Según la RAE un casting es: Un proceso de selección de
actores, modelos, etc.
Y según yo, un casting es un proceso donde una persona se
enfrenta totalmente desnuda, desvalida y dándolo todo, ante un jurado, a veces
de una sola persona y otras de varias.
Tu llegas al casting con todas las armas que tienes, para
usarlas a la vez y lo mejor que puedes, con ellas intentas demostrar lo
que sabes y exponerlo de la mejor manera, y ¿para qué? Pues para conseguir un
objetivo muy deseado, por el que llevas mucho tiempo luchando.
Piensas que el poder lo tienes tú, pero no es así, pues esa
o esas personas que te ven, tienen en sus manos tu futuro y casi desde el mismo
momento en que entras, ese jurado ya sabe perfectamente, con sólo mirarte, cuál
va a ser tu destino, y tu inocentemente lo estás dando todo, cuando quien te
observa ya ha decidido.
Pues bien, sin darme cuenta, no solo yo si no todo el
planeta estaba viviendo en directo y al unísono un gran casting. Todos pensábamos
que con nuestras armas y nuestros conocimientos íbamos a vencer a ese virus,
pero este sin decirnos nada, nos observaba de lejos, nos dejaba hacer, dejaba
que sacáramos todos, nuestro ego, nuestra seguridad, nuestro humor, mientras ese
jurado microscópico estaba tranquilo puesto que sabía que era él quien iba a decidir
nuestro futuro. Nos miraba diciendo: " Ustedes haced lo que queráis pues
aquí mando yo y desde ahora os voy a cambiar la vida". Nosotros estábamos haciendo nuestra mejor actuación, pero él ya había decidido nuestro futuro.
Parece ser que el viernes 6 de marzo del 2020, yo no tenía
bastante con ese casting mundial, y me metí en otro.
Siempre he pensado que cuando personas que te conocen, deciden iniciar un montaje y para buscar actores convocan casting y no te llaman, es
porque no les encaja en el perfil del personaje o no les gusta como lo haces, pero
pese a esa teoría, decidí participar en el casting de un grupo malagueño, que me conoce.
El viernes 6 de
marzo del 2020 era mi cita para dicha prueba.
Tenía planes para después del casting, pero los tuve que
suspender porque la cosa iba un poco atrasada. Durante el tiempo de espera
a parte de reencontrarme con miles de amigos, me di cuenta de que no buscaban un
perfil claro, pues había de un chico joven a un señor mayor, de un chico bajito y
fibrado a otro chico alto y muy delgado, otro alto y corpulento….
Estuve muy bien durante la espera. Luego entré, hice
dos pases de la escena y me fui.
Salí bastante tranquilo. No soy ni Amparo Rivelles, ni
Freud, pero uno ya tiene un poco de experiencia teatral y de trato con personas
como para saber que el casting que hice
no fue nada bueno y que la reacción del jurado fue sencillamente de cortesía,
pero me quedó muy claro que lo que yo les había dado no era lo que buscaban,
pero vamos que con lo que yo había hecho no esperaba otra reacción.
Llevaba el personaje muy claro, muy montado, con sus
momentos cómicos y sus momentos más serios.
Lucí lo que deseaba mostrar, pero
luego me pidieron un cambio del personaje y la verdad que conforme lo iba
haciendo me iba dando cuenta de que no era lo que me pidieron, así
que salí con un ¡No! claro. Días después me confirmaron dicho no, pero vamos
era evidente.
No puedo dejar de recordar la buena tarde cofrade y de Medinaceli que pasé ese día, pero eso sí, con ciertas o muchas limitaciones, parecía que ese virus estaba empezando a controlar nuestras vidas.
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