Aunque Eduardo Nieto, gerente, guionista y director de Eventos con historia, había hecho algún que otro amago de quedar y reanudar los trabajos, aunque me había dado alguna que otra noticia y me habían llegado algún que otro rumor por ahí, las condiciones del desconfinamoento y la desescalada no le daban mucho pie a ello y no volvíamos a retomar. Si os soy muy sincero, personalmente no estaba aún preparado ni para quedar, ni para trabajar y las sucesiva anulaciones de las posibles quedadas me venían de perla y más que apenarme me alegraban.
Pero de pronto el lunes 8 de junio del 2020, mientras subía las escaleras de casa, con las dos manos ocupadas de miles de cosas, mi móvil empezó a vibrar, no vi quien era y lo cogí como pude. Desde el otro lado Eduardo Nieto me hablaba sin parar, no lo oía, pero tampoco intenté hacer nada para solucionarlo pues tal como iba o me caía yo por las escaleras, o todo lo que llevaba en las manos o se me caía el móvil, así que a voces y como Dios me dio a entender le dije a Edu que se callara que en un momento lo atendería.
Ya en la salía y después de haber soltado todo lo que llevaba, atendí la llamada y ese Edu, que es pura dinamita sin dejarme ni respirar, ni pensar, ni meditar, me preguntó cómo estaba, me dijo que cogiera papel y boli y me llenó el mes de julio, algo de agosto y finales de junio de fechas de ensayos y representaciones.
Serían dos proyectos con dos días de función cada uno donde yo participaría, después me dijo que había otro por confirmar y me convocó para una reunión.
Cuando me explicó cuales serían mis personajes, se despidió y colgó.
No me dio tiempo, ni a pensar, ni a meditar ni a asustarme, ni a decirle que no. Me pilló a traición, cosa que le agradezco, porque si llego a pensarlo, con lo aprensivo que estoy le hubiera dicho que no del tirón.
Así que sin pensarlo me vi en la salita de casa con un folio lleno de fechas. En ese momento el corazón pudo más que la cabeza y me recorrió una emoción y una ilusión muy grandes. De nuevo volvería a interpretar, a estudiar, a preparar un personaje, a actuar. En una palabra a vivir, volvía a la vida y fue tal la emoción y la carga de energía positiva que recibí que de un plumazo mi corazón lleno de ilusión, mató al miedo de la cabeza.
Y como Edu es todo ahora y ya, ese día volví a tener dos noticias más de él:
Primero por la tarde me mandaba el guión de mi participación en La noche de los clásicos en San Miguel. Despues de mucho tiempo tenía un nuevo guion. Por fin volvería a estudiar.
Y por la nochee confirmó vía mail la actuación pendiente para agosto.
Así que todo esto significaba que Lolo Martin, de la mano de Eduardo Nieto y Eventos con historia, volvía a la carga.
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