he intentando ennoviar a una chica soltera, en el Paseo de las Palmeras logré unificar al grupo pero los tuve que parar y los textos, sobre todo en el Paseo, fueron bien, pero no fue el grupo de amigos y Rafael en medio charlando, fue todo más protocolario: yo hablo ellos oyen.



Lo he pasado bien, bromas, juegos, pero nada espectacular, por un lado lo agradezco así me da menos pena.

Había pensado hacer una despedida final, pero no la he hecho, creo que tras la que hice con Steven, sería abusar. Yo tenía un profesor que me decía :" Lolo no seas cómico viejo" pero es que lo soy, me encanta eso de improvisar y variar cosas según el día, por ejemplo la despedida de hoy. Así soy yo: "El teatro vivo y gracias a Lina Morgan (maestra)".

Bueno despedido uno, mañana otro. Mañana don Jorge Loring.











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